Para querer
alcanzar un sueño, hay que contar con que se requiere un poco de
tiempo. Sin embargo, quizás no tanto como tú piensas. Dicho esto,
no quiero que creas que tienes que limitar tus deseos de algún
modo, que tienes que dejar de soñar con la forma en que te gustaría
vivir. Porque no debes olvidar que la mayor limitación que puede
tener una persona es la impuesta por su propia mente.
El
problema es que tendemos a escuchar la voz interna que nos dice,
continúa con tu rutina, continúa con lo que tienes seguro, ¿qué
pasa si no funciona? ¿Qué pasa si no te va bien? ¿Qué pasa si
fracasas? Si no es nuestra voz interna, entonces es la
voz de al lado....
¿Te
has puesto a pensar alguna vez cómo sería tu vida si desaparecieran
esas limitaciones que te impiden conseguir lo que quieres? Seguro que
sería maravillosa, pero la mayoría de nosotros sigue pensando que
es un sueño y que es del todo imposible, así que siguimos sin tomar
acción alguna, alegando que la responsabilidad la tienen los demás
o las circunstancias.
Ya sea
buscar mejorar en tu vida personal, el trabajo, cambiarte
de área, buscar subir de puesto, encontrar otro empleo o
emprender un nuevo negocio… no te detengas ante la posibilidad de
que algo malo puede pasar, detente sólo porque estás planeando
hacerlo bien y las limitaciones nos las ponemos nosotros mismos, no
nos las ponen los demás.
El único límite
a nuestros logros de mañana está en nuestras dudas de hoy (Franklin
D. Roosevelt). Nosotros mismos somos los que decidimos ver problemas
donde hay oportunidades y los que nos marcamos límites
antes ni siquiera de intentarlo en muchas ocasiones.
Nuestras
limitaciones y
nuestros éxitos estarán basados muchas veces en las expectativas
que tenemos respecto a nosotros mismos, sin darnos cuenta de que lo
que la mente crea, el cuerpo lo transforma en resultados. Como dijo
Buddha, ‘todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado.
La mente lo es todo. En lo que pensamos, nos convertimos’.
Si nosotros creamos límites
y barreras, eso es
lo que nos encontraremos. Por el contrario, si lo que creamos son
oportunidades y
lo unimos a mucho esfuerzo, el éxito llegará. A fin de cuentas la
oportunidad está en el hombre, no en el trabajo. Por lo tanto
somos nosotros los que debemos superar las tareas, no éstas a
nosotros.
Podemos aceptar el fracaso
porque es algo humano, todos podemos fallar en algo, pero lo que no
podemos aceptar es el no haberlo ni siquiera intentado.
Ahora bien: ¿Cómo vamos a trabajar para superarlas si no sabemos
cuáles son? Así que para empezar podemos hacer una lista. Ahora
pensaréis: ¿Qué fácil, no? Hemos dicho que era posible, no que
fuera fácil.
Así
que vamos a establecer los pasos que podemos seguir para ordenar las
ideas y conseguir nuestro objetivo: vencer nuestras limitaciones.
1.-
Crea tu vida ideal y define tus objetivos. Describe exactamente cómo
te gustaría que fuera tu vida ideal, con todo lujo de detalles.
2.-
Enfoque. De esa lista de objetivos (algunos a corto, medio o largo
plazo) hay que elegir los más importantes, pueden ser tres o cuatro,
pero no más porque si no nos dispersaremos demasiado. Tenemos que
marcarnos un plazo de tiempo para conseguir cada uno de ellos y que
cada día que pase, con cada acción que emprendamos, podamos estar
más cerca. También nos acercará más el asociar con cada objetivo
las sensaciones que tendremos al conseguirlo, así como hacer una
relación de los recursos de que disponemos (de relaciones con los
demás, nuestros puntos fuertes o nuestras aptitudes). Para acompañar
ese enfoque es importante destacar que lo que nos motive a alcanzar
nuestros objetivos nos dará fuerza para seguir y llegar a ellos.
3.-
¿Qué tipo de persona deberíamos ser para poder conseguir nuestros
objetivos? Quizás tendríamos que hacernos un autoexamen para
descubrir si necesitamos potenciar algunos rasgos de nuestro
carácter, como aptitudes, actitudes o creencias.
4.-
Identificar esas limitaciones y describirlas. Todo el mundo cree que
conoce sus limitaciones, pero para tomar conciencia de ellas hay que
hacer una lista y tomarte el tiempo que necesites para
identificarlas.
5.-
El último paso a tener en cuenta es idear un plan de acción. Si no
lo hacemos nosotros, simplemente seguiremos las directrices que nos
vayan marcando los demás. Sólo alcanzaremos nuestra meta si sabemos
cuál es, tenemos determinación y no nos alejamos del camino. Así
que evita lo cómodo y toma decisiones AHORA.
Factores
importantes que nos ayudaran a efectuar nuestro cambio
La decisión
El ser humano ha sido capaz de demostrar en infinidad de ocasiones
su capacidad para adaptarse a todo tipo de circunstancias,
sobreviviendo a las situaciones más dramáticas, ya que todo ser
humano tiene unas capacidades innatas para cambiar, adaptarse y
desarrollarse como persona.
La pregunta es: ¿Por qué se da ese cambio? ¿Cuál es el factor que
marca la vida de una persona para que pueda dar ese vuelco total en
su existencia?
Ese factor es su
capacidad de decidir. A veces,
mientras permanecemos sumergidos en la rutina, envueltos en una falsa
seguridad, no tenemos tiempo para reflexionar sobre nuestro destino,
sobre el sentido de nuestra vida. Seguimos corriendo de un lado para
otro, cumpliendo con las obligaciones diarias, viviendo o tal vez
sobreviviendo en la conformidad y la inercia.
En todos esos casos a los que nos referimos existe
un hecho, una situación o unas circunstancias que llevan a esas
personas a un punto de inflexión. Puede ser un momento de hastío,
de no aguantar más, o puede ser un acontecimiento dramático, como
te he dicho. Pero en todos ellos se llega a un momento clave, que
hace que tomemos una decisión y asumamos el compromiso de hacer lo
que sea necesario para comenzar un nuevo camino y averiguar realmente
de qué estamos hechos. Las decisiones que tomamos vienen dadas por
dos motivos, para huir del dolor o por una gran visión de lo que
podemos llegar a lograr.
Tú tienes que descubrir cuáles son tus
barreras, cuáles son tus miedos conscientes o inconscientes, las
creencias que te han retenido e impedido que lograras tus objetivos.
Debes rebelarte y enfrentarte a esas limitaciones que tienes en tu
mente, a esos lastres que pueden llegar a través de la educación,
del entorno y de la familia, y que te han hecho creer que no puedes
aspirar a otras cosas. A algo mejor. Tienes que averiguar cuáles
son esas creencias autolimitadoras para derribar esos muros que te
han mantenido prisionero, para destruir los miedos y la inseguridad
sobre tu auténtica capacidad y tu verdadero potencial. Si quieres
tomar el control de tu vida, tienes que liberarte de esos falsos
límites para volar más alto.
En muchas ocasiones nos autoimponemos limitaciones sin saberlo,
sin darnos cuenta de ello. Creamos esas limitaciones como sistema de
defensa ante las dudas, los miedos o el qué dirán. Al obrar así,
nos negamos la oportunidad de descubrir nuestro potencial, de
revelarnos lo que realmente podemos llegar a ser. Nos atamos las
alas, nos impedimos volar y descubrir nuevos horizontes. Actuamos de
ese modo guiados por la creencia de que con ese proceder no nos
haremos daño. Así, con seguridad no fracasaremos ni tendremos que
enfrentarnos al dolor ni a las desilusiones. Bienaventurados sean
aquellos que no esperan nada de la vida, porque jamás serán
decepcionados.
Sin embargo, todo ser humano tiene un momento en la vida en el que se
pregunta si hay algo más. Un momento en que quiere creer que tiene
que haber algo más que levantarse, ir a trabajar, volver a casa, ver
la televisión y divertirse el fin de semana, y repetir el mismo
ciclo durante años.
Todos tenemos la sensación de que nos falta algo
o de que podemos mejorar en algún área de nuestra vida, todos en
algún momento nos preguntamos: adónde voy, cuál es mi propósito,
dónde vaya a estar dentro de cinco años, cómo será mi vida si no
cambio… todos queremos sentirnos más completos, encontrar un
verdadero sentido y un propósito, sentir plenitud.
Las decisiones que tomes, nadie las puede tomar
por ti, ya que no se puede ayudar a nadie que no esté dispuesto a
ayudarse a sí mismo.
Son las decisiones que tomamos las responsables de nuestro destino.
Aunque te equivoques, tienes que seguir tomando decisiones, porque es
la única manera de controlar tu destino, es el único modo de
avanzar.
Como dijo Séneca: “No nos falta el valor para emprender ciertas
cosas porque sean difíciles, sino que son difíciles porque nos
falta el valor para emprenderlas”.
Ten presente que los resultados del futuro
dependen de las decisiones y acciones que tomes hoy. El momento de
diseñar tu futuro es ahora. El pasado, lo que has hecho hasta ahora,
no equivale a tu futuro. No importa tu situación actual, ni dónde
ni cómo estés, sino lo que vas a hacer a partir de ahora. Hoy
puedes comenzar a crear tu nuevo yo.
Los miedos y las falsas
creencias
¿Qué
crees que, hasta ahora, te ha frenado en la vida? ¿Por qué no estás
donde te gustaría estar en la vida? ¿Qué te ha impedido hacer las
cosas que realmente querías hacer? ¿Qué crees que te impide seguir
avanzando y progresando?
Todos
creamos y nos creemos nuestra propia historia. A veces culpamos a
nuestros padres, a las circunstancias, a nuestra pareja, al entorno,
pero no necesitas excusas para sentirte bien. Es hora de abandonar
esas viejas excusas y falsas creencias, porque si le das ese poder a
otra persona o a las circunstancias, estás aceptando que no puedes
hacer nada por ti mismo. Todos tendemos a buscar culpables, como si
eso solucionara algo. Pero es el momento de que asumas la
responsabilidad de ti mismo y de tu situación.
Todos tenemos una idea sobre
nosotros mismos, tenemos unas creencias sobre nuestra personalidad y
la clase de persona que somos, con nuestras fortalezas, nuestras
inseguridades, nuestras dudas o convicciones. Esa personalidad con la
cual nos identificamos en el presente, la imagen que tenemos de
nosotros mismos, no es algo con lo que nacemos, ni tiene mucho que
ver con la genética, sino con nuestra propia percepción.
Esa imagen que tenemos de
nosotros, la vamos adquiriendo con el tiempo en función de nuestra
educación, las experiencias y el entorno en el que vivimos.
Son las creencias negativas o
limitadoras sobre nosotros mismos las que tenemos que cambiar. ¿Es
eso lo que realmente somos? ¿Es lo que queremos ser?
"Somos
algo mucho más grande que todo eso, mucho más de lo que creemos,
pero tenemos que redescubrirnos, desaprender y reinventarnos."
"Las cosas no son
fáciles o difíciles; lo que tú crees las hace difíciles o
fáciles. Son tus pensamientos y tus creencias los que condicionan tu
percepción y crean tu realidad."
Roosevelt
influido
por
Napoleón Hill dijo:
“No hay nada a lo que
tener
miedo, salvo al propio miedo”.
Todas las personas pasan por esos miedos en distintos momentos de su
vida, pero a aquellas que son conscientes de ese proceso, no las
detiene. Pasan a la acción y hacen lo que tienen que hacer a pesar
del miedo, ya que tienen un propósito, un porqué muy claro y
definido mucho mayor que los miedos.
El motivo por el que la
mayoría de la gente no logra su objetivo y no consigue sus metas o
sueños es porque no tiene la suficiente pasión y energía emocional
por su sueño. Si no tienes la suficiente pasión por lograrlo o
cambiar tu vida no tendrás la energía necesaria para realizar el
esfuerzo exigido, no tendrás el coraje para enfrentarte a los
miedos.
Superar
un complejo de inferioridad
Tenemos la
tendencia a convertirnos en los que nuestros padres, maestros y
compañeros esperan que lleguemos a ser. Nuestras expectativas han
forjado nuestra personalidad, con mayor frecuencia de un modo
negativo.
El antídoto es que nueve
veces sobre diez la creencia de una persona de que es inferior no se
basa en hechos. Es puramente imaginaria.
Desarrollar la confianza en
sí mismo
Cuando te
liberes de tu complejo de inferioridad, llegarás a tener más
confianza en ti mismo. Te asombrarás ante tu propia audacia en
determinadas situaciones. Te sorprenderás ante el modo en que puede
manejar situaciones que antes te hubiesen paralizado de miedo.
Tendrás presencia y te resultará fácil tratar a otras personas, y
nunca te ocurrirá que no encuentras las palabras. La confianza en
uno mismo es de importancia capital. Si no tienes confianza ¿Por qué
otras personas deberían tener confianza en tí?
Para hacer realidad tus
aspiraciones trabaja con metas concretas y accesibles.
Con metas
pequeñas, asequibles en cada momento, podemos ir avanzando. Lo
importante es ser realista y consciente de dónde nos encontramos,
plantear retos sencillos y dar el paso hacia el siguiente escalón
cuando estemos preparados para ello. No es lógico pretender, si
estamos en la parte baja de una escalera, ascender hasta el quinto
piso de un solo impulso. Un peldaño es suficiente. Un peldaño nos
pondrá en el comienzo de la escalera, veremos la pendiente, nos
ilusionará dar un paso más. ¡Fue tan sencillo escalar el primer
peldaño, que los siguientes serán igualmente fáciles!
El músculo de la voluntad se
fortalece con metas asequibles, paso a paso. Escalonadamente.
Valorando cada una de las metas conseguidas, a través de
afirmaciones motivadoras.
"Descubre
el tipo de vida que te motive y para el que estés dotado."
Poema de: Douglas Malloch
Si no puedes ser pino de
la cumbre
Se la
mata del valle, la más linda
De las matas que van junto
al arroyo;
Sé el
arbusto, si el árbol está arriba.
Si no
llegas a arbusto, sé la hierba
Que al camino feliz y
humilde vista;
De no
ser almizcleña, sé la atocha
Que
entre todas el lago más estima.
Tripulantes, si no los
capitanes
Que un lugar siempre
guárdanos la vida,
Hay que hacer cosas grandes
y pequeñas,
Pero siempre ha de hacerse
la más chica.
De no
ser el camino, sé el sendero,
Si no el
sol, sé la estrella que titila,
No busquemos tamaño en la
pelea
Sino ser el mejor en
nuestras filas.
Con este
lenguaje que todo lo puede, el de la poesía, Malloch nos trasmite
algo que no podemos dejar pasar sin darnos cuenta de que contiene una
de las claves más importantes para la felicidad, para el desarrollo
personal: que siempre hay algo para lo que estamos perfectamente
dotados para la naturaleza que nos creó, y que precisamente esta
naturaleza siempre está dispuesta para ofrecernos los frutos
pródigos de su generosidad… todos hemos nacido con un sino, con un
sentido y debemos convertirlo en realidad. De alguna manera, la vida
nos va a ofrecer una profesión, una ocupación, un trabajo acorde
con nuestras potencialidades y con nuestras inclinaciones. Pero
tenemos que buscarlo con tesón, poniendo toda nuestra voluntad y
nuestras fuerzas en ello; siendo insistentes, tercos y obstinados.
Nada se nos va a dar por nada. Pero nuestro esfuerzo siempre
encontrará tarde o temprano fruto maduro que recoger.