Reseña realizada por el autor:
Este breve manual, pretende ser como su nombre indica un manual, es decir un Libro en que se compendia lo más sustancial de la materia sobre la que versa, a saber: la sabiduría de la felicidad. Se hace la advertencia al lector de que está redactado en clave de humor. ¿De qué humor?. Muy sencillo, del humor propio de su autor, Rafael Ubal López. Comienza este libro con un prólogo a modo de introducción del Filósofo Enrique Pajón Mecloy en el que se afirma muy acertadamente que “estamos ante un libro que mira con transparencia al futuro del hombre de manera que no se adivina lo que el hombre hace sino lo que el hombre se hace”, para continuar con el primer capítulo en el que queda bien claro que “tripa vacía corazón sin alegría” que viene a ser una manera popular o vulgar de decir aquello de “primum vivere deinde philosophare”. A continuación se entra en materia afirmando en el segundo capítulo que “más vale un burro vivo que un sabio muerto” por lo que parece inclinarse más el autor por aquello de que en caso de fallecimiento, no está nada mal aplicarse el cuento aquel que dice “el muerto al hoyo y el vivo al bollo”, mucho mejor eso que andarse metiendo en pompas fúnebres y en lutos o duelos de los de “in saecula saeculorum”. En el tercer capítulo se nos hace reflexionar sobre el masoquismo que se nos cuela por cualquier rendija, a semejanza del aire, y se manifiesta en la frase popular que se expresa así: “sarna con gusto no pica” y así nos va… eligiendo ser desgraciados cuando se nos brinda la oportunidad de ser felices. De ahí se pasa a sugerirnos una liberación a través del lenguaje consciente invitándosenos a “cantinflear con el diccionario”. Una vez ensayado ese ejercicio de libertad de expresión se nos recuerda que no siempre “quien ríe el último ríe mejor”, sobre todo si se trata de “la risa maligna del poder”, “risa manipuladora”, “risa maledicente”, “risa patológica”… Y una vez que estamos advertidos de que una cosa es “la risa del poder” y otra muy distinta “el poder de la risa”, se nos introduce en una reflexión poética sobre los sentidos para deleitarnos en un viaje a través de la mano, del ojo, del oído, de la lengua y de la nariz hacia la experimentación de un mundo sensacional. Y se llega así a una nueva tecnología de la Risoterapia por medio de la invención de la Sonrismotría que se concretiza en tres descubrimientos científicos que se conocen con el nombre de espectrofonías, risografías y moviloscopias. Y ahora es el momento de hacer mención de una tesis doctoral que es digna de ocupar un capítulo de este libro, se trata de la Geloslogía de Carlos Alberto Villegas. Una vez tenida en cuenta la parte intelectual de todo esto que atañe a la felicidad, al humor y a la risa, podemos acercarnos al corazón de la tragedia y aprender a mirar con otros ojos allí donde muchos sólo ven desgracia y catástrofe, se trata de profundizar un poco en lo que se ha dado en llamar Resiliencia. De esta manera se entra en una descripción de sesiones prácticas de Risoterapia para poder realizar una serie de ejercicios de los que se practican en los locales de la Asociación Donantes de Risas a la que se les invita a asociarse, ya que en un país que presume de ser el primero en el mundo de donantes de órganos, resulta un poco vergonzoso que haya tan poquitos donantes de risas. También se hace una mención especial a la creación de la Escuela del Humor y de la Risa “Pepe Viyuela” como una de las realizaciones más emblemáticas o de los frutos más hermosos de la entrega y del entusiasmo de unos pocos seres que todavía creemos en la Utopía de que otra Educación Pública es posible, de que otro Servicio Público de Salud es posible, de que otra Concejalía de Confianza es posible frente a tanto servicio de policía y de vigilancia y de que otra Concejalía de Oportunidades de Igualdad es posible, frente a las obsoletas políticas de igualdad de oportunidades que se nos imponen. Termina este libro con un epílogo de Hilario Martínez Nebreda, Poeta con mayúsculas y amigo del alma, el cual afirma que “tendría gracia que este libro hubiera ejercido, de manera subliminal, una influencia sobre nuestros próceres gobernantes”. Por supuesto que tengo que hacer una mención especial a las ilustraciones donadas por Pedro Belhusi, en ellas se puede encontrar en formato de “Humor Gráfico” el mejor resumen que se pueda hacer de este libro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario