Joaquin Benito Vallejo
(Este artículo es una colaboración de Joaquín Benito Vallejo.)
En esta exposición vamos a centrarnos en mostrar que el deterioro psíquico, de la conciencia y de la personalidad, manifestado en los ancianos y justificado como una característica de la vejez, tampoco es la causa directa de la vejez, en una mayoría de casos.
El origen de la desestructuración del psiquismo, como intentaré demostrar, radica en las carencias sensoriales continuadas; la pérdida de movimiento, y sobre todo en la falta de relaciones y de comunicación con los demás.
La imagen corporal, - el conocimiento que tenemos de nosotros mismos -, no es un conocimiento estático ni un conocimiento teórico aprendido en una enciclopedia, ni concedido por la gracia divina. Es un conocimiento que emana de la propia experiencia corporal. Se construye mediante la vivencia y el quehacer corporal a través de las sensaciones, el movimiento, el aprendizaje, la comunicación. Todo cuanto el cuerpo hace, transmite informaciones sensoriales al cerebro las cuales originan la percepción y la consciencia.
Si no hubiera actividad corporal no habría informaciones sensoriales ni desarrollo cerebral. No habría imagen corporal ni personalidad. Por el contrario, cuantas más experiencias corporales proporcionemos, mayores serán los recursos mentales, mejor se irá perfilando la imagen corporal y se irá definiendo el Yo.
"Esto demuestra que la falta de estímulos sensoriales produce cambios anatómicos y fisiológicos en el cerebro y que los programas genéticos no son suficiente para el desarrollo cerebral y el mantenimiento de las funciones mentales, siendo imprescindibles los estímulos exteriores a través de la educación el aprendizaje y la cultura”. (Delgado ; El cerebro y yo. Ed. Temas de Hoy).
La estimulación táctil es una de estas actitudes sociales que cumple funciones fisiológicas y psico-afectivas. La única conducta que ejercen muchos mamíferos hacia sus crías recién nacidas, es la de lamerlas. Esta actitud cumple la misión de estimular las principales funciones corporales: gastrointestinal, genitourinaria, respiratoria, circulatoria, digestiva, reproductora, nerviosa, endocrina y tónica.
La estimulación directa de la piel se realiza a través de las caricias y de los abrazos; del contacto cuerpo a cuerpo, piel a piel, que es la base y la esencia de la afectividad: ser querido, protegido, aceptado, valorado, comprendido. Ser tocado es sentirse, sentir el Yo, sentir las cualidades del propio cuerpo, de la persona. Son sensaciones placenteras que demuestran y alimentan la existencia propia. Supone la conformación, la afirmación y la reafirmación del Yo. Pero además de sentirse a uno mismo a través del contacto, se siente al otro ; es un sentirse mutuo ; es la comunicación. A través del contacto con la piel, la estimulación fisiológica y afectiva se unen en una sola función.
El movimiento activa el funcionamiento de todos los órganos, es el mayor productor de sensaciones , por lo tanto es el mejor transformador del cerebro. El psiquismo se formó mediante lo que el cuerpo aprende y todo lo que se aprende ha tenido que ser hecho, experimentado, sentido, y compartido.
El movimiento estructura nuestro cuerpo y nuestra mente, nos proporciona seguridad, confianza y autoestima, además de configurar la estructuración mental lógico - matemática necesaria para la comprensión del mundo.
Tacto y movimiento, están muy estrechamente ligados y se complementan mutuamente. Hay que destacar la importancia vital de éstas estimulaciones no solo en la infancia, sino a lo largo de toda la vida. La vida es una constante formación, aprendizaje y transformación; un progresivo enriquecimiento y maduración personal durante la infancia, la juventud y la vejez. Es una estimulación corporal que trasciende lo físico y llega a lo más profundo del espíritu. El cuerpo encarna la espiritualidad.
El enriquecimiento de la personalidad se basa en una actitud abierta e inquieta de auténtica búsqueda y renovación permanente en cualquier ámbito de la vida: el trabajo, las relaciones, la amistad, la comunicación, el ocio, la cultura, la participación social. Para desarrollar todas las potencialidades humanas hay que cultivarlas. Sin embargo, cuantos menos recursos culturales y económicos se poseen, más se tiende a la rutina. No hay nada nuevo en la vida. No hay estímulos sensoriales nuevos que generen crecimientos neuronales. Con esta actitud comienza el lento declinar inerte y pasivo que pacientemente va adueñándose de la persona y cuando años más tarde comienza a manifestarse claramente como un deterioro psicofísico, se dice que es la vejez. La vejez y el envejecimiento existen. Son sinónimos de tener más años no necesariamente de degeneración y de ineptitud. Ésta es el resultado de una forma de vida carente de estímulos, rutinaria, aislada, pobre - física o psíquicamente -. El deterioro también puede ser agravado y acelerado por acontecimientos inesperados y fatídicos. Además de accidentes o enfermedades, el aislamiento producido por el abandono de los hijos o familiares más allegados, la muerte del cónyuge, la pérdida de amigos, el retiro laboral, etc., pueden llevar a un ostracismo donde desaparezcan las ganas y la motivación de moverse, con lo que se deteriora aceleradamente la función motriz y unida a ella, la autonomía, el contacto directo con otras personas y la comunicación.
Si el movimiento, la comunicación y la relación corporal con otras personas, son los cimientos de la estructura psíquica, de la formación del Yo, de la personalidad y de la conciencia, la ruptura de esos cimientos, acarreará el resquebrajamiento de la estructura psíquica y del sentimiento de ser uno mismo. La falta de informaciones sensoriales producirán grietas, huecos y vacíos en sus áreas cerebrales.
¿ Es posible detener este proceso de deterioro y desestructuración?, ¿ Es posible prevenirlo ?, ¿ Qué se puede hacer ?
Citemos a Rappoport: “En los adultos, las investigaciones sobre privación de estímulos han mostrado que cuando se disminuye marcadamente la estimulación sensorial, los procesos mentales se desorganizan...” “La estimulación es necesaria para que los sistemas nerviosos se desarrollen y se mantengan debidamente.” “Dado que la apatía y la declinación física asociadas con el marasmo infantil pueden atribuirse a la falta de estimulación ¿porqué no considerar que la misma causa guarda relación con la senilidad ?” “Es posible organizar enfoques prácticos relativos a la cuestión de la calidad de la actividad ... Analizar diversas actividades de acuerdo con su potencial de estipulación. Debiera considerarse el grado en que las actividades implican interacción social... ser capaces de discriminarlas según su potencial de estimulación y determinar después si sus beneficios psicológicos son o no diferentes.” “La estimulación ofrece la línea más prometedora para la investigación futura." (Rappoport ; La personalidad desde los 26 años hasta la ancianidad. Ed. Paidos).
Creemos que muchas demencias seniles son el resultado de una forma de vida rutinaria, carente de estímulos, agravada por una serie de acontecimientos que conducen al aislamiento y la incomunicación progresiva.
De modo similar a como ocurre con los niños de Spitz, confirmado por Bowlby y ratificado por los casos de otros niños que sufrieron aislamientos y carencias sensoriales, sobre todo contacto afectivo, además del gran número de experimentos llevados a cabo con animales consideramos que las carencias efectivas, la falta de contacto corporal, el aislamiento y la incomunicación son los desencadenantes de la pérdida de la imagen corporal, de la desconexión con la realidad y de la desestructuración de la personalidad, síntomas que se concretan y adjetivan como demencia.
Creemos también que muchos de estos estados de demencia, dependiendo de la gravedad a la que se haya llegado, pueden ser reversibles.
En primer lugar, como ya se ha apuntado, la prevención es el método más válido y es donde hay que volcar todos los esfuerzos. En otros casos hay que poner en marcha programas basados en el contacto corporal, mediante diferentes tipos de masaje sensitivo, que estimule las funciones fisiológicas de la piel, además de las funciones sensoriales y psicoafectivas; desarrollando también las relaciones y la comunicación con las personas del entorno; estimular y desarrollar el movimiento en dos direcciones básicas : como fundamento de la propia autonomía personal, como medio de estimulación sensorial, y como base de las relaciones con los demás.
La meta de estos planes es lograr el enriquecimiento de la imagen corporal, del YO, de la propia identidad y de la personalidad. En otros artículos daremos ejemplos prácticos de como desempeñar estos objetivos.
Lo podéis leer en su totalidad en:
"Cerraremos este ciclo, la próxima semana con un articulo sobre el beneficio de los abrazos y hablaremos sobre la Abrazoterapia"
Joaquin tiene su escuela en:
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