- La alegría de vivir.
- La amistad.
- La generosidad.
- La paciencia.
- El amor.
La segunda mitad de nuestra vida posee un significado y una finalidad
diferente a los objetivos biológicos y naturales de la primera.
El destino final del
camino de la vida es la sabiduría, el grado más alto y profundo del
conocimiento, perspicacia y comprensión.
La sabiduría no es la inteligencia. No tiene nada que ver con el
coeficiente intelectual o con los buenos resultados que se hayan obtenido en la
escuela. Por el contrario, es el más alto nivel de evolución emocional,
espiritual y mental. Es donde se produce la sinergia entre la comprensión más
profunda y los actos cotidianos.
Abarcamos una dimensión espiritual donde los mayores deben aceptar su
condición de vida, deben encontrar un
sentido a su propia experiencia, en un proceso de crecimiento y desarrollo
personal.
En esta segunda
mitad, llena de plenitud de
realizaciones, se da un continuo proceso interior: se nos plantean nuevos
objetivos como el descubrir nuevos
valores de vida elaborando una escala
donde se resalte la importancia del ser de llegar al descubrimiento de
aquellos valores y virtudes que componen la parte espiritual de las personas:
esperanza, amor, sabiduría, alegría de vivir, generosidad…etc.
El mayor debe tener claro que no es
una carga para la sociedad, sino que con
su sabiduría debe vincularse a
los grupos de trabajo de su comunidad, esto hará que aumente su autoestima y su
calidad de vida lo que le llevará a entender que puede ser útil en el desarrollo
espiritual de nuestra sóciedad.
En este articulo, he escogido unos valores que considero que son importantes para facilitarles una mayor integración en la sociedad con la que convive y como digo en el titulo, son beneficiosos para envejecer bien.
Definir:
Dice Bernabé Tierno en su libro “Valores
Humanos”: “Que instaurar en nuestra
sociedad una “pedagogía de los valores”, es educar al hombre para que se
oriente por el por el valor real de las
cosas, es una “Pedagogía de encuentro” entre todos los que creen que la vida
tiene un sentido, los que saben que existe un porqué en lo extraño de todo, los
que reconocen y respetan la dignidad de todos los seres.
Si el
“Mundo de los valores” puede servir de guía a la humanidad en sus aspiraciones
de paz y fraternidad, por la misma razón deben servir de guía al individuo en
sus deseos de autorrealización y perfeccionamiento.
En este
caso la acción educativa debe orientarse para que aprenda a guiarse libre y
razonablemente por una escala de valores con la mediación de su conciencia como
“norma máxima de obrar”.
El
valor es la convicción razonada y firme de que algo es bueno o malo y de que
nos conviene más o menos.
Las valores reflejan la personalidad de los individuos y
son la expresión del tono morral, cultural afectivo y social marcado por la
familia, la escuela, las instituciones y la sociedad en que nos ha tocado
vivir. Una vez interiorizados estos se convierten en guías y pautas del camino
a seguir.
Cuando
hablamos de valor, generalmente nos referimos a las cosas materiales,
espirituales, instituciones, profesiones, derechos civiles..etc., que permiten
al ser humano realizarse de alguna manera.
Los valores son los principios que
nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como
personas, son las creencias que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir unas
cosas en lugar de otras, son fuentes de satisfacción y plenitud.
Los valores, actitudes y conductas, están estrechamente relacionados.
Cuando hablamos de actitud nos referimos a la disposición de actuar en
cualquier momento, de acuerdo con nuestras creencias, sentimientos y valores.
También son la base para vivir en comunidad y relacionarnos con las demás
personas.
Es importante hablar de los valores
morales, que son aquellos que perfeccionan al hombre en lo más íntimamente
humano, haciéndolo mas humano, con mayor calidad como persona.
La alegría de vivir
La alegría de
vivir produce sensaciones de agrado, esperanza y estima.
La fuente mas cercana es el amor,
por cuanto implica también una relación
con los demás, tiende a compartirse, a ser expresado y ser vivida con los
otros.
Se expresa con sensaciones de
bienestar, una paz que se refleja en nuestro cuerpo: sonreímos, andamos
cantando...etc. tal es así, que este estado suele contagiar a quienes nos
rodean.
Con la alegría vamos a trasmitir
placer y vamos a disfrutar de nuestras labores cotidianas.
La alegría, viene de lo que ocurre
en nuestro interior, Hay que cultivarla, agradecerla o gozarla de manera
radiante y adecuada.
La alegría de vivir es la sensación
interior que nos hace ser capaces de
remontar los momentos difíciles, aunque nos sintamos muy tristes, con la alegría podemos ver el lado radiante y buscar lo bueno aunque tengamos
algunos obstáculos en nuestro camino.
La alegría nos
hace mantener una actitud de vida positiva, de optimismo y de confianza de que
todo se nos va a arreglar o se nos va a mejorar.
El ser humano según se va haciendo
mayor, va evolucionando hacia una alegría menos sensitiva y corporal y más
interior e espiritual en la medida en que accede a la completa madurez mental y
psíquica. La paz interior, la armonía
con nosotros mismos y la aceptación de la realidad que nos ha tocado
vivir preparan el camino hacia esa alegría
que pone en paz al hombre consigo mismo y con los demás.
Para vivir el valor de la alegría,
debemos ver lo bueno que hacemos con voluntad, esfuerzo, energía y cariño.
Desde el trabajo que realizas, aunque sea el mismo de todos los días, ya que puede beneficiar a otras personas, a tu familia,
conocidos, pero también te beneficiara a ti.
Bernabé Tierno nos da unos consejos para
convertir la alegría en hábito:
- Elevar el nivel de autoestima de la persona.
- Llevar una vida ordenada y sencilla, disfrutando de
las cosas pequeñas y cotidianas que están al alcance de cualquiera.
- Pensar siempre en positivo, no permitiendo la
entrada en nuestra mente de derrotismo y actitudes deprimentes o
desesperanzadoras.
- Conseguir que nuestra ocupación o trabajo sea fuente
de alegría.
- Fomentar cada día, a cada instante, los sentimientos
de aceptación, de conformidad y hasta de complacencia y alegría de la
realidad cotidiana, sea cual fuere.
- conformarse con sentir la alegría dentro de ti, hacer
que aflore al exterior y contagiar a quienes te rodean con palabras,
actitudes y gestos que le arrastren a compartir tu propia alegría.
- No pierdas ni un instante en lamentaciones y quejas
inútiles sobre algo que es irremediable como un día lluvioso, una
enfermedad incurable, etc.
- Convierte la
alegría en compañera de tu vida, ya que es, fundamental para
mejorar la salud física,
mental y psíquica.
- La verdadera alegría, la que nace del corazón, de
profundas motivaciones, se manifiesta
más por un estado de
constante placidez, fácil sonrisa y buen humor que por la carcajada fácil,
miedosa, superficial y momentánea.
- La verdadera alegría nace siempre de la bondad de
nuestras acciones y de nuestras intenciones. Hacer el bien cada día a
aquellos con quienes convivimos o con quien nos encontramos genera
constantemente en nosotros gran
satisfacción interior que siempre se traduce en verdadera alegría de
vivir.
“Feliz el mayor que ve acrecentarse en el sentido del
humor, de la ternura, la sensibilidad ante la naturaleza y la belleza y
mantiene en alza la curiosidad, el afán de aprender, de experimentar y de
vivir”.
MILLAN
ARROYO
La amistad
Ese es
un amigo
Aquel quien,
cuando te vas, te extraña con tristeza,
Aquel quien, a
tu retorno, te recibe con alegría;
Aquel cuya
irritación jamás se deja notar;
Ese es a quien
yo llamo un amigo.
Aquel quien más
pronto da que pide,
Aquel quien es
el mismo hoy y mañana,
Aquel quien compartirá
tu pena igual que tu alegría;
Ese es a quien
yo llamo un amigo.
Aquel quien
siempre esta dispuesto a ayudar,
Aquel cuyos
consejos siempre fueron buenos,
Aquel quien no
teme defenderte cuando te atacan;
Ese es quien yo
llamo un amigo.
Extracto de un poema de John Burroughs (1837-1921)
naturalista estadounidense.
La amistad es un valor universal.
Esta claro que difícilmente podemos sobrevivir en la soledad y el aislamiento.
Necesitamos a alguien en quien confiar,
a quien llamar cuando las cosas se ponen difíciles, y también con quien
compartir una buena charla o una película.
Las amistades suelen comenzar de
improviso, y muchas veces sin buscarlas. En el camino de la vida, vamos
encontrándolas. Y todo comienza porque alguien nos cae bien.
Para que una amistad sea verdadera,
debe existir algo en común y, sobre todo, estabilidad.
El interés común puede ser compañero de trabajo, de carrera, un pasatiempo en
común.
Es importante ser desinteresado, sin esperar nada a
cambio, al amigo se le quiere tal como
es, la amistad no es un comercio de beneficios.
Debemos tener confianza, no solo se cree lo que dice el amigo, hay que creer en él,
la confianza mutua hace posible la autenticidad.
Un buen amigo debe ser leal, ser leal supone ser persona de
palabra, que responda con fidelidad a los compromisos que la amistad lleva
consigo. Leales son los amigos que son nobles y no critican, ni murmuran, que
no traicionan una confidencia. Son verdaderos amigos quienes defienden los
intereses y el buen nombre de sus amigos.
“Si la amistad desapareciera de la vida, sería lo mismo
que si se apagara el sol, porque nada mejor y mas deleitoso hemos recibido de
los dioses inmortales”.
CICERON
“La amistad supone sacrificios, y solo el que esta
dispuesto a hacerlos sin molestias comprende la amistad”.
NOEL
CLARASO
Se da el caso de que hay personas que no tienen amigos, muchas veces por
culpa de su extrema timidez, por temor a que los demás no los acepten y porque
les faltan habilidades sociales.
Otras veces por tener una autoestima baja, esto es lo que nos lleva a
enclaustrarnos y nos impide sentir y disfrutar del gozo de la amistad.
Hay personas que también por su actitud, modales y lenguaje, repelen, y
ellas mismas no se explican por qué todos las rehúyen y esquivan. Su
personalidad orgullosa y quisquillosa las incapacitan para hacer una reflexión
serena sobre si mismos.
Hay algunas personas que confunden
con la amistad el compañerismo,
simpatía y camaradería.
Me gustaría terminar con lo que decía Martín Descalzo:
“Que solo es verdadera amistad la que enriquece a los dos
amigos, aquella en la que uno y el otro dan lo que tienen, lo que hacen, y,
sobre todo, lo que son……
Ser un
buen amigo o encontrar un buen amigo son las dos cosas mas difíciles del mundo,
porque suponen la renuncia a dos egoísmos y la suma de dos generosidades.
Suponen, además y sobre todo, un doble respeto a la libertad del otro y esto si
que es casi pedir un milagro”.
Generosidad
Ser generoso es
un concepto muy amplio abarca muchas cosas, tanto es generoso el que invierte en obras de caridad, como ser
generoso es escuchar al amigo en sus
cosas buenas y malas, generosidad es llevar un vaso de agua a cualquier
miembro de la familia, generosidad es pensar y actuar hacia los demás, hacia
fuera, no hacia adentro.
La generosidad es la ayuda mutua que
debe existir entre las personas, no porque se les conozca o sean nuestros
amigos, simplemente porque todos tenemos el deber de ayudar al prójimo y el
derecho a recibir la ayuda de nuestros semejantes.
La generosidad es un concepto que
poco a poco se ha ido perdiendo porque en esta sociedad creemos que cuando
alguien nos da algo por nada, es que hay una intención por detrás, pero todo lo bueno que hay en la
vida de los humanos es fruto de la entrega generosa de alguien.
Cuando se entrega lo que solo uno
puede dar y que no puede comprarse en ningún sitio, es cuando entendemos y
vivimos la generosidad en su más profundo sentido: la entrega de si mismo.
Una persona generosa experimenta gusto y placer en compartir con los demás
todo lo que tiene sin afectar la satisfacción de sus propias necesidades. Este
valor puede expresarse de forma material, mediante bienes u objetos. Pero
existen muchas más formas de vivirlo: ayudar con una tarea o un consejo,
compartir las propias habilidades, atributos y conocimientos. Sólo quien se
siente rico por dentro y considera que se encuentra en la abundancia es capaz
de dar con alegría. En general se trata de dar sin afectar el propio bienestar,
pero han existido casos de personas que arriesgan su propia vida para ayudar o
prestar un servicio a los demás.
Al reflexionar sobre esta virtud,
encontramos que la vida del ser humano esta llena de oportunidades para servir
y hacer un bien al prójimo. Una persona generosa se distingue por:
- La
disposición natural e incondicional que tiene para ayudar a los demás sin
hacer distinciones.
- Resolver
las situaciones que afectan a las personas en la medida de sus
posibilidades, o buscar los medios para lograrlo.
- La
discreción y sencillez con la que actúa, apareciendo y desapareciendo en
el momento oportuno.
Ser generoso es algo que
muchas veces requiere un esfuerzo extraordinario. Para vivir mejor esta virtud
en lo pequeño y cotidiano, es de gran utilidad poner en práctica las siguientes
medidas:
- Procura
sonreír siempre. A pesar de tu estado de ánimo y aún en las situaciones
poco favorables para ti o para los demás.
- Se
accesible en tus gustos personales, permite a los demás que elijan la
película, lugar de diversión, pasatiempos, la hora y punto de reunión.
- Aprende
a ceder la palabra, el paso, el lugar; además de ser un acto de generosidad
denota educación y cortesía.
- Cumple
con tus obligaciones a pesar del cansancio y siempre con optimismo,
buscando el beneficio ajeno.
- Usa
tus habilidades y conocimientos para ayudar a los demás.
- Atiende
a toda persona que busca tu consejo o apoyo. Por más antipática o
insignificante que te parezca, considera en ti a la persona adecuada para
resolver su situación.
- Cuando
te hayas comprometido en alguna actividad o al atender a una persona, no
demuestres prisa, cansancio, fastidio o impaciencia; si es necesario
discúlpate y ofrece otro momento para continuar.
- No
olvides ser sencillo, haz todo discretamente sin anunciarlo o esperando
felicitaciones.
La paciencia
La paciencia es
el valor que hace a las personas tolerar, comprender, padecer y soportar los
contratiempos y las adversidades con fortaleza, sin lamentarse; moderando sus
palabras y su conducta para actuar de manera acorde a cada situación.
Nada ganamos con la desesperación,
antes de reaccionar debemos darnos tiempo para escuchar, razonar y en su
momento actuar o emitir nuestra opinión.
Muchas personas, se
escudan por medio de la paciencia para no
hacer nada, para no actuar y esperar a que todo les caiga del cielo, y
obviamente esto no viene al caso.
La paciencia es un rasgo
de personalidad
madura. Es la virtud de
quienes saben sufrir y tolerar las contrariedades y adversidades con fortaleza
y sin lamentarse. Esto hace que las personas que tienen paciencia sepan esperar
con calma
a que las cosas sucedan, ya que piensan que las cosas que no dependan
estrictamente de uno, se les debe otorgar tiempo.
A lo largo de nuestra
vida nos enfrentamos a pruebas y desafíos que afectan negativamente a la salud, a la estabilidad económica, a las
relaciones afectivas, etc. Ante estas circunstancias se presentan varias
respuestas por parte del sujeto; estas pueden agruparse entre actitudes
positivas y negativas; las primeras resuelven los problemas, los atenúan o al
menos evitan empeorarlos cuando carecen de solución; las segundas, por el contrario,
sumen a la persona en el derrotismo y en una actitud completamente negativa.
Ante situaciones así, es importante la paciencia por lo que es importante mantener la calma para sobreponerse a estos acontecimientos
continuando con los proyectos emprendidos
y aprendiendo de los errores.
La paciencia siempre tendrá su
recompensa: mantener y mejorar las relaciones con todos nuestros amigos, familia, trabajo, etc.…
Frases:
“Y
ahora considera la ventaja de la paciencia. Cualquier ofensa —proceda de la
lengua como de la mano— que intenta herirla se despunta con el mismo golpe,
como dardo arrojado contra una piedra de inalterable dureza. Su intento, pues,
es inútil y todavía quizás con el golpe de retorno se hiere el mismo que arrojó
la flecha. He aquí cuánta es la utilidad y la ventaja de la paciencia.”
Tertuliano,
Tratado de la paciencia, siglo II.
“Quien
tiene paciencia, obtendrá lo que desea.”
Benjamín Franklin
Benjamín Franklin
El amor
Definición
La enciclopedia Wikipedia nos dice
sobre el amor:
“El
amor es un concepto universal relativo a la afinidad entre seres, definido de diversas formas según las
diferentes ideologías y puntos de vista (artístico, científico,
filosófico,
religioso).
De manera habitual, y fundamentalmente en Occidente,
se interpreta como un sentimiento
relacionado con el afecto
y el apego,
y resultante y productor de una serie de actitudes,
emociones
y experiencias.
En el contexto filosófico, el amor es una virtud que
representa todo el afecto,
la bondad
y la compasión
del ser humano.
También puede describirse como acciones dirigidas hacia otros y basadas en la
compasión, o bien como acciones dirigidas hacia otros (o hacia uno mismo) y
basadas en el afecto.”
Hay distintos tipos de
amor y también las formas de expresarlo son diferentes. El amor es la
inspiración total a cada acto consecuente para ser felices, y como un valor, es
una fuerte inclinación emocional hacia una persona, es noble y la fuerza más
dinámica que podemos tener para impulsarnos hacia cualquier clase de bien que
conozcamos. Las personas somos sujetos con derecho amar y a que nos amen tal
como somos, no somos objetos de nadie y como sujetos somos dueños de nuestros
propios actos, propietarios de nosotros mismos con la plena capacidad de
controlarnos.
El amor no es una
relación, es un estado del ser, tampoco es una dependencia, el amor no es
deseo. Cuando se confunde al deseo, se vuelve motivo de sufrimiento. También es
un valor supremo y en base a la amplitud de éste, existen diferentes tipos de
amor.
El ser humano necesita
del amor para poder vivir. Si no existe el amor en nuestras vidas, no hay nada,
si uno no es capaz de amarse a sí mismo, no puede amar ni dar amor a los demás.
Porque cuando uno está acostumbrado a recibir amor, uno se enriquece y fortalece para vivir la vida y ser feliz de la
mejor manera posible. De uno depende que, tanto tiempo se hospede en nuestra
mente y corazón. Si es a corto, a medio, o a largo plazo, de tal suerte que
sirva de motor para alcanzar nuestros objetivos por convicción y no por
obligación.
Reflexiones sobre el amor
- El
amor no debe fingirse.
- Reconozcamos
en el amor una expresión de la esencia humana.
- Lo
opuesto al amor es el odio, la envidia, la soberbia, la cerrazón a ser
feliz.
- Abrirse
al amor es llenarse de esperanza, lo contrario es el sinsentido de la
existencia.
- Sin
amor podemos gozarnos en placeres;
pero solo el amor perdura.
- El
amor predica con el ejemplo.
- Vivir
feliz significa encontrar el amor en todas las cosas.
- El
amor reconoce el valor esencial del ser humano, sin importar su
apariencia, ni sus condiciones, habilidades o limitaciones.
Algunas frases:
“En
toda historia de amor siempre hay algo que nos acerca a la eternidad y a la
esencia de la vida, porque las historias de amor encierran en sí todos los
secretos del mundo.”
Me gustaría terminar el artículo con
una reflexión:
Será
importante la experiencia que has acumulado en las distintas vivencias que te
han tenido como actor principal. Esa experiencia que hoy muchas personas no
reconocen y, es más, desprecian, es la que te dará la mesura y el equilibrio
necesario para la toma de decisiones que respeten tus valores esenciales.
Nadie
más que tú puede modelar tu futuro de acuerdo con tu buen saber y entender. No
es que estés solo en el mundo, pero como nadie puede saber mejor que tu lo que
necesitas para sentirte bien, debes hacer un trabajo individual para planificar
adecuadamente y paso a paso el tiempo que esta por llegar.
¿Cómo podremos aceptar
los cambios que envejecen nuestro cuerpo si al mismo tiempo no buscamos el
deslumbrante poder de algunas emociones y valores, como la alegría la paciencia
la generosidad.., o si no renunciamos a
mirarnos a nosotros mismos en lugar de observar el mundo que nos rodea, y
maravillarnos?
Estos
valores de los que hemos hablado, permiten afrontar, y quizá transformar, las
terribles realidades que son la vejez y la muerte. Así pues, tú decides si a lo
largo de esta etapa de tu vida vas a
utilizar esas gafas maravillosas donde
el amor, la amistad, la generosidad, la paciencia y la alegría de vivir compartirán tu vida y aran de ti una mejor
persona en todos los aspectos.
Ramón: Creo que la mayoría de los que te leemos ha aprendido parte de la sabiduría expuesta en tu página, sin embargo qué bueno es poder recordarla en forma ordenada. Un abrazo creando amistad.
ResponderEliminar