Introducción:
Siempre que pienso en la palabra
AMOR, surge inmediatamente otra en mi cabeza y es DAR. Los días que me reúno
con mis alumnos, lo primero que siento es una gran ilusión, voy cargado de
material que recopilé y trabajé a lo largo de la semana. Sé que les va a
gustar, les va a sorprender y hará que
surja en ellos nuevas preguntas y nuevos retos.
El hecho de DAR, es para mí una
manera de ser agradecido por todas las cosas buenas que me da la vida, es mi
manera de sentirme a gusto, sabiendo que lo estoy haciendo bien, ya que es lo que
sé hacer y en ello pongo todo mi AMOR.
Aún cuando
yo hablase las lenguas
humanas y
angelizas,
pero no
tuviese amor,
soy como
metal que resuena,
o cimbalo
que retiñe.
Y si tuviese
el don de la profecía
y entendiese
todos los misterios
Y toda
ciencia,
Y si tuviese
toda la fe,
De tal
manera que trasladase los montes,
pero no
tuviese amor,
Nada soy.
Y si
repartiese todos mis bienes
para dar de
comer a los pobres,
y si
entregase mi cuerpo para ser
Quemado,
pero no
tengo amor,
de nada me
sirve.
El amor es
sufrido, es benigno;
El amor no
tiene envidia,
el amor no
es jactancioso,
no se
envanece;
no hace nada
indebido,
no busca lo
suyo,
no se
irrita,
no guarda
rencor;
no goza de
la injustuicia,
más goza de
la verdad.
Todo lo
sufre, todo lo cree,
todo lo
espera, todo lo soporta.
1 Cor 13
Cuando amamos
de verdad, nos reconocemos en el otro y experimentamos la posible maldad del
otro como maldad propia. Solo esta forma de amor puede ofrecer la otra mejilla,
solo ella puede ofrecer también la túnica cuando nos piden la capa. Si este
comportamiento surgiese solo de la bondad, se quedaría en algo superficial y
sin relación con nuestro verdadero ser. Cuando amamos de verdad, no podemos
hacer otra cosa, porque experimentamos la unidad de todo lo vivo y nos
autolesionamos si le hiciéramos daño al prójimo.
Este amor nos capacita para abrazar
a nuestro contrincante y relacionarnos con benevolencia con aquellos que nos
odian. Entonces reconocemos a los contrarios y en los opositores la dinámica de
la vida, que no se desarrolla de forma lineal, sino que presenta de forma
continua situaciones que con frecuencia parecen caóticas. Dejamos de querer
unos padres perfectos, un maestro o una maestra perfectamente sabios, un
compañero perfecto, una compañera perfecta, una familia perfecta, una comunidad
perfecta, un estado perfecto y una iglesia perfecta. Entonces sabemos que todo
contiene simultáneamente también su contrario.
Manifestaciones del amor
En las relaciones de la persona con
su medio, el amor se ha clasificado en diferentes manifestaciones; en virtud de
ello, pueden aparecer una o más de las siguientes:
Amor autopersonal: El amor propio, amor
compasivo, es, desde el punto de vista de la psicología humanista, el sano amor hacia
uno mismo. Aparece situado como prerrequisito de la autoestima
y, en cierto contexto, como sinónimo de ésta. Es algo positivo para el
desarrollo personal e indispensable para las buenas relaciones interpersonales, y no debe confundirse con el narcisismo,
que conlleva egocentrismo y que coincide con una autoestima
baja. Para el budismo,
que califica al ego como una mera ilusión de nuestra mente,
el amor real, amor compasivo, sólo existe cuando se dirige hacia otra persona,
y no hacia uno mismo. Para el psicoanálisis,
que, de forma completamente opuesta al budismo, califica al ego como la única realidad,
el amor autopersonal siempre es narcisismo, que puede ser, a su vez, saludable
o no saludable.
Amor incondicional: Es el amor compasivo, altruista,
que se profesa sin esperar nada a cambio. El amor espiritual, predicado
por las diferentes religiones, es el amor incondicional por antonomasia. El amor
maternal, o amor de madre a hijo, se reconoce también como amor de este
tipo, y, por tradición, se considera motivado por un fuerte instinto que lo
hace especialmente intenso; no obstante, hay también quien cuestiona la
existencia de dicho instinto.
Amor filial: Entre hijos y padres (y, por
extensión, entre descendientes y ancestros).
Amor fraternal: En su sentido estricto, es el
afecto entre hermanos, aunque puede extenderse a otros parientes exceptuados
los padres y los descendientes. Nace de un sentimiento profundo de gratitud y
reconocimiento a la familia, y se manifiesta por emociones que apuntan a la
convivencia, la colaboración y la identificación de cada sujeto dentro de una
estructura de parentesco. Desde el punto de vista del psicoanálisis,
el fraternal es, al igual que el amor filial, sublimado, ya que está fundado en la
interdicción del incesto.
Amistad: Cercano al amor fraternal, es un
sentimiento que nace de la necesidad de los seres humanos de socializar. El amor
al prójimo nace a su vez del uso de la facultad de la mente de empatizar
y tolerar, y constituye la abstracción de la amistad.
Para Erich Fromm,
dicho amor al prójimo equivale al amor fraternal y al amor predicado en
la Biblia
mediante la frase «amarás al prójimo como a ti mismo».
Amor
romántico:
Nace en la expectativa de que un ser humano cercano colme a uno de satisfacción
y felicidad existencial. Este sentimiento idealiza en cierto grado a la persona
objeto de dicha expectativa, definida en la psiquis.
Amor
confluente:
Amor entre personas capaces de establecer relaciones de pareja, definido a
mediados del siglo XX.
Aparece por oposición al amor romántico: no tiene que ser único, no tiene que
ser para siempre, no supone una entrega incondicional, etc.[]
Amor sexual: Incluye el amor romántico y
el amor confluente. El deseo sexual, según Helen Fisher,
es diferente del amor romántico y del afecto (véase su estudio
al respecto). Desde el punto de vista de la psicología humanista, el amor romántico —y
el amor interpersonal en general— está relacionado en gran medida con la autoestima.
Amor
platónico:
Con propiedad, es un concepto filosófico que consiste en la elevación de la
manifestación de una idea
hasta su contemplación, que varía desde la apariencia de la belleza
hasta el conocimiento puro y desinteresado de su esencia. Para Platón,
el verdadero amor es el que nace de la sabiduría, es decir, del conocimiento. Vulgarmente, se conoce como una forma de amor en que no hay un elemento sexual o
éste se da de forma mental, imaginativa
o idealística y no de forma física.
Amor a los animales y a
las plantas: Nace de un sentimiento protector.
Amor hacia algo abstracto o
inanimado: A un
objeto físico, una idea, una meta, a la patria (patriotismo),
al lugar de nacimiento, al honor, a la independencia (integridad). Puede
considerarse amor platónico en su sentido filosófico. El patriotismo
puede ir asociado a la heroicidad, en cuyo caso constituye un comportamiento de
altruismo respecto a su grupo, que en esencia es un comportamiento de egoísmo
respecto a otro grupo en la medida en que no se considera al otro grupo de la
misma condición.
Amor hacia un dios o una deidad (devoción): Suele nacer de la educación
recibida desde la infancia, y se basa en la fe. Se considera a Dios
como la fuente de todo amor. En la mayoría de los casos, existe la creencia
de que, tras la muerte,
Dios premiará de alguna forma a las personas que la correspondiente religión
considere virtuosas.
Amor universal: Amor espiritual que, según
diferentes religiones, todas las personas pueden llegar a profesar al medio
natural y que los grandes místicos experimentan como expresión del nirvana, éxtasis o iluminación, estados de conexión
absoluta con el universo o con Dios. Es una manifestación sublime en la que se
eclipsan o confluyen el resto de las manifestaciones. Eckhart Tolle
sostiene que el amor, como estado continuo, aún es muy raro y escaso, tan
escaso como un ser humano consciente.
Una
visión psicológica
Desde corrientes psicoanalíticas, para Erich Fromm el amor es un arte y, como tal,
una acción voluntaria que se emprende y se aprende, no una pasión que se impone
contra la voluntad de quien lo vive. El amor es, así, decisión, elección y
actitud. Según Fromm, la mayoría de la gente identifica el amor con una
sensación placiente. Él considera, en cambio, que es un arte, y que, en
consecuencia, requiere esfuerzo y conocimiento. Desde su punto de vista, la
mayoría de la gente cae en el error de que no hay nada que aprender sobre el
amor, motivados, entre otras cosas, por considerar que el principal objetivo es
ser amado y no amar, de modo que llegan a valorar aspectos superficiales como
el éxito, el poder o el atractivo que causan confusión durante la etapa inicial
del pretendido enamoramiento pero que dejan de ser influyentes cuando las
personas dejan de ser desconocidas y se pierde la magia del misterio inicial.
Desde un punto de vista de la terapia
cognitivo-conductual, el amor es un estado mental orgánico que
crece o decrece dependiendo de cómo se retroalimente ese sentimiento en la
relación de los que componen el núcleo amoroso. La retroalimentación depende de
factores tales como el comportamiento de la persona amada, sus atributos
involuntarios o las necesidades particulares de la persona que ama (deseo
sexual, necesidad de compañía, voluntad inconsciente de ascensión social,
aspiración constante de completitud, etc.).
Desde la psicología
cognitiva y psicología social,
destacan las investigaciones efectuadas acerca del amor de Robert J. Sternberg,
quien propuso la existencia de 3 componentes en su teoría
triangular del amor:
- La
intimidad, entendida como aquellos sentimientos dentro de una relación que
promueven el acercamiento, el vínculo y la conexión.
- La
pasión, como estado de intenso deseo de unión con el otro, como expresión
de deseos y necesidades.
- La
decisión o compromiso, la decisión de amar a otra persona y el compromiso
por mantener ese amor.
Estos tres componentes pueden
relacionarse entre sí formando diferentes formas de amor: intimidad y pasión,
pasión y compromiso, intimidad y compromiso, etc.
Desde el punto de vista de la psicología
humanista, la definición de amor más delimitada que aporta el
humanismo es la de Carl Rogers,
también considerada por Abraham Maslow:
«amor significa ser plenamente comprendido y profundamente aceptado por
alguien». Según Maslow, «el amor implica una sana y afectuosa relación entre
dos personas». Partiendo de estas dos definiciones, la necesidad
de amor se basa en algo que incita a las personas a ser aceptadas y adheridas a
una relación. Dice Maslow: «La necesidad de amor implica darlo y recibirlo […],
por tanto, debemos comprenderlo; ser capaces de crearlo, detectarlo,
difundirlo; de otro modo, el mundo quedará encadenado a la hostilidad y a las
sombras».
Bernabé
tierno, de su libro la fuerza del amor
No
hay dificultad que amor suficiente no pueda conquistar. Ni enfermedad que
bastante amor no pueda curar.
No
hay puerta que no se abra con bastante amor, ni brecha que con bastante amor no
se pueda cerrar.
Ni
muro que con amor bastante no se pueda derribar, ni pecado que con
bastante amor no se logre redimir.
No
importa cuán profundo sea el problema, ni cuán desesperado sea el futuro, ni la
monstruosidad del error cometido, con bastante amor todos se resolverá.
Si
solo pudieras amar lo suficiente serías el ser más feliz y más poderosos
del mundo.
Emmet Fox
La
vida es vida, solamente cuando hay amor.
Gandhi
Herivert Rau
Decía
Helen Keller que las cosas mejores y más hermosas del mundo no pueden verse ni
tocarse, pero se sienten en el corazón. Son duda, el amor es la mejor y más
bella de las cosas que no tocamos ni vemos.
E.
Rod, escritor Frances decía que” en el fondo de cada persona existen tesoros
escondida que realmente descubre el amor”. Y se da cuando la comunicación ha
llegado a convertirse en una forma de intimidad mas profunda, plena e intima.
Esto el autor lo identifica como “comunión” del amor, cuando los que se aman
hacen mutuas donaciones de sus más íntimos secretos y deseos.
D.
Stern, dice que cabe afirmar que no hay fuerza que mas unifique sinérgicamente
los procesos de la personalidad que el amor. La fuerza del amor es, pues,
evidente, y hasta para convalidar la verdad necesitamos de él; si amor es
imposible alcanzarla.
El amor es la única fuerza que nos
hace penetrar en el mundo de los valores, aquello que hace buenas a las cosas,
lo cual constituye el objetivo del amor como deseo del bien.
El
amor humano se perfecciona y purifica en la medida en que, de forma consciente,
se abre a un mayor número de personas, no se agota en la pareja, sino que esta
se convierte en benefactora universal, en sembradora de bondad y amor. Bien lo
expresa el aforismo latino: “Todo amor necesita contagiarse”.
Victor
Frankl, decía que quien ama siempre crea valores, porque ofrece a otros la
oportunidad de amar y, por tanto, de madurar, enriquecerse y perfeccionarse con
la fuerza del amor. Pero añadía otra consideración no menos profunda y
reconfortante, al considerar “Que nadie es inútil en el mundo mientras sea
objeto de amor”, pues hasta el ser mas ruin nos ofrece la oportunidad de amarle
y, por tanto, de enriquecernos y enriquecerle, de perfeccionarnos y
perfeccionarle.
Decálogo
de la felicidad en la pareja
- Cultivad lo mejor de vosotros
mismos para un
mayor crecimiento personal.
- Mostraos siempre tal como sois, sin temor a mostrar la propia
fragilidad y vulnerabilidad.
- Sed empáticos al máximo, procurando ver las cosas desde
el punto de vista del otro. En esto consiste la verdadera comprensión.
- No pretendáis corregir los
defectos del otro sin antes reconocer sus virtudes. nadie es perfecto.
- El mutuo respeto en el presente es la base de
la felicidad del futuro. La dignidad de la persona es el mayor valor del
hombre.
- La complementariedad no basta;
hace falta la afinidad
en gustos y objetivos para entenderos plenamente. “lo semejante atrae lo
semejante.”
- Mantened la unidad de criterios
en la educación de vuestros hijos. No los utilicéis nunca como medios para vuestros
fines.
- Tomad la decisión de amaros
todos los días. En el amor siempre es posible crecer.
El
amor a uno mismo, la completa aceptación de las propias virtudes y defectos, es
el principal motor que impulsa a vivir. Sin embargo, para esos momentos
especialmente difíciles en los que no contamos ni siquiera con nosotros mismos,
Sandra Ray nos da unos buenos consejos:
Cuando sientas que no te amas,
comienza por amarte tú mismo, y después sal a amar a alguien.
Cuando sientas que no te aprecian,
comienza por apreciarte tú mismo, y después sal a apreciar a alguien.
Cuando sientas que no se te reconoce,
comienza por reconocerte a ti mismo, y después sal a dar reconocimiento a alguien.
Cuando sientas que no se te toca,
comienza por tocarte a ti mismo, y después sal a tocar a alguien.
Cuando sientas que no se te hace
caso, comienzas por hacerte caso a ti mismo, y después sal a hacer caso a
alguien.
Cuando sientas que se te rechaza,
comienza por aceptarte tú, y después sal a aceptar a alguien.
Cuando te sientas solo, encuéntrate,
y después sal a encontrar a alguien.
Cuando te sientas pobre, comienza
por darte a ti mismo, y después sal a darle a alguien.
Y entonces encontraras a alguien que
te ame, te aprecie, te reconozca, te toque, te haga caso, te acepte, te
encuentre y te dé.
En este camino que
recorro siempre con gran ilusión y con muchas
ganas aparecen personas que participan, enseñan, iluminan, comparten, avivan,
motivan, ofrecen… llenas de ilusión… su tiempo, su cariño su amistad y su AMOR…
Emi, cuyas fotos que iluminan este
artículo son suyas y las ha cedido de manera desinteresada. Dice que:
“El amor, es lo que hay en millones de actos.
Respirar es el acto de amar esta vida. Es amor el acto de acariciar, y atusar,
una forma simpática de hacerlo.
Amor,
es besar y abrazar para curar.
Cantar
y bailar, es celebrar el amor.
Sonriendo,
salpicamos amor.
Amor
es decir la verdad, amor, es mentir por piedad.
Perdonar
y pedir perdón, es otro acto de amor.
Jugar
con un niño, escuchar aun anciano.
Plantar
un árbol, regar una flor.
Pero,
el mayor acto de amor, nos lo da el sol amaneciendo, para todos igual y de
forma incondicional. Repartiendo sosiego al atardecer, para retirarse después,
y dejar a la luna ejercer, también su acto de amor, que es dar la luz que
recibió.
El
amor es esperanza de PAZ.”
Ana también sobre el amor:
“AMOR;
¡¡Que concepto tan ampliamente tratado en su espectro multicolor,!!
Embriaga
nuestras vidas con su sutil aroma dando un toque especial a lo cotidiano.
Seduce,
trasforma.
Natural,
espontáneo y sorpresivo.
Lindeza,
profundidad, vértigo, risas, complicidad, vivencias y cierta dosis de
incertidumbre.
No
es gobernable ni requiere esfuerzo alguno.
Cuando
se AMA, en el más amplio sentido de la palabra, la LIBERTAD adquiere su máximo
esplendor, las perspectivas se modifican y se inundan de luz y suavidad
cualquier interacción.
Lo
que el futuro reserva depende de la capacidad de AMAR estrechamente ligado al
CONTENTO INTERIOR (Alegría de vivir) y SOSIEGO.
“…AMAR
es comprender el cielo, es tener, estando dormidos o despiertos,
Claridad
para los ojos y
Música
para los oídos” (Víctor
Hugo)
AMOR…
una palabra sencilla, un sentimiento
claro hasta el instante en que nos posee, nos penetra el alma e invade generando:
Espectáculos
fascinantes. Sentimiento mágico.
La
música del corazón.
AMOR…
eres tú
Está
en ti.
He guardado para tenerlo a mano, querido Ramón, éste tu último post. Es magnífico. Un compendio para un buen vivir, no, no sólo eso para vivir bueno, pleno, recobrando las alegrías, esos placeres que olvidamos y los planes que al final los subestimamos. Creo que seré mejor después de leer tu proposición varias veces.
ResponderEliminarGracias y abrazos.
Vicente.