Podemos ver las cosas a la
luz del alma o a la luz del ego.
A
la luz del alma, las cosas adquieren plenitud; a la luz del ego, se
vuelven vacías.
Lo que
atraigamos, y eso será lo que nos ocurrirá en la vida, estar
relacionado con nuestros pensamientos y con nuestras emociones. De
ahí la importancia de lo que pensamos y sentimos, de la calidad de
nuestros pensamientos y de nuestros sentimientos. Nuestra felicidad
depende de ellos, son las dos varitas mágicas que nos han obsequiado
al nacer.
Todos sabemos que la cabeza
da vueltas y vueltas a los problemas. El corazón se abre a las
soluciones. Podemos movernos con la mente y podemos movernos con el
corazón, pero podemos hacer algo mucho mejor: unir nuestras mentes
con nuestros corazones.
Las emociones positivas
Hay que tener presente que,
al contrario de lo que cabria creer, la psicología positiva no es
(una psicología) del "buenísmo", donde "todo el
mundo es bueno, todo el mundo es amable". La psicología
positiva no elude la cuestión del sufrimiento humano ni los medios
para ponerle remedio. El sufrimiento forma parte de nosotros; es
también lo que hace nuestra riqueza, nuestra complejidad humana. Sin
embargo, en lugar de interrogarse únicamente sobre lo que no
funciona, la psicología positiva nos propone partir de lo que va
bien: de nuestros recursos, de nuestras potencialidades. Y también,
por supuesto, invita a ver lo que se puede mejorar.
Las emociones positivas
actúan como verdaderos antídotos para nuestras tendencias
negativas. Cuando uno aprende a alegrarse de la felicidad de los
demás, tiende manos a mostrarse envidioso. Cuando se cultiva la
benevolencia, queda menos espacio para el odio. Es lo que Barbara
Fredrickson denomina la espiral ascendente. Cuanto más nos
focalicemos en la parte positiva de nuestra vida, mas emociones
positivas experimentaremos, y estas nos llevaran a reaccionar o
actuar positivamente.
Diez
emociones positivas que nos confieren superpoderes
-
La alegría
¿Qué me pone alegre?
-
El reconocimiento, la gratitud
¿Por qué
podría dar las gracias? ¿A cuando se remonta el último impulso de
gratitud experimentado? ¿Qué circunstancias o acontecimientos
provocaron en mí ese reconocimiento?
-
La serenidad
¿En qué momentos me siento
realmente bien, tranquilo y confiado? ¿Qué me procura esa
sensación en mi vida?
-
La curiosidad , el interés
¿Qué me intriga, despierta
mi curiosidad o me atrae de manera inevitable?
-
La esperanza
¿Cuándo me muestro más
optimista respecto al futuro? ¿Cuándo me siento en plena posesión
de mis facultades y sé que puedo realizar mis sueños o superar las
adversidades?
-
El orgullo
¿De qué me siento orgulloso?
-
La diversión
¿Qué me divierte, me suscita
una sonrisa o me hace reír?
-
La inspiración
¿Qué me inspira y me impulsa
a superarme?
-
La admiración
¿Qué admiro y me resulta
extraordinario?
-
El amor
¿Qué me permite sentir amor?
¿Qué me produce la sensación de ser amado o me suscita el
irresistible deseo de amar?
Optimismo inteligente,
(María Dolores Avia y Carmelo Vázquez)
Dice
Seligman, que la psicología positiva, la ciencia social positiva que
vislumbro para el siglo XXI , tendrá como una útil consecuencia
indirecta la posibilidad de prevenir las enfermedades mentales
graves, puesto que hay una serie de características positivas
humanas que muy probablemente protegen contra la enfermedad mental:
la valentía, el optimismo, las habilidades interpersonales, el
trabajo, la ética, la esperanza, la responsabilidad, la honestidad o
la perseverancia, por nombrar unas cuantas. Pero también tendrá
como efecto directo el poder comprender científicamente como
desarrollar capacidades y virtudes cívicas personales y como
alcanzar lo mejor de la vida.
El ser humano es un ser
intrínsecamente social. Como nos han enseñado los psicólogos
evolutivos, al menos desde Vigostky, una buena parte de nuestro
comportamiento y nuestra actividad mental se centran, desde edades
muy tempranas, en la interacción con los demás. Incluso a los pocos
días de nacer ya se observan conductas en el bebe (mirar a los ojos
de la madre que le amamanta o efectuar sonrisas sin finalidad
aparente) que tienen el claro objetivo de incrementar el apego mutuo
entre en el recién nacido y los que le rodean.
La felicidad "socializada"
prevalece sobre la felicidad "autista".
Bienestar, satisfacción
con la vida, felicidad, calidad de vida y optimismo.
Hasta
ahora nos hemos estado refiriendo a conceptos que guardan entre sí
mucha relación, pero que no son del todo equivalentes. Para empezar,
hay que distinguir entre emociones
positivas y estado de ánimo, humor o tono afectivo positivos. Estos
últimos términos se refieren a estados anímicos que tienen menos
intensidad y más duración
que las emociones y, sobre todo, son más globales y difusos. Una
diferencia fundamental entre ambos es que los estados anímicos no
están relacionados necesariamente con un objeto manifiesto (así, un
día determinado uno se siente de buen o de mal humor, sin razón
aparente), mientras que las emociones, que desde luego son también
estados afectivos, están ligadas a un objeto identificable - e que
determina su amor o su odio, por ejemplo - y además tienen como
característica fundamental la de predisponer al individuo a realizar
acciones congruentes con ellas (como aproximarse al objeto amado,
vengarse o simplemente rehuir al que se odia). Esta primera
distinción es importante porque afecta, a su vez, a otras: por
ejemplo, al concepto, actualmente muy utilizado, de bienestar
subjetivo.
Al fin y al cabo, la
felicidad
A veces pienso que las
personas no se acaban de creer que eso de la felicidad existe. A lo
sumo un día bueno. A lo sumo unas horitas de subidón. A lo sumo el
tiempo de alcanzar un deseo. Pero de verdad, de verdad, no nos lo
acabamos de creer. Generalizando adrede, preferimos sostenernos en
la red de la preocupación. Preferimos sufrir un poco más pero no
morir de éxito. Preferimos construir miedos como muros de seguridad
antes que hacer cometas de libertad. Preferimos mas aguantar que
lanzar. Preferimos mas tragar que expresar. Preferimos dar más que
recibir. Preferimos mas hablar que escuchar. Preferimos que los
demás vayan delante y nosotros atrás. Preferimos estar mal
acompañados que solos. En fin, que no nos creemos que podamos ser
felices incluso a pesar de todo. Sera por eso que leemos tanto sobre
la felicidad y en cambio la practicamos tan poco.
Por todo
ello le diría a mi amigo Amadeu que la ilusión, más que la
esperanza, es lo más parecido a la felicidad. Porque es en la
ilusión de llegar a ser felices donde encontramos la felicidad. Como
también metaforiza Eduard Punset "la felicidad está escondida
en la sala de espera de la felicidad". Es lo que el poeta
Konstantinus Kavafis intuyo: "Cuando partas hacia Ítaca pide
que tu camino sea largo y rico en aventuras y conocimiento...no
apresures el viaje, mejor que dure muchos años y viejo seas cuando
a ella llegues, rico con lo que has ganado en el camino sin esperar
que Ítaca te recompense". Tú eres quien hace el viaje y de ti
depende la ilusión con que lo vivas. En cambio si esperas, puedes
desesperarte.
Cinco verdades sobre el
miedo, según Susan Jefferson:
1. El miedo
nunca desaparecerá mientras siga creciendo.
2. La única manera de
liberarse a hacer algo es hacerlo.
3. La única manera de
sentirme mejor es enfrentarlo.
4. No soy único sintiendo
miedo, les pasa igual a todos los demás.
5. Vencer el miedo asusta
menos que convivir con un miedo subyacente que proviene de la
impotencia.
Tu misión de vida
Según el doctor Christophe
Faure, "tu vocación consiste en ser llamado por tu corazón y
tratar de darle voz". Nada mejor que utilizar el corazón a modo
de brújula para que nos guie hacia lo que es bueno para nosotros y
lo que debemos realizar en esta vida. Seguir la vía de nuestro
corazón podría procúranos mayor felicidad, pero también
permitirnos gozar de mejor salud y vivir más tiempo.
Entre las personas con mayor
riesgo de deceso, cuya misión de vida era claramente menos
significativa, aparecían con regularidad estos tres enunciados:
-
"tengo la sensación de que ya he hecho cuanto debía de hacer en la vida".
-
"Antes me fijaba objetivos, pero ahora me digo que es una pérdida de tiempo."
-
"Mis actividades cotidianas me parecen insignificantes y sin importancia."
A la luz de dichos
resultados, si deseamos vivir más tiempo, tengamos en mente que es
importante fijarse objetivos, alimentar la sensación de que todavía
hay cosas que hacer y que nuestra vida. Tiene valor.
Tal vez te preguntes: "pero
¿cuál es mi misión de vida?" y con razón, porque no siempre
es fácil identificarla, sobre todo si hace varios años que te has
perdido de vista...
Ante todo, debes saber que la
misión de vida puede ser percibida como una intención profunda.
¿Qué cosas buenas haces ya en tu vida? ¿Qué te planteas realizar
a lo largo de tu existencia? ¿Qué deseas dejar como huella de tu
paso por este mundo? Preguntas todas ellas susceptibles de mover a
reflexión.
La psicología positiva
propone tres preguntas para ayudar a cualquier persona a discernir lo
que podría ser su misión de vida y, sobre todo, para servirle de
chispa a la hora de dar sentido a su vida.
Estas son las tres preguntas:
-
¿Qué es realmente importante para ti?
-
¿Qué te procura placer y te permite sentirte feliz?
-
¿cuáles son tus fortalezas y tus recursos?
También
podrías encontrar tu misión o propósito de vida utilizando el
modelo SFM
de Robert Dilt (En programación neurolingüística) este sugiere que
lleves un diario en el que anotes diversas respuestas a las preguntas
siguientes, concernientes a las cinco dimensiones de tus objetivos de
vida: pasión, visión, misión, ambición y papel:
Tu
pasión:
¿Qué te anima, que te da la sensación de estar más vivo? ¿Cuál
es tu sueño? ¿Qué harías con tu vida si no tuvieras que trabajar
por un sueldo? ¿Qué te hace sentir feliz?
Tu
visión:
¿Qué es lo que la energía de tu pasión te da ganas de cambiar en
el mundo? ¿Qué querrías ver en mayor o en menor medida en tu
entorno? ¿Qué podría cambiar el mundo que te rodea? ¿Qué
necesitarían quienes te rodean para sentirse más felices, mas
realizados?
Tu
misión: ¿Cuál
puede ser tu contribución única, sea de escasa o de suma
importancia, a la realización de tu visión? ¿Cuál es la cualidad
especial que posees y que querrías poner al servicio de los demás?
Tu
ambición:
¿Qué quieres conseguir que sea importante para ti en la vida? ¿Qué
estatus, ingresos o titulo desearías obtener?
Tu
papel:
¿Qué tipo de persona necesitas ser para realizar tu ambición de la
mejor manera posible? Conociendo tu identidad de rol (por ejemplo,
madre de familia, explorador, científico, coach), ¿a quién
necesitas acercarte para realizar del mejor modo posible tu pasión y
tu misión?
A continuación intenta ver
si se perfila un hilo conductor en todo ello. Sigue haciéndote las
preguntas hasta que todo se vuelva más claro en tu mente.
Eres más que tus
pensamientos
Debes comprender que no debes
hacer tanto caso a tus pensamientos, porque son cambiantes, están
influidos por muchísimos factores ¡e incluso puedes observarlos!.
Tu cerebro
piensa a veces unas cosas y luego otras. Y, a su vez, lo que piensas
está influido por tu estado emocional en ese momento, por tus
condicionamientos del pasado, por tus creencias, por tu cultura, por
tu entorno y, quizá, incluso por tus antepasados.
No
eres tus pensamientos, sino quien los observa.
Recuerda: quien se identifica con sus pensamientos, creyéndose que
es lo que piensa, sufre muchísimo a lo largo de su vida.
Amate a ti mismo
"Amarse
a sí mismo es el comienzo de un romance eterno".
Empieza
por quererte a ti, pues no podrás amar a nadie si no te amas a ti
mismo. Por amor no tienes que renunciar a nada, ni a tus amigos, ni
a tu talento, ni a tus gustos. El
amor suma, no resta.
Nos dice
Alejandro Jodorowsky, "para
amar hace falta emprender un trabajo interior que solo la soledad
hace posible. Un trabajo que requiere ser valiente y atreverse a
mirar lo que hay dentro de uno. Si huimos de la soledad como si fuera
el mismo diablo, no podemos conocernos, y quien no se conoce no puede
amarse."
Si
Sócrates decía: "conócete a ti mismo", el buda dijo:
"amate a ti mismo". Estas dos ideas pueden parecer
distintas, incluso opuestas. De alguna manera, una seria como la
trompa y otra como la cola del mismo elefante. Pero los sabios nos
han enseñado que conocer es amar y que amar es conocer. Conocimiento
sin amor es lo que Rabelais llamaba "ciencia sin consciencia",
que es "la ruina del alma". Amor sin conocimiento es amor
ciego. Decía Oscar Wilde que "amarse a sí mismo es el comienzo
de un romance eterno". Y la vida es una historia de amor eterna
cuando hemos aprendida a amarnos a nosotros mismos, porque recibimos
amor en la medida en que lo damos. Y solo podemos dar amor en la
medida en que nos amamos a nosotros mismos.
Afirman los poetas que el amor
es el alimento del alma. Sin este alimento, el alma esta triste y
débil pero amar no es una actitud, un negocio o una formalidad; amar
es un estado del alma. Hemos hablado de dar las gracias. Agradecer
alimenta el amor. Cuando nos amamos a nosotros mismos, va apareciendo
una felicidad que acaba desbordándonos y alcanzando a los que nos
rodean. El amor, por uno mismo y por los demás, es algo
indispensable para estar feliz.
"Solo
podemos dar amor en la medida en que nos amamos a nosotros mismos."
Confía en la vida, todo
irá bien
La vida nos ayuda cuando
estamos dispuestos a dar el siguiente paso, a no mirar para otro lado
y a aceptar las cosas tal y como son en este momento. Sin miedo. Sin
quejas. Sin reproches. Sin culpas.
Se que
dentro de nosotros hay un poder que puede trasformar cualquier cosa
en nuestro interior en cuestión de segundos, pero para que algo así
ocurra tenemos que confiar ciegamente en ese poder y saber que es
posible.
"Es importante
recordar que todos tenemos magia dentro de nosotros".
J. K. Rowling
"Mama
decía que hay milagros todos los días. Mucha gente no se lo cree,
pero es verdad". FORREST
GUMP
La magia existe, pero para
verla y experimentarla tienes que creer en ella.
En la vida
hay una fuerza invisible que nos une a todos, que lo conecta todo y
que lo sabe todo. Esa fuerza está en todas las partes, también
dentro de ti. Pero para poder verla, utilizarla y disfrutarla, tienes
que ser consciente de ella, porque, de lo contrario, es como si no
estuviera. Y ese conocimiento es lo único que nos diferencia a unos
seres humanos de otros. Todos somos magos, pero hay mucha diferencia
entre serlo y saber que lo eres.
Y recuerda
que la
vida es un viaje de aprendizaje infinito
y no hay viaje sin movimiento. Mientras aprendes, estás vivo.
Reflexión
"Antes,
cuando pensaba en mis defectos, en todo lo que debía hacer por mi
misma para hacerme más valiosa como persona, me desesperaba tanto
que acababa en la cama, tapándome con una sabana hasta la cabeza, y
desenado no despertar jamás. Ahora, en cambio, cuando pienso en
algunas cosas que desearía pulir me digo que todo llegara. Me siento
muy alegre cuando me veo a mi misma diciéndome: "Tranquila,
todo llegara." ¡Sentir alegría por algo que todavía no he
hecho es algo inaudito en mí! Antes solo era capaz de ver lo que no
era y deseaba ser, pero al percibir mis carencias y errores me sentía
totalmente desvalida, un ser sin valor alguno. Ahora, en cambio, mi
valor no varía si hay aspectos en mí, digamos, imperfectos. Miro lo
que deseo cambiar, pero a la vez hago balance de todo lo que ya he
hecho, y eso me hace amarme más, me enorgullezco de todos mis
logros, aun cuando son pequeños, incompletos e insuficientes. Cada
paso, por insignificante que parezca, es para mí un éxito porque
significa que hago algo positivo que antes no hacía. Por tanto, cada
pequeño cambio que produzco en mi actitud me hace un poco mejor que
antes, cuando simplemente me limitaba a refugiarme en la oscuridad de
mi cuarto."
Tenía
tantas cosas que nunca me dedique a ninguna. Que malo es acumular y
poder hacerlo. Pierdes el sentido de la vida y aquello que seguro te
haría feliz.
Todo ser humano tiene la
libertad de cambiar en cualquier momento
VITOR FRANKL
Reflexión de Rosa Martínez
Hace tiempo que voy con el
mapa en las manos. Al mirarlo reconozco los lugares por donde he
pasado, los lugares en los que he vivido, las personas conocidas. Me
sorprendo a veces del camino realizado; del atrevimiento de algunos
momentos; de los grandes retos; de los cambios de sentido; de las
curvas; de as grandes pausas. Siento de nuevo, ante el mapa dibujado,
las viejas sensaciones y sentimientos, los miedos y alegrías, la
tristeza, el decaimiento y el coraje. A medida que ando, voy
dibujando mi mapa.
Me encuentro navegando por
un rio, el de mi vida, a veces amplio y sereno, a veces de aguas
bravas. Ahora navegando con remos, ahora con motor. Bajo el sol, la
lluvia, vientos, frio y calor. Y cada día, una vez hecho el trayecto
me acerco a las riberas. En la ribera derecha encuentro los amigos
que me esperan, las relaciones, el arte, los museos, los libros. Allí
acerco la barca y construyo un espacio frondoso y lleno de estímulos.
En la ribera izquierda encuentro un desierto acogedor y solitario.
Un mar de arena inacabable, lleno de huelas de lo que ya han hecho el
camino. Ando por el atardecer en silencio.
Empiezo a pensar que cada
día es nuevo, el punto de partida siempre es nuevo. Cada día, cada
momento puedo decidir desde donde partir, a donde ir, por donde ir,
con que equipaje y con quien quiero ir. A menudo veo lugares que me
gustan, a los que puedo legar con facilidad. Veo otros que me
ilusionan, aunque el camino está poco marcado. Tendré que hacer
caso a mi intuición. Tendré que hacer caso a mi experiencia y
coraje para apartarme de aquellos lugares que quiero evitar. Me dan
miedo los pozos (quedarme a oscuras), las trampas escondidas (los
engaños), sentirme perdida (no saber hacia dónde ir). Las posadas
donde duermes días y días (dejar de vivir), las prisiones (sentirme
atada) a veces siento que querría dejar por un tiempo la barca,
cansada de pasar de una ribera a la otra. Si quiero volver al rio, no
puedo adentrarme demasiado en los jardines o los desiertos.
En todo este caminar hay
caminos señalizados, avisos de gente que ya han hecho el camino, de
gente que vive aposentada en su paisaje particular, que se va
quedando atrás en el viaje, gente que me acompaña en algunos
trayectos, la gente del desierto y del jardín, la gente del rio...
Busco puentes. Busco un
delta.
Bibliografía
-
"Descontrólate", libro de Xavier Guix
-
RAMON GAJA (bienestar, autoestima y felicidad)
-
Optimismo inteligente, (María Dolores Avia y Carmelo Vázquez)
-
"El poder de confiar en ti" libro de Curro cañete.
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