viernes, 30 de octubre de 2020

El término MONO NO AWARE "o de la fragilidad de la belleza"



EL SIGNIFICADO DE AWARE

Mono no aware o aware viene de mono, que significa “cosa”, y de 哀れ aware, que significa “sentimiento”. No existe una traducción española literal pero su significado se asemeja mucho a la famosa expresión latina tempus fugit, que interpretamos como “el tiempo vuela”. Así podemos identificarla como una declaración de sensibilidad o conciencia ante la natural fugacidad de las cosas y de la vida.  Apela a entender la transitoriedad de las cosas con un sentimiento de belleza y finitud.

Se podría decir que este término posee un toque de tristeza y melancolía, pero podemos interpretarlo además en sentido positivo, ya que el cambio y el final de algo pueden dar paso y ser el comienzo de otras cosas.

 Este concepto se puede comprender mejor con el ejemplo de la flor del cerezo: los japoneses admiran cada año los cerezos en flor, se sientan bajo ellos para contemplarlos hasta convertirlo en una tradición a la que han puesto nombre, el hanami 花見. Esta flor desaparece en unos días o en pocas semanas, por lo que es poco el tiempo durante el que se pueden apreciar. la lentitud con que se abre, su extrema fragilidad frente a la lluvia y el viento que domina la primavera, la inestabilidad caprichosa del cielo entre marzo y abril, los poquísimos días en que florece plenamente, la rapidez con la que sus petalos caen al suelo, la visión de  atormentadora belleza que dejan en los ojos del que los contempla.

 Pero también se trata de un procedimiento cíclico ya que todos los años vuelven a crecer: por esta razón también es una alegría poder observar la vida que florece una y otra vez. Admirándolas podemos entender el paso del tiempo y la impermanencia, lo efímero de nuestra existencia.

Según la definición de Kitayama Keita 北山谿太 en su Diccionario de Genji Monogatari 源氏物語辞典 de 1886, aware «es el sentimiento profundo que nos embarga al contemplar una hermosa mañana de primavera, y también la tristeza que nos sobrecoge al mirar un atardecer otoñal. Pero, ante todo, es un sentimiento de delicada melancolía que puede derivar en una profunda tristeza al sentir hondamente la belleza caduca de todos los seres de la naturaleza».

El aware o mono no aware hace referencia a la sensibilidad o capacidad de sorprenderse o conmoverse, de sentir cierta melancolía o cierta tristeza ante lo efímero, ante la vida y el amor. Es la capacidad de sentir compasión o piedad, sin influencia alguna de religiones o credos. Es un sentimiento puramente humano que va más allá de lo superficial y se centra en algo más profundo.

El mono no aware es una característica básica de las artes japonesas, especialmente de la literatura, ya que según muchos es la emoción más básica para llegar a conmover a los lectores. De hecho, en Genji Monogatari, un clásico de la literatura japonesa, hay una escena en la que el príncipe Genji se mira al espejo y siente, en palabras de Carlos Rubio(*), el paso del tiempo con una dulce melancolía y cierta tristeza reposada.

 

Si una persona no se disolviera, si no desapareciera como humo, las cosas perderían su poder de conmovernos.

Lo más preciado en la vida es su incertidumbre. En la filosofía budista japonesa, contrario a lo que quería Platón y que nos permea, no existe la concepción de un reino estable sobre o detrás de la realidad. Lo que es más, la realidad básica es entendida como impermanencia.

Allí reside su incomparable apreciación por la belleza. En lugar de ser causa de algún tipo de desesperación nihilista, darse cuenta de la transitoriedad fundamental de la existencia es para los japoneses un llamado a la actividad vital en el momento presente, a la apreciación hipermatizada de las cosas y fenómenos del mundo.

El término mono no aware es uno de los conceptos más bellos y panorámicos que ilustran esta estética del entendimiento.

 Preñado de matices y connotaciones, el término mono no aware inevitablemente pierde algo en la traducción, pero el significado directo, “la tristeza o el pathos de las cosas”, es el punto de partida. Refiere al agridulce sentimiento de ver las cosas cambiar.

Es, como decía Sei Shonagon en el siglo X, “cuando uno ha dejado de amar a alguien y siente que se ha convertido en alguien más, aun cuando sigue siendo la misma persona”. El diminuto dolor que acompaña a una flor cuando se marchita, la finitud que se aloja en cada una de las cosas.

La traducción de aware como “tristeza” se debe más que nada a la falta de una mejor palabra, porque la esencia de aware sugiere la experiencia de conmoverse profundamente por emociones que pueden incluir alegría y amor, pero siempre teñidas de finitud o dolor. Qué mejor que los árboles de cerezo para entender el concepto.

Otro gran ejemplo (y que recomendamos especialmente) está en las películas de Ozu Yasujiro, considerado el más “japonés” de los directores japoneses. En su obra hay una serie de memorables ejercicios que transmiten impecablemente el mono no aware:

Ozu Yasujiro expresa sentimientos por medio de objetos en lugar de actores, es decir deja a los objetos que son observados por las personas el papel de expresar sus sentimientos.  Un jarrón puesto en la esquina de un cuarto donde un padre y su hija duermen; dos padres contemplando las rocas en un jardín, sus posturas imitando las formas de una piedra; un espejo reflejando una ausencia… Todas imágenes que expresan el pathos de las cosas.

Algunas de estas películas son Late Spring (Primavera tardía) 晩春 de 1949, Bakushū (El comienzo del verano) 麦秋 de 1951 o Tokyo boshoku (Crepúsculo en Tokio) 東京暮色 de 1957.



USO DEL AWARE EN EL ARTE Y LA LITERATURA

El arte y la literatura se han visto muy influenciados por el concepto de mono no aware. Aquí os mostramos algunos ejemplos.

La obra Genji Monogatari 源氏物語 de Murasaki Shikibu 紫式部 de principios del siglo XI, recoge el sentimiento del mono no aware en todo su esplendor. De hecho, esta obra es del mismo período en que aparece el término, el período Heian. Cuenta la historia del príncipe Genji a través de 54 capítulos que incluyen toda su vida amorosa, su recuperación del poder imperial y la vida de su hijo y su “nieto” tras su muerte. Se considera una de las obras más importantes de la literatura japonesa, permitiendo gran difusión del sentimiento de aware

            Este concepto está estrechamente relacionado con la visión de la naturaleza que anima a los escritores japoneses y es, por tanto, una referencia constante del sentimiento nacional. "Todo lo que prospera decaerá de forma inevitable"

Encontramos incluso en la literatura occidental ejemplos del concepto de aware aun sin conocerlo directamente, incluso anterior a sus primeros usos en el periodo Heian. Es el caso de la Eneida de Virgilio del siglo I a.c., donde podemos leer frases simbólicas como «Sunt lacrimae rerum et mentem mortalia tangunt», que se puede traducir como: “Hay lágrimas de las cosas y las cuitas mortales tocan la mente”. Se puede decir, incluso, que la Eneida fue en este sentido un antecedente del aware japonés, subrayando así la universalidad de este concepto.

La primera vez que escuché la palabra Aware fue ya hace varios años. Cuando vivía en Japón y estudiaba caligrafía con mi profesora Tatsumi sensei. Ella me enseño la profundidad que se esconde detrás del arte de la escritura tradicional japonesa con pincel. Con ella aprendí, no solo a escribir de forma artística, sino a ser capaz de concentrarme en el momento presente, en la escritura y en la elegancia que requiere cada movimiento del pincel, primero apretando fuerte, luego dejándolo ir con suavidad para que los trazos pasen de grueso a fino con armonía. Realmente, la caligrafía japonesa es como una danza en la que participan, el corazón, el espíritu y el cuerpo. Es un acto de meditación en movimiento que entrena la mente para estar en una sola cosa.

Por fin entendí el verdadero significado de los Haiku

Tatsumi sensei me abrió las puertas de un mundo lleno de matices en el que todavía me queda mucho por recorrer. Uno de los grandes regalos que ella me hizo fue el de ayudarme a redescubrir el Haiku o poesía japonesa. Y digo redescubrir porque aunque  no era nuevo para mí, hasta ese momento no lo había llegado a entender de verdad. Por mucho que los leía, no les encontraba el sentido. Solo llegaba a ver un puñado de palaras formando una frase corta con un significado superficial que no me decía nada. Incluso llegué a darlo por perdido hasta que Tatsumi me habló del Aware, la esencia sutil escondida en el haiku y que un lector entrenado sabe descifrar en cada poesía.

El haiku no describe sentimientos, no elabora el contenido, no se esfuerza por componer un texto hermoso que destile elegancia y sea elocuente.  Solo trata de describir un instante en el que el autor experimentó un Aware. Pero, ¿Qué es un Aware? Como no podría ser de otra forma, se trata de una palabra que no tiene traducción en ningún otro idioma que no sea el japonés. Hay muchas maneras de definirlo, pero en mi humilde opinión diría que se trata de un sentimiento profundo provocado por la belleza efímera de la naturaleza.

 

¡Ah, la lluvia de primavera!

Las gotas de agua recorren

Los arboles hasta abajo

                                    Basho

 

 

 Sobre la campana del templo

posada, dormida,

¡una mariposa!

                      Yosa Buson:

 

Estar presente en cuerpo y alma es la única forma de sentir un aware

Aquellas personas que no se han desconectado de su esencia y aprecian la grandeza que emite este ente vivo omnipresente, no pueden evitar verse sobrecogidas cuando presencian un instante único que les estimula los sentidos y les permite darse cuenta de la suerte que han tenido de haber estado allí, presentes en cuerpo y alma para darle el valor que algo aparentemente insignificante tiene. Una brisa de viento que mueve la hierba, el brillo de las conchas en la orilla del mar cuando el agua procedente de una pequeña ola retrocede y el vuelo de una libélula danzando de un lugar a otro en un atardecer de verano, son posibles ejemplos de un Aware de haikus reales.

Desde aquellas cariñosas explicaciones de Tasusmi sensei hablándome del Aware que habita en los Haikus, nunca los he vuelto a ver de la misma forma. De repente todas las piezas encajaban y me volví capaz de encontrar el significado oculto que los japoneses nos regalan en cada una de esas escuetas frases.

Para terminar esta reflexión, me gustaría pedirte que de ahora en adelante recuerdes esta palabra. Tenerla presente te ayudará a darte cuenta de cuándo has experimentado uno e incluso, te predispondrá a sentirlos más a menudo. Lo único que tienes que hacer es abrir tu corazón para dejar que la belleza de la naturaleza entre y lo llene de paz, serenidad y plenitud.


LIBRO: WA "la vía japonesa de la armonía" de Laura Imai Massina

            La traducción literal de aware es "pathos, sensibilidad estética, piedad, participación emotiva, melancolía, compasión" y la de mono no es "de las cosas". En su origen, aware era una exclamación de estupor y compasión, una interjección de asombro y tormento que aludía  a la calidad emotiva de las cosas, a su intrínseco valor, que involucraba por reflejo a la persona y, por extensión, a la reacción intima del ser humano respecto al mudo exterior.

            Mono no aware es disfrutar y aceptar lo efímero y lo pasajero, amar lo finito precisamente porque es finito. Es esa mezcla de alegría y tristeza que se advierte en la conciencia de la transitoriedad de las cosas, la sensación triste y agradable que se tiene al percibir el mujo, un término budista que ilustra la "fugacidad", la "provisionalidad", la "mutabilidad" del mundo.

                        En horas de ocio. Tsurezuregusa, Kenko Hoshi notaba que ningún ser vivo es tan longevo como el hombre.. Pero lo que marca la diferencia es la intensidad de la vida, de forma que, si se saborea la vida y se siente pasión, incluso un solo año "puede parecer suficientemente largo".

            Mono no aware reafirma la importancia de situarse en el aquí y ahora, nos recuerda que la percepción del final no debe desanimarnos, sino enamorarnos, nos empuja a vivir el instante, a dilatarlo, porque tenemos fecha de caducidad; llena de significado  el poco tiempo de que disponemos.


Te invito a que conozcas mi grupo de facebook, sobre  Baños del Bosque y filosofía Japonesa... si quieres participar estas invitado.

https://www.facebook.com/groups/320633389144993

 

BIBLIOGRAFIA:

IMAI MESSINA, Laura: WA "LA VIA JAPONESA DE LA ARMONIA"   (2020) ED. Aguilar.

https://japonismo.com/blog/el-concepto-de-mono-no-aware



lunes, 26 de octubre de 2020

ICHIGO ICHIE

 

Ichigo ichie

 


 

La expresión ichigo ichie (一期一会) se compone de ichigo (一期), ‘una vida’, e ichie (一会), ‘un único encuentro’, y significa “un único encuentro en la vida”. Se trata de un proverbio surgido de la cultura de la ceremonia del té que encierra la idea de que, aunque un mismo grupo de personas se reúna repetidamente para celebrar la ceremonia del té, cada ocasión es totalmente única; por eso tanto el anfitrión como los invitados deben ejecutar el ritual siempre con la máxima entrega física y mental.

Por lo tanto, la traducción literal es «una vez, un encuentro». Pero en realidad el significado completo sería algo así como «cada encuentro con otros es único en nuestras vidas».

La primera constancia escrita que tenemos del Ichigo-ichie fue en un libro de notas del maestro de té Yamanoue Soji en el año 1588. La frase que escribió fue:

«Deberás tratar a tu anfitrión como si el encuentro fuera a ocurrir una sola vez en tu vida».

Nos entregamos a descifrar aquellos signos que se pronunciaban «Ichigo-Ichie», a la vez que el viento húmedo hacía sonar una campanita que colgaba del alero de la tetería. Su sentido vendría a ser: lo que estamos viviendo ahora mismo no se repetirá nunca más; por lo tanto, hay que valorar cada momento como un bello tesoro.

Ichigo-ichie se puede traducir como «Una vez, un encuentro» o también como «En este momento, una oportunidad».

Lo que quiere transmitirnos es que cada encuentro, cada experiencia que vivimos, es un tesoro único que nunca se volverá a repetir de la misma manera. Por lo tanto, si lo dejamos escapar sin disfrutarlo, la ocasión se habrá perdido para siempre.

La primera parte de la palabra Ichigo-ichie (一期) se utiliza en las escrituras budistas para referirse al tiempo que pasa desde el momento en el que nacemos hasta que morimos.

Como reza el dicho popular, solo se vive una vez. Cada momento irrepetible es una puerta de Shambhala que se abre y no habrá una segunda ocasión de cruzarla.

Esto es algo que todos sabemos como seres humanos, pero que olvidamos fácilmente al dejarnos arrastrar por los quehaceres y preocupaciones del día a día.

Tomar conciencia del Ichigo-ichie nos ayuda a quitar el pie del acelerador y recordar que cada mañana del mundo, cada encuentro como algo único en la vida, las oportunidades de verse con los demás adquiere una importancia crucial. Si pensamos que cada vez que estamos con nuestros allegados —padres, hermanos, amigos o compañeros del trabajo— asistimos a un encuentro irrepetible, acabaremos apreciándolos más. Y esto no se limita a las personas: si enfocamos todo encuentro con un ser vivo —un perro, un gato, un árbol— como una oportunidad singular, estaremos estableciendo un nuevo tipo de relación entre nosotros y el resto del mundo.

Tradicionalmente se utiliza en la ceremonia del té pero también se puede usar en otros contextos para enfatizar la importancia de no dejarnos arrastrar por el pasado o el futuro. A veces, con las prisas del día a día, nos olvidamos de vivir, ichigo ichie es un recordatorio de que cada momento es precioso.

¿Por qué no valoramos lo que tenemos?

Es una lástima que para valorar las mejores cosas de la vida tengamos que perderlas. ¿No sería mucho más lúcido darnos cuenta de la magia que nos rodea aquí y ahora?

Esta es la finalidad del libro Pequeño curso de magia cotidiana publicado por la filósofa Anna Sólyom, donde esta autora de origen húngaro señala que el secreto para celebrar las maravillas que nos rodean está en la gratitud, la curiosidad y la atención plena.

Cómo crear momentos inolvidables

Justamente la ceremonia del té, tal como la concibieron los viejos maestros japoneses, es un ejercicio de referencia para detener el torbellino mental y despertar nuestros sentidos al mundo que nos rodea.

Tal como lo dejó escrito el maestro Yamanoue Soji en 1588: “Si tomamos conciencia de lo extraordinario que es cada momento, nos daremos cuenta de que cada encuentro es una ocasión única en nuestra vida”.

Darnos cuenta de que todo lo que vivimos es único e irrepetible, un truco mágico que no volverá a representarse en el escenario de la vida. Ahí es donde está, en definitiva, la magia cotidiana. Desde esta perspectiva, cada cosa que vivimos –un amanecer, la preparación de un nuevo plato, el descubrimiento de una canción, el encuentro con un viejo amigo– tiene algo de maravilloso.

Cazadores de momentos

El objetivo de este artículo es aprender a crear y vivir momentos inolvidables, con los demás y con uno mismo.

Aprenderemos a vivir el presente con plenitud, reconociendo y apreciando lo que nos regala cada instante.

Al terminar este viaje juntos, nos habremos convertido en cazadores de buenos momentos. Sabremos capturarlos al vuelo para disfrutarlos como lo que son: únicos e irrepetibles.

En una viñeta de los Paauts que muestra a Charlie Brown y Snoopy de espaldas, sentados en un embarcadero frente a un lago, donde tiene la siguiente conversación:

- un día nos vamos a morir, Snoopy.

- Cierto, Charly, pero los otros días no.

No sabemos qué día tendremos que abandonar este mundo - y es bueno que así sea- , pero lo que si depende de nosotros es como viviremos "los otros días", todos los que estemos vivos. Y los días se componen de encuentros y de momentos que podemos dejar pasar o hacerlos inolvidables.



Ocho lecciones zen para una vida ichigo-ichie

  1. Limítate a sentarte, y observa que sucede. Nuestra miopía espiritual hace que a menudo busquemos lejos -en el espacio y el tiempo- lo que en realidad tenemos cerca. El zen nos enseña simplemente a sentarnos y abrazar el instante, sin más ambiciones. Si estamos con otras personas, celebramos su compañía como un regalo.

  2. Saborea este momento como si fuera tu último suspiro. solo puedes vivir un día a la vez, y además nadie puede estar seguro de amanecer al día siguiente. Por lo tanto, no aplacemos la felicidad. El mejor momento de tu vida es siempre este.

  3. Evitar las distracciones. Un viejo proverbio dice que el cazador que apunta a dos preses no caza ninguna, y lo mismo sucede cuando tratamos de seguir una conversación o queremos leer un libro a la vez que miramos el móvil de reojo. El zen enseña a hacer una sola cosa a la vez como si fuera lo más importante del mundo. Si lo haces así, sin duda lo será.

  4. Libérate de todo lo accesorio. El viajero experto se distingue mas por lo que deja en casa que por lo que carga en la maleta. Dado que la vida es una aventura apasionante en la que conviene ir ligero de equipaje, pregúntate cada día, cada momento en el que te sientas sobrecargado: ¿de qué puedo prescindir?

  5. Hazte amigo de ti mismo. En lugar de compararte con los demás, de preocuparte por lo que piensan los otros, asume que eres un ser único en el mundo. Como decía el violoncelista Pau Casals en un poema dirigido a los niños: eres una maravilla y nunca antes ha habido -ni habrá- nadie como tú.

  6. Celebra la imperfección. Si ni siquiera la naturaleza, con sus pliegues y sinuosidades, con sus nacimientos y muertes, es perfecta, ¿por qué debería serlo tú? Cada fracaso es una señal de que se puede tomar un camino diferente. Cada defecto, una invitación a pulir el diamante si hay voluntad de mejorar, es perfecto ser imperfecto.

  7. Practica la compasión. Desde un punto de vida budista, compadecerse no significa sentir pena por alguien, sino una empatía profunda que nos permite viajar hacia el lugar y situación del otro para entender sus motivaciones y sus errores, si es necesario. Todo el mundo actúa desde donde se encuentra en su momento evolución personal. Incluso cuando su conducta es detestable, aquí y ahora es lo mejor que puede hacer con lo que tiene.

  8. Deshazte de las expectativas. Hacer pronósticos, esperar que sucedan determinadas cosas, es una manera segura de matar el momento. El Ichigo-ichie se vive con la mente no condicionada que enseña el zen.

  9. Sobre este último punto, las expectativas son como el envoltorio que impide que veamos un regalo. Una vez nos libramos de ellas, el presente se nos ofrece con todo su esplendor.



El destino depende de un instante

El efecto mariposa:

Este fenómeno se asocia al dicho popular: "El aleteo de una mariposa en Hong Kong puede desatar una tempestad en Nueva York". Dicho de otro modo: cualquier cambio, por pequeño que sea, acaba creando situaciones totalmente diferentes debido a un proceso de amplificación.

Dado que lo que nos sucede afecta a otras personas que a su vez afecta a otras, la perturbación inicial lo acaba cambiando todo.

Ejercicio de aleatoriedad:

Para sacudirnos de encima la inercia, podemos practicar la aleatoriedad una vez al mes, por ejemplo, escribiendo seis opciones -simplificaremos con un solo dado- y siguiendo lo que dicte el azar.

Ejemplo: en una librería, a partir de una selección previa de seis obras que no conozcamos, pero que nos llamen la atención por algún motivo, nos llevaremos el libro que haya decidido el dado. Según el hombre aleatorio, allí habrá algo que necesitemos leer, una pista para nuestra vida.

Sincronicidad: el mensaje del momento

Carl Gustav Jung acuño, entre muchos conceptos, el termino sincronicidad para referirse a la coincidencia de dos o más sucesos que no tienen una relación causa-efecto, pero que guardan una relación evidente.

Como si el azar jugara a veces con nosotros para atraer nuestra atención sobre cosas que normalmente nos pasarían por alto, algunos ejemplos cotidianos de sincronicidades serian:

  • Cuando nos viene una melodía a la cabeza y, de repente, la persona sentada delante de nosotros empieza a tararearla.

  • Cuando pensamos en alguien a quién hace tiempo que no recordábamos y justo en ese momento nos llaman por teléfono.



Una pregunta mágica

Los adultos necesitamos a menudo crear realidades diferentes para salir del tedio.

Tanto para escribir una historia como para escribir - o reinventar - el guion de la propia vida, la pregunta es:

¿Qué pasaría si...?

  1. Hace tiempo que mi trabajo me aburre y no veo salida. ¿Qué pasaría si, después de pedir una excedencia o ahorrar para unos cuantos meses, me permito dejarlo para explorar otras posibilidades?

  2. mi pareja y yo discutimos constantemente; a veces evitamos charlar para no tener que pelearnos .¿Qué pasaría si un día por semana jugamos a la isla de la armonía, que supone el reto de no pensar ni decir nada negativo - quejas, reproches- mientras dure la sesión?

  3. Estoy en crisis y siento que mi vida no me gusta, aunque no sé por qué. ¿Que pasaría si me permitiera ser otra persona, muchas personas distintas incluso, en los próximos meses?

Cambiamos la parálisis por el movimiento vital, porque formular hipótesis creativas sobre nuestra vida es el paso previo a llevar a cabo los cambios.

Los 10 principios del Ichigo-Ichie

  1. No aplaces los buenos momentos. Cada oportunidad se nos ofrece solo una vez. La vida es un asunto de ahora o nunca.

  2. Vive como si esto fuera a ocurrir una sola vez en tu vida. es inspirador saludar a nuestros seres queridos y despedirnos de ellos con un Ichigo-Ichie para tomar conciencia de lo único e irrepetible de este encuentro.

  3. Instálate en el ahora. no puedes cambiar lo que pasó. No puedes saber lo que pasará. Pero aquí en este momento laten todas las posibilidades del mundo.

  4. Haz algo que nunca hayas hecho. no se puede esperar resultados diferentes actuando siempre del mismo modo. Otra de lograr un momento inolvidable es entregarte al kaika, permitir que florezca en ti algo nuevo.

  5. Practica el zazen (meditación).

  6. Aplica el mindfulness a tus cinco sentidos.

  7. Detecta las coincidencias. ser consciente de las sincronicidades nos ayuda a leer mejor las señales que nos manda el destino.

  8. Convierte cada encuentro en una fiesta. con la disposición adecuada, cada día puede ser un domingo.

  9. Si no te gusta lo que hay, crea algo diferente. El ser humano es transformador por naturaleza, y tiene el poder de reinventarse todas las veces que sea necesario.

  10. Sé un cazador de buenos momentos. cuanto más practiques, más abundantes y generosas serán las recompensas.



BIBLIOGRAFIA:

GARCIA, Héctor y MIRALLES, Francesc: ICHIGO ICHIE (2019) ED: Aguilar

https://www.nippon.com

https://japonismo.com/blog/




lunes, 5 de octubre de 2020

Encuentra el equilibrio con la sabiduría japonesa del CHOWA

 

En japonés, chowa se traduce simplemente como "armonía". El significado literal de sus caracteres es "la búsqueda del equilibrio". El chowa nos ofrece maneras de resolver nuestros problemas, centradas no tanto en la meta como en encontrar el equilibrio entre las distintas fuerzas contrarias que nos empujan a lo largo de nuestras vidas, ya sea en el ámbito familiar, educativo, laboral o personal.

Porque el chowa no es una misteriosa "cualidad" japonesa, sino una filosofía, un conjunto de prácticas que moldean como pensamos en nosotros mismos y en los demás. Es una forma de pensar en el mundo que se puede enseñar y, por supuesto aprender. La sabiduría del chowa también nos enseña maneras practicas de afrontar esos pequeños desafíos del día a día: tener la casa limpia y ordenada, alcanzar el equilibrio entre la vida personal y laboral, disfrutar de una relación fructífera y duradera con la pareja...y, por supuesto, también nos ayuda a enfrentarnos a problemas no tan cotidianos, como la muerte o una catástrofe, a ayudar a los demás y a ser lo bastante valientes como para guiarnos por nuestras propias convicciones.

El termino japonés chowa, aunque se traduce muchas veces como "armonía", hace referencia a algo bastante as practico. Es una forma de vida que se practica de forma activa. Seria más correcto traducir chowa no como "armonía", sino como "la búsqueda de la armonía" o, una opción mas precisa, "la búsqueda del equilibrio".


El país del Wa

El chowa nos enseña, ante todo, a buscar soluciones prácticas; bien sea en nuestra vida personal, familiar o dentro de una comunidad más amplia. El chowa nos ayuda a buscar nuestro propio equilibrio de forma pacífica. Una de las maneras de conseguirlo es evaluar nuestros deseos y necesidades desde un punto de vista objetivo, colocándolos al mismo nivel que los deseos y las necesidades de los demás para lograr una paz autentica. Este enfoque requiere, sobre todo, humildad y respeto, tanto hacia los demás como hacia nosotros mismos.

El cho de chowa: una forma de alcanzar una "paz activa". Al principio de esta introducción, he hablado de la armonía como sustantivo. Cuando pensamos en la armonía como en un estado lejano, un concepto o una ideal, la convertimos en algo inalcanzable, incluso simbólico. Pero si utilizamos la armonía como un verbo (vivir en armonía con nosotros mismos o vivir en armonía con los demás), comprendemos que está en nuestras manos alcanzar el equilibrio, ya sea en nuestro lugar de trabajo, en nuestras relaciones personales o en la sociedad. El chowa como verbo alude a buscar una solución práctica a nuestros problemas, sin olvidar que debemos convivir con los demás en el mismo planeta. Creo que el chowa es una forma de pensar que nos beneficiará a todos, ahora más que nunca.

Con el chowa nos abrimos constantemente a los demás para compartir con ellos tanto su alegría como su sufrimiento, y también entendemos que todos nos hemos embarcado en el mismo viaje: la búsqueda del equilibrio.



Abriendo las puertas de nuestra casa

En que se diferencian el wabi-sabi y el chowa

El wabi- sabi, es la comprensión de que nada dura para siempre, de que todo llega a su fin.

El chowa, es la búsqueda del equilibrio, la armonía.

Tenemos que salir fuera y tomar medidas para traer el equilibrio a nuestras vidas. En realidad, la mentalidad del cho nos lleva a aceptar que nunca alcanzaremos ese estado casi divino de equilibrio o armonía, pero cualquier equilibrio implica el acto de equilibrar, y eso es suficiente.

Nuestra casa... solo tenemos que prestar mucha atención a lo que nuestra casa necesita para que, a cambio, nos devuelva lo que necesitamos de ella.

Este es uno de los mensajes centrales del chowa, y volveremos a él una y otra vez: lo que decimos tiene que estar en sintonía con lo que hacemos. Es la manera de vivir en equilibrio cono nosotros mismos y con los demás. Por eso, la búsqueda de la armonía en nuestra familia y en el hogar empieza por dar voz a nuestras esperanzas y miedos para que, si algo nos preocupa, lo haga de forma más consciente.


La familia

Piensa en tu papel dentro de la familia como en un ejercicio de equilibrio. Insistiremos menos en lo que se espera de nosotros y nos centraremos en lo que podemos aportar desde un punto de vista realista.

Encuentra la armonía dentro de la vida familiar. Honrar todo lo que nos han inculcado. Para ello, remplazaremos palabras como "compromiso" y "sacrificio" por otros términos, como "complementar" y "cuidar" los unos de los otros.

Ten una imagen más clara tanto tuya como de los demás. El chowa nos enseña a ser más conscientes de lo que exigimos al resto de la familia, pero también es importante que seamos más permisivos con nosotros mismos. Cuando la vida nos presenta un desafío, debemos aprender a dar un paso atrás y a observar la situación con la mayor objetividad posible. Solo entonces tendremos en cuenta nuestro equilibrio personal, algo que olvidamos con frecuencia cuando nos vemos inmersos en la vida familiar. No siempre es fácil vivir con los demás, da igual lo mucho que los queramos; a veces necesitamos un poco de espacio para averiguar qué cambios positivos podemos introducir en nuestra vida.

Somos lo que hacemos. Llegar puntuales a una cita, volver a casa temprano para estar con nuestros hijos, sacar tiempo para ponernos al día con nuestros amigos de siempre...la suma de nuestros actos determina nuestro carácter más que lo que decimos o lo que planeamos hacer.

No te preocupes por demostrar a los demás la clase de persona que eres. Deshazte de todo a lo que te aferras solo para mantener las apariencias. Olvídate de esa chaqueta tan hortera que no te vas a poner nunca o de la novela de la que todo el mundo habla pero que a ti te aburre. Así, te quitaras de encima el peso de competir con los demás y con una versión de ti que o es real. Para encontrar nuestro propio equilibrio no debemos aferrarnos a las posesiones materiales ni a la imagen que queremos proyectar de nosotros, una imagen que no necesitamos y que no es más que un lastre.


Con la naturaleza

El chowa nos enseña a apreciar la naturaleza en todos sus aspectos, tanto por su belleza como por su poder, que es a partes iguales salvación y destrucción. Todos participamos de ese ciclo de creación y muerte, de esa armonía precaria que es la naturaleza.

En las relaciones con los demás

Para conseguir el equilibrio y tener buenas relaciones con los demás es imprescindible aprender el arte de escuchar más y hablar menos, no dar consejos demasiado rápido e intentar comprender un punto de vista diferente antes de contestar o llevar la contraria.

Con respecto a las emociones, el chōwa nos enseña a analizar tu estado emocional y reflexionar sobre lo que rodea a los demás. Para ello, a veces resulta útil comportarnos de manera opuesta o escribirlas para no ocasionar problemas ni enfrentamientos de los que nos podamos arrepentir después.

 



 

Reflexión

Aprendamos a estar más cerca los unos de los otros. El chowa nos enseña que llevar el equilibrio a nuestras vidas, las de nuestra familia, a nuestras sociedades y al mundo natural requiere una búsqueda de la paz activa y una determinación consciente a la hora de prepararnos para descubrir como restaurar la armonía perdida. No debemos pensar en la armonía como en algo pasivo, porque es justo lo contrario. Para alcanzarla, tenemos que colaborar con los demás.



BIBLIOGRAFIA:

TANAKA, Akemi: CHOWA (2020) ED. Kitsune Books.