lunes, 6 de mayo de 2019

Descubriendo la Psicología Positiva



Podemos ver las cosas a la luz del alma o a la luz del ego.
A la luz del alma, las cosas adquieren plenitud; a la luz del ego, se vuelven vacías.


Lo que atraigamos, y eso será lo que nos ocurrirá en la vida, estar relacionado con nuestros pensamientos y con nuestras emociones. De ahí la importancia de lo que pensamos y sentimos, de la calidad de nuestros pensamientos y de nuestros sentimientos. Nuestra felicidad depende de ellos, son las dos varitas mágicas que nos han obsequiado al nacer.
Todos sabemos que la cabeza da vueltas y vueltas a los problemas. El corazón se abre a las soluciones. Podemos movernos con la mente y podemos movernos con el corazón, pero podemos hacer algo mucho mejor: unir nuestras mentes con nuestros corazones.
Las emociones positivas
Hay que tener presente que, al contrario de lo que cabria creer, la psicología positiva no es (una psicología) del "buenísmo", donde "todo el mundo es bueno, todo el mundo es amable". La psicología positiva no elude la cuestión del sufrimiento humano ni los medios para ponerle remedio. El sufrimiento forma parte de nosotros; es también lo que hace nuestra riqueza, nuestra complejidad humana. Sin embargo, en lugar de interrogarse únicamente sobre lo que no funciona, la psicología positiva nos propone partir de lo que va bien: de nuestros recursos, de nuestras potencialidades. Y también, por supuesto, invita a ver lo que se puede mejorar.
Las emociones positivas actúan como verdaderos antídotos para nuestras tendencias negativas. Cuando uno aprende a alegrarse de la felicidad de los demás, tiende manos a mostrarse envidioso. Cuando se cultiva la benevolencia, queda menos espacio para el odio. Es lo que Barbara Fredrickson denomina la espiral ascendente. Cuanto más nos focalicemos en la parte positiva de nuestra vida, mas emociones positivas experimentaremos, y estas nos llevaran a reaccionar o actuar positivamente.

 
Diez emociones positivas que nos confieren superpoderes
  • La alegría
¿Qué me pone alegre?
  • El reconocimiento, la gratitud
¿Por qué podría dar las gracias? ¿A cuando se remonta el último impulso de gratitud experimentado? ¿Qué circunstancias o acontecimientos provocaron en mí ese reconocimiento?
  • La serenidad
¿En qué momentos me siento realmente bien, tranquilo y confiado? ¿Qué me procura esa sensación en mi vida?
  • La curiosidad , el interés
¿Qué me intriga, despierta mi curiosidad o me atrae de manera inevitable?
  • La esperanza
¿Cuándo me muestro más optimista respecto al futuro? ¿Cuándo me siento en plena posesión de mis facultades y sé que puedo realizar mis sueños o superar las adversidades?
  • El orgullo
¿De qué me siento orgulloso?
  • La diversión
¿Qué me divierte, me suscita una sonrisa o me hace reír?
  • La inspiración
¿Qué me inspira y me impulsa a superarme?
  • La admiración
¿Qué admiro y me resulta extraordinario?
  • El amor
¿Qué me permite sentir amor? ¿Qué me produce la sensación de ser amado o me suscita el irresistible deseo de amar?
 
Optimismo inteligente, (María Dolores Avia y Carmelo Vázquez)
Dice Seligman, que la psicología positiva, la ciencia social positiva que vislumbro para el siglo XXI , tendrá como una útil consecuencia indirecta la posibilidad de prevenir las enfermedades mentales graves, puesto que hay una serie de características positivas humanas que muy probablemente protegen contra la enfermedad mental: la valentía, el optimismo, las habilidades interpersonales, el trabajo, la ética, la esperanza, la responsabilidad, la honestidad o la perseverancia, por nombrar unas cuantas. Pero también tendrá como efecto directo el poder comprender científicamente como desarrollar capacidades y virtudes cívicas personales y como alcanzar lo mejor de la vida.
El ser humano es un ser intrínsecamente social. Como nos han enseñado los psicólogos evolutivos, al menos desde Vigostky, una buena parte de nuestro comportamiento y nuestra actividad mental se centran, desde edades muy tempranas, en la interacción con los demás. Incluso a los pocos días de nacer ya se observan conductas en el bebe (mirar a los ojos de la madre que le amamanta o efectuar sonrisas sin finalidad aparente) que tienen el claro objetivo de incrementar el apego mutuo entre en el recién nacido y los que le rodean.
La felicidad "socializada" prevalece sobre la felicidad "autista".
Bienestar, satisfacción con la vida, felicidad, calidad de vida y optimismo.
Hasta ahora nos hemos estado refiriendo a conceptos que guardan entre sí mucha relación, pero que no son del todo equivalentes. Para empezar, hay que distinguir entre emociones positivas y estado de ánimo, humor o tono afectivo positivos. Estos últimos términos se refieren a estados anímicos que tienen menos intensidad y más duración que las emociones y, sobre todo, son más globales y difusos. Una diferencia fundamental entre ambos es que los estados anímicos no están relacionados necesariamente con un objeto manifiesto (así, un día determinado uno se siente de buen o de mal humor, sin razón aparente), mientras que las emociones, que desde luego son también estados afectivos, están ligadas a un objeto identificable - e que determina su amor o su odio, por ejemplo - y además tienen como característica fundamental la de predisponer al individuo a realizar acciones congruentes con ellas (como aproximarse al objeto amado, vengarse o simplemente rehuir al que se odia). Esta primera distinción es importante porque afecta, a su vez, a otras: por ejemplo, al concepto, actualmente muy utilizado, de bienestar subjetivo.

Al fin y al cabo, la felicidad
A veces pienso que las personas no se acaban de creer que eso de la felicidad existe. A lo sumo un día bueno. A lo sumo unas horitas de subidón. A lo sumo el tiempo de alcanzar un deseo. Pero de verdad, de verdad, no nos lo acabamos de creer. Generalizando adrede, preferimos sostenernos en la red de la preocupación. Preferimos sufrir un poco más pero no morir de éxito. Preferimos construir miedos como muros de seguridad antes que hacer cometas de libertad. Preferimos mas aguantar que lanzar. Preferimos mas tragar que expresar. Preferimos dar más que recibir. Preferimos mas hablar que escuchar. Preferimos que los demás vayan delante y nosotros atrás. Preferimos estar mal acompañados que solos. En fin, que no nos creemos que podamos ser felices incluso a pesar de todo. Sera por eso que leemos tanto sobre la felicidad y en cambio la practicamos tan poco.
Por todo ello le diría a mi amigo Amadeu que la ilusión, más que la esperanza, es lo más parecido a la felicidad. Porque es en la ilusión de llegar a ser felices donde encontramos la felicidad. Como también metaforiza Eduard Punset "la felicidad está escondida en la sala de espera de la felicidad". Es lo que el poeta Konstantinus Kavafis intuyo: "Cuando partas hacia Ítaca pide que tu camino sea largo y rico en aventuras y conocimiento...no apresures el viaje, mejor que dure muchos años y viejo seas cuando a ella llegues, rico con lo que has ganado en el camino sin esperar que Ítaca te recompense". Tú eres quien hace el viaje y de ti depende la ilusión con que lo vivas. En cambio si esperas, puedes desesperarte.
Cinco verdades sobre el miedo, según Susan Jefferson:
1. El miedo nunca desaparecerá mientras siga creciendo.
2. La única manera de liberarse a hacer algo es hacerlo.
3. La única manera de sentirme mejor es enfrentarlo.
4. No soy único sintiendo miedo, les pasa igual a todos los demás.
5. Vencer el miedo asusta menos que convivir con un miedo subyacente que proviene de la impotencia.

Tu misión de vida

Según el doctor Christophe Faure, "tu vocación consiste en ser llamado por tu corazón y tratar de darle voz". Nada mejor que utilizar el corazón a modo de brújula para que nos guie hacia lo que es bueno para nosotros y lo que debemos realizar en esta vida. Seguir la vía de nuestro corazón podría procúranos mayor felicidad, pero también permitirnos gozar de mejor salud y vivir más tiempo.
Entre las personas con mayor riesgo de deceso, cuya misión de vida era claramente menos significativa, aparecían con regularidad estos tres enunciados:
  • "tengo la sensación de que ya he hecho cuanto debía de hacer en la vida".
  • "Antes me fijaba objetivos, pero ahora me digo que es una pérdida de tiempo."
  • "Mis actividades cotidianas me parecen insignificantes y sin importancia."
A la luz de dichos resultados, si deseamos vivir más tiempo, tengamos en mente que es importante fijarse objetivos, alimentar la sensación de que todavía hay cosas que hacer y que nuestra vida. Tiene valor.
Tal vez te preguntes: "pero ¿cuál es mi misión de vida?" y con razón, porque no siempre es fácil identificarla, sobre todo si hace varios años que te has perdido de vista...
Ante todo, debes saber que la misión de vida puede ser percibida como una intención profunda. ¿Qué cosas buenas haces ya en tu vida? ¿Qué te planteas realizar a lo largo de tu existencia? ¿Qué deseas dejar como huella de tu paso por este mundo? Preguntas todas ellas susceptibles de mover a reflexión.
La psicología positiva propone tres preguntas para ayudar a cualquier persona a discernir lo que podría ser su misión de vida y, sobre todo, para servirle de chispa a la hora de dar sentido a su vida.
Estas son las tres preguntas:
  1. ¿Qué es realmente importante para ti?
  2. ¿Qué te procura placer y te permite sentirte feliz?
  3. ¿cuáles son tus fortalezas y tus recursos?


También podrías encontrar tu misión o propósito de vida utilizando el modelo SFM de Robert Dilt (En programación neurolingüística) este sugiere que lleves un diario en el que anotes diversas respuestas a las preguntas siguientes, concernientes a las cinco dimensiones de tus objetivos de vida: pasión, visión, misión, ambición y papel:
Tu pasión: ¿Qué te anima, que te da la sensación de estar más vivo? ¿Cuál es tu sueño? ¿Qué harías con tu vida si no tuvieras que trabajar por un sueldo? ¿Qué te hace sentir feliz?
Tu visión: ¿Qué es lo que la energía de tu pasión te da ganas de cambiar en el mundo? ¿Qué querrías ver en mayor o en menor medida en tu entorno? ¿Qué podría cambiar el mundo que te rodea? ¿Qué necesitarían quienes te rodean para sentirse más felices, mas realizados?
Tu misión: ¿Cuál puede ser tu contribución única, sea de escasa o de suma importancia, a la realización de tu visión? ¿Cuál es la cualidad especial que posees y que querrías poner al servicio de los demás?
Tu ambición: ¿Qué quieres conseguir que sea importante para ti en la vida? ¿Qué estatus, ingresos o titulo desearías obtener?
Tu papel: ¿Qué tipo de persona necesitas ser para realizar tu ambición de la mejor manera posible? Conociendo tu identidad de rol (por ejemplo, madre de familia, explorador, científico, coach), ¿a quién necesitas acercarte para realizar del mejor modo posible tu pasión y tu misión?
A continuación intenta ver si se perfila un hilo conductor en todo ello. Sigue haciéndote las preguntas hasta que todo se vuelva más claro en tu mente.
Eres más que tus pensamientos
Debes comprender que no debes hacer tanto caso a tus pensamientos, porque son cambiantes, están influidos por muchísimos factores ¡e incluso puedes observarlos!.
Tu cerebro piensa a veces unas cosas y luego otras. Y, a su vez, lo que piensas está influido por tu estado emocional en ese momento, por tus condicionamientos del pasado, por tus creencias, por tu cultura, por tu entorno y, quizá, incluso por tus antepasados.
No eres tus pensamientos, sino quien los observa. Recuerda: quien se identifica con sus pensamientos, creyéndose que es lo que piensa, sufre muchísimo a lo largo de su vida.
 
Amate a ti mismo
"Amarse a sí mismo es el comienzo de un romance eterno".
Empieza por quererte a ti, pues no podrás amar a nadie si no te amas a ti mismo. Por amor no tienes que renunciar a nada, ni a tus amigos, ni a tu talento, ni a tus gustos. El amor suma, no resta.
Nos dice Alejandro Jodorowsky, "para amar hace falta emprender un trabajo interior que solo la soledad hace posible. Un trabajo que requiere ser valiente y atreverse a mirar lo que hay dentro de uno. Si huimos de la soledad como si fuera el mismo diablo, no podemos conocernos, y quien no se conoce no puede amarse."
Si Sócrates decía: "conócete a ti mismo", el buda dijo: "amate a ti mismo". Estas dos ideas pueden parecer distintas, incluso opuestas. De alguna manera, una seria como la trompa y otra como la cola del mismo elefante. Pero los sabios nos han enseñado que conocer es amar y que amar es conocer. Conocimiento sin amor es lo que Rabelais llamaba "ciencia sin consciencia", que es "la ruina del alma". Amor sin conocimiento es amor ciego. Decía Oscar Wilde que "amarse a sí mismo es el comienzo de un romance eterno". Y la vida es una historia de amor eterna cuando hemos aprendida a amarnos a nosotros mismos, porque recibimos amor en la medida en que lo damos. Y solo podemos dar amor en la medida en que nos amamos a nosotros mismos.
Afirman los poetas que el amor es el alimento del alma. Sin este alimento, el alma esta triste y débil pero amar no es una actitud, un negocio o una formalidad; amar es un estado del alma. Hemos hablado de dar las gracias. Agradecer alimenta el amor. Cuando nos amamos a nosotros mismos, va apareciendo una felicidad que acaba desbordándonos y alcanzando a los que nos rodean. El amor, por uno mismo y por los demás, es algo indispensable para estar feliz.
"Solo podemos dar amor en la medida en que nos amamos a nosotros mismos."
 
Confía en la vida, todo irá bien
La vida nos ayuda cuando estamos dispuestos a dar el siguiente paso, a no mirar para otro lado y a aceptar las cosas tal y como son en este momento. Sin miedo. Sin quejas. Sin reproches. Sin culpas.
Se que dentro de nosotros hay un poder que puede trasformar cualquier cosa en nuestro interior en cuestión de segundos, pero para que algo así ocurra tenemos que confiar ciegamente en ese poder y saber que es posible.
"Es importante recordar que todos tenemos magia dentro de nosotros".
J. K. Rowling
"Mama decía que hay milagros todos los días. Mucha gente no se lo cree, pero es verdad". FORREST GUMP


La magia existe, pero para verla y experimentarla tienes que creer en ella.
En la vida hay una fuerza invisible que nos une a todos, que lo conecta todo y que lo sabe todo. Esa fuerza está en todas las partes, también dentro de ti. Pero para poder verla, utilizarla y disfrutarla, tienes que ser consciente de ella, porque, de lo contrario, es como si no estuviera. Y ese conocimiento es lo único que nos diferencia a unos seres humanos de otros. Todos somos magos, pero hay mucha diferencia entre serlo y saber que lo eres.
Y recuerda que la vida es un viaje de aprendizaje infinito y no hay viaje sin movimiento. Mientras aprendes, estás vivo.

 
Reflexión
"Antes, cuando pensaba en mis defectos, en todo lo que debía hacer por mi misma para hacerme más valiosa como persona, me desesperaba tanto que acababa en la cama, tapándome con una sabana hasta la cabeza, y desenado no despertar jamás. Ahora, en cambio, cuando pienso en algunas cosas que desearía pulir me digo que todo llegara. Me siento muy alegre cuando me veo a mi misma diciéndome: "Tranquila, todo llegara." ¡Sentir alegría por algo que todavía no he hecho es algo inaudito en mí! Antes solo era capaz de ver lo que no era y deseaba ser, pero al percibir mis carencias y errores me sentía totalmente desvalida, un ser sin valor alguno. Ahora, en cambio, mi valor no varía si hay aspectos en mí, digamos, imperfectos. Miro lo que deseo cambiar, pero a la vez hago balance de todo lo que ya he hecho, y eso me hace amarme más, me enorgullezco de todos mis logros, aun cuando son pequeños, incompletos e insuficientes. Cada paso, por insignificante que parezca, es para mí un éxito porque significa que hago algo positivo que antes no hacía. Por tanto, cada pequeño cambio que produzco en mi actitud me hace un poco mejor que antes, cuando simplemente me limitaba a refugiarme en la oscuridad de mi cuarto."
Tenía tantas cosas que nunca me dedique a ninguna. Que malo es acumular y poder hacerlo. Pierdes el sentido de la vida y aquello que seguro te haría feliz.


Todo ser humano tiene la libertad de cambiar en cualquier momento
VITOR FRANKL
Reflexión de Rosa Martínez
Hace tiempo que voy con el mapa en las manos. Al mirarlo reconozco los lugares por donde he pasado, los lugares en los que he vivido, las personas conocidas. Me sorprendo a veces del camino realizado; del atrevimiento de algunos momentos; de los grandes retos; de los cambios de sentido; de las curvas; de as grandes pausas. Siento de nuevo, ante el mapa dibujado, las viejas sensaciones y sentimientos, los miedos y alegrías, la tristeza, el decaimiento y el coraje. A medida que ando, voy dibujando mi mapa.
Me encuentro navegando por un rio, el de mi vida, a veces amplio y sereno, a veces de aguas bravas. Ahora navegando con remos, ahora con motor. Bajo el sol, la lluvia, vientos, frio y calor. Y cada día, una vez hecho el trayecto me acerco a las riberas. En la ribera derecha encuentro los amigos que me esperan, las relaciones, el arte, los museos, los libros. Allí acerco la barca y construyo un espacio frondoso y lleno de estímulos. En la ribera izquierda encuentro un desierto acogedor y solitario. Un mar de arena inacabable, lleno de huelas de lo que ya han hecho el camino. Ando por el atardecer en silencio.
Empiezo a pensar que cada día es nuevo, el punto de partida siempre es nuevo. Cada día, cada momento puedo decidir desde donde partir, a donde ir, por donde ir, con que equipaje y con quien quiero ir. A menudo veo lugares que me gustan, a los que puedo legar con facilidad. Veo otros que me ilusionan, aunque el camino está poco marcado. Tendré que hacer caso a mi intuición. Tendré que hacer caso a mi experiencia y coraje para apartarme de aquellos lugares que quiero evitar. Me dan miedo los pozos (quedarme a oscuras), las trampas escondidas (los engaños), sentirme perdida (no saber hacia dónde ir). Las posadas donde duermes días y días (dejar de vivir), las prisiones (sentirme atada) a veces siento que querría dejar por un tiempo la barca, cansada de pasar de una ribera a la otra. Si quiero volver al rio, no puedo adentrarme demasiado en los jardines o los desiertos.
En todo este caminar hay caminos señalizados, avisos de gente que ya han hecho el camino, de gente que vive aposentada en su paisaje particular, que se va quedando atrás en el viaje, gente que me acompaña en algunos trayectos, la gente del desierto y del jardín, la gente del rio...
Busco puentes. Busco un delta.

Bibliografía
  • "Descontrólate", libro de Xavier Guix
  • RAMON GAJA (bienestar, autoestima y felicidad)
  • Optimismo inteligente, (María Dolores Avia y Carmelo Vázquez)
  • "El poder de confiar en ti" libro de Curro cañete.


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