lunes, 25 de junio de 2012

NUESTRO MUNDO INTERIOR


“Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y esa, solo esa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas”.

PABLO NERUDA

Todas las personas deberíamos, en algunas de las tantas estaciones que atravesamos a lo largo de nuestra existencia, detenernos a firmar un tratado de paz con nosotros mismos.

Todos, en algún momento de nuestra vida, antes o después, nos replanteamos nuestra existencia, queremos saber quienes somos, que es lo que queremos etc.

Sea cuando sea esta llamada, lo importante es que ocurra y que nos motive, para que no nos quedemos solo con lo que nos viene dado.

Con el paso del tiempo nos vamos planteando preguntas que surgen de una lectura, de una conversación, etc. Este hecho me hace cuestionar si son verdad y buscar entre todas ellas las que considere verdaderas.

Esto nos va llevando a periodos de reflexión, donde podemos ayudarnos de herramientas. Una de ellas es la meditación.

Hay muchos tipos de meditación, lo importante es ir probando hasta encontrar la que mejor se adapte a uno. Meditar nos hace conocernos mejor interiormente, es decir ver cuales son nuestros límites, nuestros miedos y debilidades. Es muy importante porque te hace ser más positivo y lograr ser mejor persona.


La autovaloración


La autovaloración exige de una cuota importante de humildad. A la hora de la verdad, tenemos que admitir que los problemas no están con “los demás” o “allá afuera”, sino que las barreras más infranqueables las hemos construído nosotros a lo largo del tiempo, determinando que el enemigo esté “aquí dentro”, muy cercano a nosotros. Humildad, porque ser objetivo, imparcial y capaz de una autocrítica constructiva exige de nosotros una cuota considerable de madurez.

¡Eso que refleja es la verdadera persona que es usted! ¿Pensó acaso por un instante si la imagen que usted representa es fiel reflejo de su verdadera personalidad? Verá cuantas cosas tiene para decirse, para llorar y para reír; tiempo para la alegría y para la tristeza, tiempo para el pensamiento y para la reflexión, y tiempo para descubrir su misión en esta vida.

Haga proyectos, permítase disfrutar de aquello que solo usted sabe que lo hace sentir bien, aquello que, revisando su historia, lo aproxime a la imagen que quiere que los demás reconozcan de usted.

Nadie, absolutamente nadie, es tan crítico como nosotros con nosotros mismos. Esas voces que resuenan como un eco entre las montañas nos hacen dudar de cada una de las decisiones que debemos tomar, desorientándonos e impidiendo que avancemos aún a riesgo de equivocarnos.

Queremos y necesitamos hacer las cosas tan perfectas que finalmente no avanzamos por miedo a errar y quedar en evidencia frente a los demás.

Nuestro punto de partida es hoy; la meta final, la autovaloración; el objetivo de la travesía es el autodescubrimiento, la investigación de nuestras áreas más sensibles, del lado profundo de la vida, de esos rincones prohibidos hasta el presente, y donde no dejamos nada sin revelar.

Cuando lleguemos a nuestro destino, no seremos las mismas personas que cuando iniciamos la travesía, y el cristal con el que miramos el mundo que nos rodea habrá sido cambiado. Esta nueva forma de interpretar nuestra realidad nos dotará de una gran fuerza interior que será nuestra coraza de choque ante las dificultades que nos vayan surgiendo a lo largo de nuestra vida.

Si le diéramos a la autovaloración la jerarquía que merece; si nos tomáramos el tiempo para ejercer el respeto por nosotros mismos; si creyéremos más en nuestra mente y en nuestra manera de pensar, lo más importante para nosotros ya no sería conformar a los demás, sino establecer claramente nuestra línea de acción y los parámetros con que vamos a juzgar los acontecimientos, para que no nos dañen de modo innecesario.

Esto es asumir la responsabilidad de lo que nos va a suceder en la vida, como consecuencia de una postura personal, única, irrepetible, y que se identifica con los principios básicos con que manejamos nuestra existencia.

Actitudes que nos identifican con la verdadera fuerza:

• Solucionar los problemas sin buscar culpables.

• Ver en los obstáculos desafíos para aproximarnos a nuestros objetivos.

• No necesitar de la aprobación de los demás para estar seguros de nosotros mismos.

• Mantenernos serenos en tiempo de crisis.


Preguntas que nos conducen hacia la autovaloración:

• ¿Como soy?

• ¿Cuál es la imagen que tengo de mi valor personal?

• ¿Soy capaz de tomar decisiones que respeten mi espacio y generen límites naturales en mi relación con los demás?

• ¿Acepto mis errores y equivocaciones como hechos vinculados a mi condición humana o estoy siempre en busca de lo perfecto?


A partir de aquí, y para sentirnos seguros me gustaría pensar en dos virtudes que todos tenemos y podemos cultivar. La primera: es la ESPERANZA en conseguir algo y creer que es posible, la segunda: LA FÉ EN UNO MISMO o la creencia en nuestras propias fuerzas para obtener algo y el valor de intentarlo aunque sabiendo que se puede fracasar.

Pienso que tanto la Fé como la Esperanza, son el motor que mueve nuestra motivación.

Mundo interior y mundo exterior

Relacionamos el mundo exterior con el TENER, creemos que para estar en perfecta armonía con el mundo exterior debemos tener todas las posesiones materiales y el mundo interior, basado en el SER.


Mundo interno: la mente, los pensamientos, el inconsciente personal, las ideas, la mente creativa, lo espiritual, las fantasías, la conciencia. Es de naturaleza más espiritual, se deciden opciones y los valores. Y se practica la soledad y la reflexión

Mundo externo: o también llamado público es más fácil de manejar, lo compone el trabajo, juego, posesiones y un sinfín de conocidos que forman la red social en que nos movemos. Es la parte de nuestra existencia más fácil de evaluar en términos de éxito, popularidad, riqueza, belleza, etc.

Una vez que exploras tu interior descubres que dentro de tí, existen sentimientos positivos como la serenidad, la paz, el amor, la alegría, la bondad, la solidaridad, la fortaleza, etc. son fuertes cimientos que te permiten ir construyendo la mejor y más digna mansión dentro de tu interior, aunque en esta búsqueda también te toparás con sentimientos negativos, como: la ira, la ansiedad, el odio, la impulsividad, el rencor , los cuales al ser detectados pueden ponerse a trabajar a tu propio servicio, aprenderás a manejarlos y encauzarlos para tu beneficio una vez que los hayas aceptado totalmente.

Los seres humanos, tenemos la fortuna de estar en ambos mundos y decidir en cual de los dos permanecer más tiempo, aunque lo ideal es estar en equilibrio conmigo, con mi mundo externo y con mi mundo interno; puesto que si solo estás en el exterior, pierdes el sentido moral de la vida; y si solo permaneces en el interior, no podrás poner al servicio de los demás tu esencia, ni hacer el bien en la vida.

El mundo interior es el motor que te impulsa a hacer o no hacer las cosas que quieres, caracteriza y gobierna todas tus acciones, si estás bien adentro estarás bien afuera.

Así que desarrollar y mejorar las relaciones internas hará que tengas una vida mucho más fácil, agradable y amena.

Todo lo que hay en nuestro interior tiende a materializarse en nuestro exterior. Esto se debe a que nuestro interior y exterior no son dos cosas distintas sino dos vertientes de la misma cosa. La vertiente interior, o subjetiva, y la vertiente exterior, u objetiva. Son la cara y la cruz de la misma cosa.

No podemos pasar todo el tiempo echándole la culpa de lo que nos ocurre, a las circunstancias, o confiando en ellas. Cuando nos adentramos en nuestro interior y reflexionamos, vamos descubriendo que los problemas que uno vive, la insatisfacción, las dificultades, lo vive por culpa de algo que tenemos dentro, es decir por el modo de ser de uno, por como se encuentra emocionalmente etc. Ya que todas las personas ante circunstancias iguales las padecemos o nos enfrentamos de manera distinta.

En la medida en que nosotros seamos capaces de cambiar el contenido cambiaremos, así nos daremos cuenta que tenemos en nuestras manos la responsabilidad de nuestra vida.

Conceptos que forman parte de nuestro mundo interior

La autoempatía o autoescucha:

Se dá cuando nos volvemos hacia nuestro interior y aceptamos lo que pasa en nosotros, dos preguntas van a ayudarnos a crear esta conexión con nosotros mismos:

• ¿Cómo me siento?

• ¿A que aspiro?, ¿Qué quiero en esta situación?

Un ejercicio de autoempatía:

• OBSERVACIÓN, describe la situación de manera imparcial.

• SENTIMIENTOS, explora los sentimientos en relación con los hechos.

• NECESIDADES, piensa cuales son las necesidades no satisfechas.

• PETICIÓN, piensa qué podrías hacer para tener en cuenta tus necesidades.

La paz interior:

Más subjetiva, es el sentimiento bien fundado y de unión que tenemos cuando nos liberamos de las preocupaciones, el sufrimiento, el dolor, el estrés y el miedo y somos conscientes de las maravillas que nos ofrece la vida. Es el conocimiento de que todo está bien.

Para llegar a ella, tenemos que superar los baches de la envidia, la impaciencia, la terquedad y la rigidez.

Un medio para llegar a ella es la meditación, la cual nos ayuda a trasladar nuestra atención al momento presente y al control de nuestra mente y de nuestro espíritu.

La paz personal engendra energía. Nuestro incremento eficaz de energía física y espiritual es consecuencia de nuestro descubrimiento de paz interior.

La reflexión:

En nuestra sociedad actual se habla mucho y se piensa poco. La información recibida precisa siempre de una larga digestión y de un proceso de profunda reflexión, sin los cuales la mente no puede asimilar aquellos nutrientes intelectuales que la enriquecen. La simple deglución y almacenamiento de datos priva al hombre de toda función Intelectiva.

La inteligencia solo se desarrolla con el ejercicio diario, analizando, discerniendo, contrastando las nuevas sensaciones con las viejas experiencias, renovando los patrones mentales, afirmando la sensibilidad y cavilando sobre los inevitables errores, de modo que una conducta mejorada revierta cada vez mas positivamente sobre la naturaleza, la sociedad y, finalmente, sobre uno mismo.

Los grandes habladores que hoy nos aturden desde cualquier tribuna no son, en general, productores de ideas, sino meros trasmisores de los que leen o les cuentan. La ausencia de reflexión, además de dejar al individuo huérfano de ideas, acarrea un mal mayor: atrofia progresivamente su inteligencia.

Así están las cosas. El mundo es de los habladores, de los vendedores incansables de modas. Afortunadamente, todavía quedan pensadores, pero, por el momento, parecen condenados a seguir huyendo en su interior, de espaldas al reconocimiento público y que sigan así no cayendo en la tentación.

La serenidad:

La serenidad es una sensación de bienestar que nos permite focalizar las cosas que suceden a nuestro alrededor desde un costado más activo. Las personas serenas logran pensar antes de decidir y no se sienten demasiado asustadas, preocupadas o ansiosas por el porvenir. Tampoco se encuentran en la infelicidad del pasado, ni fantasean posibles catástrofes futuras. En realidad, quienes son más serenos pueden disfrutar de la vida y pensar que podrán, en algún momento, superar los problemas.

Esto no significa esperar que las cosas pasen o mejoren solas. Por el contrario, se trata de actuar de acuerdo a lo que cada uno crea mejor para si mismo y para lo que debe afrontar.

Tener serenidad puede requerir un arduo trabajo personal, pero resulta fundamental para enfrentar las pérdidas y la adversidad. Y aunque no existe una formula para aprender aquellas respuestas serenas que le sirvan, es preciso tener en cuenta la importancia de vivir aquí, ahora y con lo que existe… y cambiar, si de usted depende.


El mundo interior una visión espiritual



Para muchos la vida interior viene a ser como una especie de recetario para conseguir un mayor equilibrio de su personalidad, y nada más. Para otros, vida interior significa cultivar una calidad en el pensar o en el sentir, calidad que luego se manifestará en su vida profesional o social, proporcionándoles una mayor intuición o una mayor inspiración, etc. Para otras personas, vida interior quiere decir dirigirse a eso superior, a lo que se le puede dar el nombre de Dios, o el que se quiera, y tratar de armonizarse con esta fuerza superior y así conseguir una paz, un amor, y una fuerza de orden superior. Es decir, desean llegar a una armonía con Dios, de forma que uno viva de un modo positivo como expresión de esta paz.

Una persona que no haya logrado un mínimo equilibrio y fortaleza en su personalidad no llegará a alcanzar un equilibrio en su vida espiritual

Oriente tiene una visión de la realidad panteísta donde se propone que todos tenemos una parte de Dios dentro de nosotros mismos y que ese poder está a nuestro alcance.

En cada momento de crisis y cambios, cuando todo alrededor parece que se desmorona; todos tenemos un refugio inalterable en nuestro interior capaz de devolvernos la calma y la tranquilidad y de permitirnos recuperar el equilibrio y la confianza.

La forma de ponernos en contacto con esa fuente de paz es aprender a estar en soledad, con nosotros mismos.

Las religiones occidentales utilizan la oración o la repetición de palabras sagradas, que consideran tienen poder para liberarse de los pensamientos y para producir cambios físicos, psicológicos y en el ambiente.

Chopra en su libro “El sendero del mago” afirma que en el hombre siempre existe la semilla de lo místico. La búsqueda espiritual es para este pensador el sendero del mago, porque dice que: "Hay un mago dentro de nosotros que lo sabe todo y debemos aprender a escucharlo." Este nos enseña a encontrarnos a nosotros mismos, tal cual somos, seres con poderes ilimitados.

El mago interior acepta el mundo como es y no reacciona de ninguna forma, sin embargo no es pasivo, porque considera que el mundo es el mismo; y al aceptarlo como es, también se esta aceptando a si mismo y puede experimentar el verdadero amor.

“San Juan de la Cruz, cuando habla del pensamiento, apela a lo que brota del mundo interior, de valores de sentido e interpretación de la realidad desde Dios, de ética y de conciencia, de vivencia creyente.”

“Schopenhauer decía acerca del mundo como una representación de cada persona. Todo lo que tú conoces como real, es únicamente tu representación del mundo. Y aquí es donde se aplica esa frase de cada cabeza es un mundo.”

El hombre necesita saber quién es para lograr insertarse en la vida normalmente y elaborar un proyecto.

La voz interior nos rescata para corregir los errores y cambiar nuestra manera de pensar, y el perdón es el más importante recurso que tiene este aprendizaje para poder cambiar.

Cuando logramos la paz interior tenemos como centro de referencia nuestra voz interior, y no el ego, nos liberamos de toda amenaza y la vida se torna milagrosa.

Problemas que pueden surgir

Comprender las fuerzas positivas y negativas:

Las fuerzas positivas y negativas se encuentran en batalla constante por controlar nuestras actitudes y decisiones. Pero la existencia de estas fuerzas de signo contrario tienen un significado: podemos elegir llevar una vida que nos aproxime a la Excelencia, física y espiritualmente, o elegir el camino del deterioro del cuerpo y el alma, donde el miedo a vivir, las sustracciones y la guerra indiscriminada contra las circunstancias que parecen agredirnos, son nuestra actitud constante y cotidiana.

La experiencia personal es uno de los instrumentos más importante a la hora de hacer el intento por trasformar nuestras vidas. Las únicas verdades que nos ayudarán en este proceso son aquellas que nos han sido reveladas a través de la vivencia propia. Podemos recibir muchos consejos acerca de cómo crecer y desarrollarnos como personas útiles a nosotros mismos, pero las ideas superficiales, que no han tocado las fibras más profundas de nuestro corazón, no pueden crecer como elemento de sabiduría. Es por eso que el autor sostiene una y otra vez que las verdaderas respuestas a los interrogantes fundamentales de nuestra existencia están dentro de nosotros y que, cuando somos capaces de ver la verdad por nosotros mismos, esa experiencia se convierte en una parte inseparable de nuestro proceso de crecimiento.

El vació interior:

El vació interior se manifiesta como depresión, con síntomas como falta de motivación, desesperanza, carencia de proyectos, sensación de extrañamiento, desasosiego, sentimiento de inseguridad y de temor a la vida y ausencia de sentido de la existencia.

El vació surge cuando se pone el empeño en vivir para fuera, creyendo que la felicidad es algo que se puede comprar. Pero todos sabemos que aun teniéndolo todo, la vida puede resultar vacía y sin sentido.

Lo único que nos reconcilia con la vida es ser nosotros mismos, hacer realidad la persona que somos y apasionarnos con nuestros propios proyectos.

Tener tiempo para uno mismo es necesario, porque cuando permanecemos siempre conectados a algo, nos alienamos y perdemos la conciencia de nosotros mismos, nos confundimos con los otros, con los proyectos de otros, con la vida de los otros.

Mayores

El desarrollo de la interioridad es un valor de los mayores, según el psicoanalista Eric H. Ericsson, valor ejemplar en una sociedad vertida a lo exterior. Decía Heidegger: que ahora lo que necesitamos no es el pensar calculador, que es el único que domina el mundo occidental, sino el pensar meditativo.

Al tener menos adrenalina en el cuerpo como resultado de ir perdiendo el impulso de la juventud, se produce menos distracciones en la mente. Al bajar el ritmo de nuestra vida no estamos haciendo menos sino más cosas. Al bajar el ritmo físicamente, estamos en un estado mejor para subir el ritmo psíquicamente, nos estamos convirtiendo en contemplativos, dejamos de concentrarnos en el exterior para mirar nuestro interior.

Estamos bajando el ritmo para ser más profundos a fin de ir más de prisa hacia aquello que es necesario cambiar urgentemente.

Aristóteles:

La razón de tu vida eres tú mismo. Tu paz interior es la meta de tu vida, cuando sintieres un vació en el alma, cuando creyeres que aún te está faltando algo, aún cuando tengas todo, envía tus pensamientos hacia tus deseos más íntimos y busca la divinidad que existe en tí. Deja de poner tu felicidad cada vez más lejos de tí.

Busca en tu interior la respuesta para tranquilizarte, tú eres el reflejo de lo que piensas a diario. Deja de pensar mal de tí mismo y sé tu mejor amigo siempre.

“quien sabe viajar por dentro de su propio ser, va camino de conquistar la felicidad”.

Como mayor se debe y se trata de adquirir un sereno pensar meditativo. Antiguamente la meditación del silencio servia para centrarnos, pero en la actualidad hemos olvidado estas costumbres.

La meditación debe hacerla el mayor, porque se sienten desahuciados e inútiles y les es preciso recuperar su buen estado mental, sin dejarse llevar por el estrés, que en ellos es frecuente al sentirse desplazados de la vida activa.

“Soy solamente una persona: pero aún así soy alguien. No soy capaz de hacer todo, pero aún así soy capaz de hacer algo. No renunciaré a hacer lo poco que pueda."

HELEN KELLER



Me gustaría recomendaros la práctica del Minsfulness que la definen algunos autores como la prestación de la atención de una manera especial, intencionadamente, en el momento presente y sin juzgar.

La persona que quiero recomendaros es Vicente Simón y en concreto su libro “Aprender a practicar el Mindfulness” un libro sencillo y claro de esta técnica. Vicente nos lo define como: “la capacidad humana universal y básica, que consiste en la posibilidad de ser conscientes de los contenidos de la mente momento a momento.”

En youtube podéis ver algunos ejemplos:


http://www.youtube.com/watch?v=7VULfVBcYKE

http://www.youtube.com/watch?v=j-tFf5oFR0w

Algunas meditaciones suyas:

http://www.youtube.com/watch?v=gr4-eWUO-h0&feature=related


Para terminar un pequeño y sencillo ejercicio de meditación:

Practica Zen:

Hacer silencio interior, es decir, fijarse en una cosa sin especial significado: por ejemplo, estar sentado tranquilamente sin esfuerzo y contar poco a poco hasta diez, respirando con el abdomen, y volver a empezar, sin pensar en otra cosa que en ese repetir diez números, y vuelta a comenzar. Y hacerlo así durante quince a treinta minutos. Lo importante no es el tiempo empleado en ello, sino tener constancia y hacerlo todos los días.


BIBLIOGRAFIA:

SIMON, Vicente.  (2012): Aprender a practicar MINIDFULNES. ED: Sello editorial

DRESEL, Walter. (2009): Tomar un café contigo mismo. ED: Planeta. Booket