jueves, 15 de enero de 2015

LA IMPORTANCIA DE MIRAR EL LADO BUENO DE LA VIDA



La persona  optimista  valora  lo que tiene, se centra en las posibilidades y recursos para mejorarlo. Se anima a si misma hacia la superación de las dificultades, lo que estimula la producción de neurotransmisores, consiguiendo con ello, al activar el cerebro, mas lucidez cognitiva, mas esperanza, recursos y opciones.

 “Ningún pesimista descubrió jamás los secretos de las estrellas, ni navego hasta una tierra ignota, ni abrió un nuevo cielo al espíritu humano.”

Helen kéller

Existe una ley básica a la hora de tener una buena higiene mental y buenas relaciones personales. Ver el lado bueno de cada uno te ayuda a quedarte con eso, es decir, a no dejar que los defectos eclipsen el brillo personal de alguien. Siendo sinceros, este aprendizaje no siempre es fácil, sin embargo, el simple hecho de tomar conciencia de ello, nos aporta una luz distinta. 

La vida no responde a un guión previo, ni a un esquema que te hayas marcado previamente. Aprende a diferenciar entre aquello que depende única y exclusivamente de ti y aquello que no está en tus manos cambiar y modificar. No depende de ti que otra persona reaccione en la forma en la que a ti te gustaría. Por tanto, libérate de pesos innecesarios y aprende a ver el lado bueno de ti mismo para poder ver también esa luz en los demás. 

Creo que lo primero que debes saber es que la vida solo tiene valor cuando hacemos que valga la pena. Para ello, nunca te duermas sin un sueño, ni te levantes sin un motivo. No te quedes estancado en el pasado ni te agobies por el futuro. No corras, no hay prisa. Todo pasa y todo llega. Es cierto que la vida no suele ser de color de rosa, pero puedes intentar crear tu color particular. Atrévete a cambiar lo que es feo, a luchar contra lo gris. Atrévete a ser original, a probar cosas nuevas, a equivocarte. Mantén siempre el corazón abierto, la cabeza alta y el espíritu libre. Tendrás tus virtudes y tus defectos, pero tienes que aceptarte tal como eres, y confiar en ti, uno vale más de lo que se imagina.  

Espero que vivas una vida de la que te sientas orgulloso, y si no es así, espero que tengas la fortaleza para empezar de nuevo. No dejes que termine el día sin haber crecido un poco. Y nunca, bajo ningún concepto, abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. 

Se cuenta que el discípulo de un venerable sabio estaba extrañado y sorprendido de que su maestro estuviera siempre de tan buen humor, sonriente y feliz a pesar de las dificultades por las que atravesaba. Tal era su intriga que, un día, el alumno le preguntó:

–Maestro, ¿cómo es que siempre se te ve tan contento y satisfecho?
–Amigo mío, no hay secreto alguno en esto –respondió el sabio. Cada día cuando me despierto, me hago esta pregunta: “¿Qué elijo hoy? ¿Alegría o tristeza?”. Y siempre escojo alegría.

 




 
 
¿Qué es la actitud positiva?
 
Todos podemos elegir como vivir nuestra vida, como sentirnos por las cosas que día a día nos van sucediendo, la forma en que afrontemos los acontecimientos puede hacer que estos se desarrollen de una u otra forma.
En definitiva la actitud que tengamos va a influir mucho en como esos acontecimientos van a afectarnos.
Por ello es muy importante que caminemos por la vida con una buena actitud positiva. Si decidimos mantener la actitud positiva insuflaremos a nuestra vida más optimismo, enfrentaremos más fácilmente las preocupaciones y podremos eliminar de nuestra vida los pensamientos negativos. O sea conseguiremos cambios en nuestra vida muy positivos.
 
Beneficios que se pueden conseguir al desarrollar y mantener una actitud positiva 
 
Tener una buena actitud positiva nos puede ayudar a caminar por el sendero de la felicidad y el éxito, a ver siempre el lado bueno de las cosas. Si conseguimos vivir con esta energía positiva no solo nos beneficiaremos nosotros también podemos influir en las personas de nuestro entorno, podemos contagiarles esa forma positiva de ir por la vida. 
 
Estos son algunos de los beneficios que una buena actitud positiva nos puede ayudar a conseguir: 
 
  • Ser más felices.
  • Realizar nuestras tareas cotidianas con más energía.
  • Tener una gran fuerza interior.
  • Nos puede ayudar a conseguir las metas que nos propongamos.
  • Ayudar a los demás a sentirse más motivados
  • Sentir que la vida merece la pena de ser vivida.
  • Conseguir el respeto de otras personas.
¿Qué cualidades comparten las personas con una buena actitud positiva?
 
Las personas que son capaces de mantener la actitud positiva tienen unas cualidades que las diferencian de los demás:
 
Siempre ven lo mejor en las demás personas: ser positivos nos ayuda a ver lo bueno que hay en otras personas, a tratarlas positivamente. Al hacerlo se consigue recibir lo mismo de ellas hacia nosotros. 
Saber ver las oportunidades: el tener buena actitud positiva nos ayudará a ver oportunidades incluso dónde otros creen que no existen. Ser positivos nos ayuda a desterrar el No de nuestras vidas. 
Creer en sí mismo: la actitud positiva ante la vida nos ayuda a tener fe en nuestras posibilidades. Es mucho más fácil alcanzar el éxito si creemos en nosotros mismos, hay que transmitir una imagen positiva y segura. 
Piensan en las soluciones: en muchas ocasiones se nos presentan problemas que no sabemos cómo resolver, no vemos ninguna salida. La persona positiva siempre piensa "un problema, una solución" y consigue resolver la situación con mucha más facilidad. 
Ser responsables de sus actos: las personas con actitud positiva tienen muy claro que deben ser responsables de todos sus actos y de sus pensamientos. Viven la vida con honestidad. 
Son generosos: una actitud positiva frente a la vida nos hace ser más generosos. A las personas positivas les gusta compartir y siempre están dispuestas a ayudar. 
Son persistentes: mantener la actitud positiva hace que las personas sean más persistentes a la hora de perseguir y alcanzar sus objetivos. Los desafíos les resultan estimulantes. 
 
Existen pruebas de que ser positivo es una conducta apropiada y constructiva con una probabilidad mucho mayor de conducir al éxito y al bienestar de la persona, y de que conviene cultivar determinadas formas de pensar y actuar con el fin de tener una vida mejor.
 
            La psicología positiva es el estudio científico de las estrategias que mejoran la vida. Se trata de crear experiencias positivas, rasgos positivos y formas de organización positivas con el propósito de mejorar la calidad de vida de la gente.
 
            La psicología positiva se centra en la parte buena de la existencia humana. Tradicionalmente, muchas personas han dado por sentado que sentirse feliz o ser positivo es tan solo el resultado de no estar pasando por un momento malo o triste. La gente considera que la felicidad, la satisfacción y la alegría son emociones más bien efímeras que aparecen cuando menos las esperamos y escapan a nuestro control consciente. Otros creen pensar  en que conduce al bienestar es un acto de egoísmo. Otros opinan que si eres feliz o optimista  eres menos inteligente pues no terminas de enterarte de las cosas, otros dicen que uno es como es; o eres risueño o no lo eres, eres positivo o negativo según lo que te ocurra sea bueno o malo.

 
            La psicología positiva se  concentra en lo que hace falta para tener una buena vida, que merezca la pena y se viva a tope. 
 
Algunos aspectos:
 
  • Tener mas emociones positivas que negativas.
  • Encontrar satisfacción  en la vida y en el trabajo.
  • Descubrir las propias fortalezas y capacidades y utilizarlas activamente.
  • Potenciar las virtudes.
  • Participar en actividades.
  • Fomentar una vida familiar positiva.
  • Disfrutar en el trabajo.
  • Contribuir al bien de la sociedad y empezar en tu comunidad.
  • Encontrar un sentido a la vida.

Las emociones positivas  están relacionadas con el éxito en la resolución de problemas y la construcción de recursos. Además, las emociones positivas contribuyen al desarrollo de redes interpersonales más extensas, mejor salud y más éxito en general.
           
 A la gente se le da muy bien calibrar lo felices que están en un momento concreto. Sin embargo, les cuesta más predecir que las hará felices, como será de intenso ese sentimiento y cuanto durara. Posiblemente esa sea la razón de que tantas personas se  aferren a la creencia de que las posesiones materiales les proporcionen felicidad. Aunque la mayoría de los habitantes de los países occidentales tienen ahora un nivel de vida mucho mas alto que anteriormente, su grado de felicidad no ha aumentado en los últimos cincuenta años. Esto se conoce como paradoja de Easterbrook  (y nos dice de cómo la vida mejora mientras la gente se siente peor). Easterbrook argumenta que las personas son negativas de por sí y por eso tienen que esforzarse para adoptar una actitud positiva y encontrar un sentido a la vida con el fin último de ser verdaderamente felices.
 
 


Sobre el placer      
     

            El placer es  uno de los caminos hacia la felicidad. El placer es la sensación agradable que resulta de satisfacer necesidades  básicas como el hambre, la sed, el deseo sexual y la comodidad física. Dedica un momento a pensar en sensaciones muy placenteras y en lo feliz que te hacen. Imagina que estas apunto de comer tu plato favorito. ¿Puedes verlo y olerlo? ¿Te imaginas a ti mismo saboreando el bocado? Seguro que recuerdas esa sensación de placer. Por unos instantes, te sientes incluso feliz. Ahora imagínate comiendo otros diez platos de lo mismo. ¿Cómo te sientas? Probablemente te estremezcas  solo de pensarlo.

            El placer no consiste en el exceso. Consiste más bien en disfrutar de todo lo que hagas. Llevamos una existencia ajetreada, pasamos de una cosa a otra precipitadamente y a menudo no nos tomamos el tiempo de saborear las experiencias, disfrutarlas y extraer de ellas el máximo placer. Si piensas en lo que más  placer te ha proporcionado en tu vida, quizá te sorprendas de los triviales o insignificantes que pueden llegar a ser esos momentos: una sonrisa, un gracias, un pequeño halago. Con esto no queremos dar a entender que las personas deberían llevar una existencia espartana o puritana, sino que es importante percatarse de todos los pequeños placeres que conducen a una felicidad duradera. 
 

Regálate tiempo
 

            Saca el máximo partido de tu tiempo, concéntrate en las cosas que te hacen sentir bien y reduce o elimina aquello que te causa tristeza. Si alteras la rutina seguro que te sentirás mejor.

            ¿Eres de las personas que siempre estas dispuesta a escuchar y prestar atención a las preocupaciones y miedos de los demás?, ¿te sientes mal ante el mero pensamiento de cargar a los demás con tus problemas?.

            No entenderías que tus amigos pensaran que no pueden contar contigo y, sin embargo, tú no les estas contando unos problemas que son muy importantes para ti. No estas siendo honesto contigo mismo.

            Necesitas dedicarte más tiempo. Los “descansos para mi” aumentan tu productividad.

            Regálate un respiro, ya sea del trabajo o solo de tus pensamientos, tiene un efecto relajante y reparador. Quedarte con la vista fija en el techo, preguntándote por qué estas, no es una experiencia relajante. Sal con gente. Céntrate en actividades  que capten tu atención, que te hagan sentirte mejor y que se te den bien.
 

Algunas ideas: 
 

  • Sonríe de forma habitual.
  • Utiliza el lenguaje de manera posita
  • Disfruta de un café en tu bar favorito.
  • Queda con amigos para comer y luego reserva mesa, para que no sientas la tentación de cancelar la cita.
  • Saborea cada bocado de tu comida favorita.
  • Escucha música que te guste de camino al trabajo.
  • Haz ejercicio. Nada levanta el ánimo con más rapidez.
  • Hazte voluntario de alguna organización benéfica. Sentirte útil ayuda a subir la autoestima.
  • Repasa tu diario de actividades. busca que acción has marcado con mas puntos positivos, intenta recordar algunas de las cosas que mas te gustaban hacer.
  • Busca formas de empezar a hacer algo que siempre hayas querido hacer.
 

La atención plena
 

            Del libro  “Psicología positiva para Dummies” de Averil Leimon y Gladeana Mcmahon
 

La atención plena significa descubrir el aquí y ahora, apartar los miles de pensamientos que te pasan  por la cabeza para ser más efectivo y eficiente en lo que sea que estas haciendo, y también para estar mas en paz contigo mismo.

            La meditación ayuda a entrar en un estado de atención plena. De hecho, la atención plena debe mucho a las filosofías orientales, en particular al budismo, del cual toma las habilidades de meditación y aprendizaje para enseñar a la mente a estar centrada y serena. Muchas de las destrezas y habilidades mencionadas en los siguientes ejercicios pueden ponerse en práctica durante las tareas cotidianas, lo que ayuda a prestar más atención a las cosas del día a día. 

  • Crear rituales. Si vas a trabajar en tren, en autobús o en coche, fíjate bien en los lugares por donde pasas. Intenta no pensar  en las cosas que tengas que hacer durante el día y dirígete a ti mismo unas palabras positivas que te reafirmen. Por ejemplo: “voy a tener un buen día”.
 
  • Toma conciencia de tu respiración.
 
  • Camina con atención plena. Intenta ser consciente de cada paso que das. Siente la forma en que tu cuerpo se mueve.
 
  • Escucha cuando te hablen.  Resiste la tentación de pensar de antemano una respuesta para lo que crees que esta persona ha dicho, en lugar de responder a lo que te esta diciendo de verdad. Procura dedicar toda tu atención a la persona que te esta hablando.
 
  • Saborea todo lo que comas o bebas. Hay veces que te comes un bocadillo y no sabes ni de que era. Procura ser consciente de la textura de los alimentos, de si están calientes o fríos, de su sabor y de la sensación al tragarlos.
 
  • Llévate al trabajo algo que tenga significado para ti. Puede ser una foto familiar, una planta que te guste o un recuerdo de unas vacaciones. Colócalo en un lugar donde puedas verlo fácilmente y, varias veces a lo largo del día, centra tu atención en el durante un minuto mientras rememoras los hecho y sentimientos asociados al objeto.
 
  • Guarda silencio durante cinco minutos a la hora de comer. Mira por la ventana o da un paseo tranquilo. Fíjate en lo que ocurre a tu alrededor. ¿Qué es lo que ves?
 
  • Cunado llegues a casa, cámbiate de ropa lo antes posible. Quitarte la ropa del trabajo te ayuda a meterte en el siguiente  papel del día. Si vives con más personas, salúdalas a todas. Si vives solo, disfruta de la paz y la tranquilidad de tu hogar.
 
  • Escucha una canción que levante el ánimo o te relaje.  Presta toda tu atención a la música. Escucha la letra como si fuera la primera vez. Deja que las armonías y las melodías te envuelvan.
 
  • Piensa en lo que has hecho. Al final del día, repasa tus actividades y felicítate por todo lo que has conseguido. Si te ha faltado algo, ponlo en una lista para el día siguiente.

 

Entrar en estado de flujo
 
             El concepto de flujo fue propuesto por el psicólogo  Mihály Csikzentmihálye en 1975. Una persona estas en estado de flujo (flow) cuando se encuentra completamente absorbida por una actividad que le proporciona placer y disfrute y durante la cual pierde la noción del tiempo, utiliza sus destrezas y habilidades llevándolas hasta el límite y experimenta una intensa satisfacción e incluso euforia. Cuando fluimos, las personas alcanzan lo mejor de ella mismas, y el rendimiento se incrementa sin tener que hacer grandes esfuerzos. 
            El estado de flujo se produce cuando: 
 
  • Afrontamos desafíos que podemos asumir.
  • Estamos concentrados en la actividad.
  • Hay metas claras a conseguir y lo logramos.
  • Tenemos la impresión de superar el reto con relativa facilidad.
  • Nos despreocupamos de los riesgos que la actividad conlleva.
  • Perdemos la noción de nosotros mismos, se altera el sentido de la duración del tiempo, sentimos euforia de triunfo… 
 
El verdadero sentido de la vida
 
Nos dice Jessamy Hibberd y Jo Usmar:
“Hallar sentido a la vida y establecer unos objetivos realistas y alcanzables garantiza que te sientas mas optimista, positivo y feliz.”
            Hemos buscado el sentido y llegar a una plenitud en la vida desde siempre. Desde un nivel muy básico, el sentido ofrece una razón para vivir; es en lo que basas tus valores y lo que te proporciona una dirección, una identidad personal y una conciencia social. Puedes hallar el sentido a la vida a partir de la labor de educar bien a tus hijos, inspirar a los demás, tener éxito profesional o apoyara  tu pareja. No existen límites ni restricciones acerca de los motores que dan sentido a la vida. Pero ha de haber un motor, porque de no ser así, te sentirías infeliz.
Y recuerda que tu interpretación personal vendrá determinada por tu estado de ánimo, que, a su vez, vendrá determinado por la plenitud, confianza y felicidad que sientas. Si tu vida tiene un sentido y un objetivo, creo que tus  interpretaciones de los hechos serán positivas.
            Asígnate  objetivos que seas capaz de llevar a cabo y que te aporten un sentido mas claro de dirección y esperanza, de logro y plenitud.
            Se tratará de un listado sobre las cosas que harás día a día, pero a gran escala: puedes planear objetivos a corto, medio y largo plazo. Empieza por pensar que quieres hacer la próxima semana/mes/año y como quieres sentirte.
 
El objetivo tendría que ser:
 
  • Especifico: ¿Cuál es tu objetivo exactamente? ¿Cómo cambiaría tu vida si lo consiguieras?
  • Medible: tiene que ser una acción cuantificable, de modo que sepas cuando la logras.
  • Alcanzable: ha de ser algo que puedas conseguir de manera realista.
  • Relevante: ha de valer la pena. Si no sientes emoción o alegría a la hora de completarlo, entonces no tiene sentido. Tiene que ser un objetivo que signifique algo para tí, o si no, demorarás el intento o no lo intentarás.
  • A tiempo: establece un periodo de tiempo en la consecución de cada objetivo. No digas simplemente: “ya haré algo que me guste el mes que viene. Si el objetivo es a corto plazo, planea completarlo al mes siguiente; para objetivos a medio plazo, en los próximos seis meses, y para objetivos a largo plazo, entre uno y cinco años.
 
 

Reflexión para los que superamos los 50 años
 

Aunque sigue sin quedar claro cuando se produce la plenitud del bienestar, porque las diferentes investigaciones arrojan resultados en cierto modo distintos- tres estudios recientes demostraron que la plenitud de la experiencia emocional positiva se produce a los sesenta y cuatro, sesenta y cinco, y setenta y nueve años, respectivamente-, lo que si resulta medianamente claro es que la juventud y la madurez incipiente no son las épocas mas alegres de la vida, sino probablemente las mas negativas.
 

            Laura Carstensen, que fundo el centro sobre la longevidad de la universidad de Stanford, dice  que cuando empezamos a reconocer que nuestros años tienen un límite, cambiamos esencialmente nuestro punto de vista sobre la vida. El horizonte temporal más breve  incita a centrarnos mas en el presente y a invertir nuestro tiempo (relativamente limitado) y esfuerzos en las cosas de la vida que realmente importan. Así, por ejemplo, cuando envejecemos, nuestras relaciones mas valiosas se vuelven mucho más prioritarias que conocer a personas nuevas o asumir riesgos; invertimos más en estas relaciones y desechamos aquellas que no son muy alentadoras. Así las cosas, hay mas probabilidades de que nuestra experiencia emocional este constituida por tranquilidad y serenidad que por emoción y alegría. También llegamos a apreciar las cosas positivas de nuestra vida y aprendemos a obtener más felicidad de ellas.
 

            Se considera que en la segunda mitad de la vida y en los años siguientes se fomenta la felicidad de otras diversas maneras. Saber que nuestro tiempo en la tierra es limitado, junto con la creciente madurez y las habilidades sociales que acompañaban a cada decenio nos motiva para maximizar nuestro bienestar y controlar las emociones con más eficacia. Por ejemplo, podríamos hacer lo posible para sentirnos mejor cuando estamos deprimidos, angustiados o furiosos, y evitar pasar el tiempo con personas o en situaciones que nos hicieron desdichados en el pasado. Conservar los sentimientos de satisfacción, serenidad, alegría o intimidad, también puede que se haga más fácil a medida que nos hacemos mayores, porque se ha descubierto que las personas con mayor madurez muestran una tendencia al positivismo en la atención y los recuerdos.
 

            Una línea de investigación fascinante ha documentado que cuanto mas viejos somos, mas probabilidades hay de que seamos tratados con respeto y amabilidad: los demás se enfrentan a nosotros y nos critican menos, nos consienten y perdonan más y se esfuerzan en resolver tensiones y aplacar conflictos.
 
 

Reflexionemos: “es cierto mis años de fertilidad se han cambiado, pero un nuevo capitulo da comienzo”. De  ahora en adelante, daremos la  bienvenida a la mediana edad  y a la vejez con la mente preparada.
 
 
 
Quiero finalizar, proponiéndoos algunas cosas que nos quiten de nuestra  rutina diaria y  que utilizo en mis cursos con adultos y mayores como trabajos para realizar en vacaciones: 
 
Vamos  a hacer algo que nos quite de nuestra rutina diaria:

(Los condicionamientos sociales nos van presionando para ser razonables, serios y a veces bastante aburridos.) 
 
Ejercicios para trabajar en vacaciones: 
 
  1. Hacer lo contrario de lo que se hace habitualmente, desde el itinerario para ir al trabajo, unas palabras de elogio con quien solemos reñir o discutir, tener un detalle con alguien que nos caiga especialmente bien, etc.
  2. Escribir una carta o hincar una conversación con alguien o hacer algo que no te atreverías o te daría mucho apuro en circunstancias “Normales”.
  3. Conocer, por ejemplo, a cinco (u otro número), nuevas personas.
  4. Conocer dos nuevos lugares de tu ciudad, donde nunca estuviste.
  5. Probar alguna comida o bebida que nunca hayas tomado antes.
  6. Hacer una broma simpática a alguien (solo si no es habitual en la persona).
  7. Dejar caer en la calle dos monedas de un euro y observar las reacciones.
  8. Poner una prenda a propósito al revés, o colocarse zapatos o calcetines de diferente juego.
  9. Haz una lista de diez cosas que te hagan sonreír.
Y recordar que somos personas libres, que dependemos solo de nosotros y  debemos recordarnos nuestros derechos para ponerlos siempre que creamos necesario en práctica.
 
 Tenemos derecho a:

  • Algunas veces, usted tiene derecho a ser el primero.
  • Usted tiene derecho a cometer errores.
  • Usted tiene derecho a ser el juez último de sus sentimientos y aceptarlos como validos.
  • Usted tiene derecho a tener sus propias opiniones y convencimientos.
  • Usted tiene derecho a cambiar de idea o de línea de acción.
  • Usted tiene derecho a la crítica y a protestar por un trato injusto.
  • Usted tiene derecho a interrumpir para pedir una aclaración.
  • Usted tiene derecho a pedir ayuda o apoyo emocional.
  • Usted tiene derecho a sentir o expresar dolor.
  • Usted tiene derecho a ignorar los consejos de los demás.
  • Usted tiene derecho a recibir el reconocimiento formal por un trabajo bien hecho.
  • Usted tiene derecho a decir “no”.
  • Usted tiene derecho a estar solo aún cuando los demás deseen su compañía.
  • Usted tiene derecho a no justificarse ante los demás.
  • Usted tiene derecho a no responsabilizarse de los problemas de los demás.
  • Usted tiene derecho a no anticiparse a las necesidades y deseos de los demás.
  • Usted tiene derecho a no estar pendiente de la buena voluntad de los demás.
  • Usted tiene derecho a responder a no hacerlo.
 
Relacionado con este articulo:

BIBLIOGRAFIA: 
LEIMON Averil y McMAHON Gladeana: Psicología positiva para Dummies. (2014). ED. Para Dummies
HIBBERD. Jessamy: Este libro te hará feliz. (2014). ED. Roca Editorial.
LYUBOMIRSKY. Sonja: los mitos de la felicidad. (2014). ED. Urano.