lunes, 29 de agosto de 2011

EL SENTIDO REALIZADOR DE LA JUBILACIÓN (I parte)






Joaquín Benito Vallejo








De nuevo, y con las pilas cargadas por este merecido descanso vacacional que cada cual ha experimentado a su manera, volvemos a contactar a través de este Blog.

Y que mejor manera de reinicializar esta nueva andadura que comenzar con un artículo de Joaquín Benito Vallejo, el título ya es sugerente y el contenido creo que amplio, por lo que he creído conveniente dividirlo en dos partes. Espero os resulte interesante su lectura.

El tema está centrado en la jubilación: la primera parte nos habla del concepto de “la tercera edad” y su proceso evolutivo, como cambiamos a nivel biológico, como cambia nuestro cuerpo y nuestro estado emocional. La segunda parte se centra en la jubilación, pero como Joaquín dice, desde una perspectiva lúdica.

Aprovecho para dar las gracias a Blogueros Mayores, donde he encontrado una calurosa bienvenida y aceptación “gracias por vuestros comentarios”.


Este artículo es una colaboración de Joaquín Benito Vallejo. “podéis ver su currículum en su pagina Web que está al final del artículo.”


“Tercera Edad”: concepto engañoso

Aunque carente de todo contenido científico a cualquier nivel, el concepto de “Tercera Edad” tiene una significación precisa, pero no es aquella que aparenta, sino la que esconde.

Como todo eufemismo –palabra bonita para denominar algo que creemos feo-, su significación hay que buscarla en la fealdad que pretende ocultar. Es una máscara bajo la cual hay que rebuscar si de verdad queremos saber lo que esconde. Quizá no queramos saberlo nadie, ni las instituciones ni las personas. Y por esa razón adquiramos tan fácilmente el hábito, porque ello supone una justificación de nuestro comportamiento.

Lo que hoy todo el mundo llama “Tercera Edad” siempre se ha llamado vejez.

¿Qué tiene de feo la vejez para que se adopte ese calificativo, en el mejor de los casos “cariñoso”?

A mi modo de ver, la visión que tenemos de la vejez es mala, porque nos han inculcado que la vejez supone la pérdida de algo que también nos habían inculcado como bueno. La sociedad ha ensalzado la juventud adornándola con una serie de tópicos. En contraposición debe desvalorizar la vejez al carecer de dichos tópicos y añadiéndole otros distintos.

Lo desvalorizado inmediatamente se convierte en marginal y segregativo. Pero como esos viejos son nuestros padres, -y nosotros también seremos viejos-, adquirimos un complejo de culpa y adoptamos un comportamiento y un calificativo que lo encubre. Un calificativo “cariñoso” y un comportamiento caritativo, condescendiente, de favor y de limosna. Donde la justicia ha sido raptada se preconiza la caridad. Y se refleja en una política, en su grado más óptimo, de entretenimiento y distracción. Matar el tiempo. No aprovecharlo para vivirlo y desarrollarse plenamente.

Como todo eufemismo adquiere un nuevo significado, calificando más a quien lo utiliza –por su comportamiento-, que a quien va dirigido.

Una sociedad competitiva, individualista, cuyo valor supremo es la productividad, rechaza todo lo que no sea productivo. No valora a la persona por sus capacidades humanas, sino como objeto o máquina productiva. Después de pasarse toda una vida exprimiendo la máquina obligándola a superproducir, cuando la máquina se agota se la arrincona y nos olvidamos de ella. Lo mejor para esa maquinaria económico social es que cuando la máquina, -la persona- no produce lo que se esperaba, se la aproveche para chatarra, -se la inhabilite, se la retire, muera-. Ve como una carga al viejo porque tiene que alimentar una máquina que ya no produce. Su condición absolutamente explotadora no quiere reconocer que esa máquina –el viejo- ha estado pagando muy caro, durante toda su vida, la vejez de ahora.

No es una caridad ni un favor, hacer que su vejez sea plácida y llena de disfrute. Es sencillamente su derecho. Y la sociedad tiene la obligación de cubrirlo. Pero esta sociedad además cree, se justifica creyendo, que los ancianos no tienen necesidades como los adultos o los jóvenes. –Son considerados vegetales o animales rumiantes o se les convierte en ello-, con lo cual, con un regalito cariñoso se quedan tan contentos. Además el sistema ha descubierto la forma de “reciclar” a los viejos. Si no producen que consuman. Así la máquina seguirá siendo rentable. Y este es el ocio que se ha creado para ellos. Matar el tiempo que les va quedando, pero… consumiendo.

“Tercera Edad” tiene además un significado clasista. Solo se denomina así a la masa pobre, baja e inculta que vive de los Servicios Sociales. La denominación no es aplicable a políticos, intelectuales, banqueros, artistas… etc.

Un nombre in-significante, -sin significado- para ocultar muchos significados. Una ideología y unos comportamientos. Se oculta lo que se piensa, lo que se hace, lo que se debe hacer y se exorciza la culpa, la mala conciencia.

(Afortunadamente, desde 1990 en que fue escrito este artículo, algunas de estas cosas han cambiado para bien en las instituciones españolas)


Vejez: proceso final de desarrollo

El ser humano es una entidad bio-psico-social, tres aspectos que se conforman mutua y dialécticamente. Cada uno influye en los demás, determinando y siendo determinado por ellos. Y de esa dialéctica depende el ser humano. Es necesario tener presente siempre esta perspectiva. Si algo falla hay que indagar dentro de esa interacción, tratando de delimitar los campos de donde pueda proceder. Cuál es la causa y cuál el efecto.

Formando parte de un proceso evolutivo de doble vertiente, hacia atrás el proceso filogenético –las especies- donde la vida se asienta casi exclusivamente en un proceso biológico. Dentro del ser humano, el desarrollo –ontogenético-, se dirige más hacia lo social. Sin embargo, no puede concebirse la sociedad como una entidad alejada de la naturaleza. En el ser humano lo social es inherente a lo natural. Lo natural deja de ser exclusivamente biológico. Lo que determina la esencia del ser humano es convertir en realidad lo que únicamente es potencial, lo inscrito genéticamente, que solo mediante la interacción social llegará a aflorar.

La evolución del ser humano, -un proceso en sí mismo-, consta de otra serie de procesos desde el nacimiento a la muerte. Cada proceso, por un lado, está inscrito genéticamente desde la concepción pero depende de factores externos, sociales, si aquel va a desarrollarse y cómo y de qué manera ocurrirá.

La vejez es considerada la etapa final, anterior a la muerte, del desarrollo ontogenético. Olvidando a menudo la dialéctica bio-psico-social vemos la vida y sus fases como compartimentos aislados. Las primeras etapas de la vida son consideradas como las de un desarrollo progresivo de las capacidades y de un enriquecimiento de los comportamientos y las actitudes. Mientras que la etapa final se describe como una fase regresiva de la vida donde los comportamientos van deteriorándose, las capacidades y aptitudes empobreciéndose y degradándose hasta su extinción. Se la llama la etapa involutiva de la evolución.

El error está en ver esta etapa llamada involutiva y degradante como algo natural y genético. Pero todo lo contrario: para que se desarrollen las capacidades es necesaria la acción estimulante del medio social. Por lo tanto, si los comportamientos se empobrecen y degradan es porque el estímulo social ha dejado de existir.

Durante la etapa de la vejez se asiste a una serie lenta de transformaciones visibles desde antes de los 40 años. Estos son cambios físicos respecto al sistema piloso, a los tejidos. Cambios estructurales en las células, cambios funcionales: de los sentidos, de la motricidad, del sistema cardiovascular, del digestivo… Basándose en unos u otros se han elaborado diversas teorías del envejecimiento, de las que prácticamente ninguna tiene en cuenta la influencia socio ambiental y la forma de vida. Sin embargo, incluso en el cambio más pequeño considerado físico o químico, puede encontrarse la influencia de las condiciones de la forma de vida.

También se ha aplicado el baremo de la degradación y de la pérdida para los procesos psicológicos: sensaciones, percepciones, memoria, comprensión, inteligencia… En su contra, otras investigaciones han demostrado que siempre que esto ocurría, el que realmente estaba degradado era el estímulo social. Lo que ocurre es que se está aplicando el carácter de natural a lo que es habitual, a lo que ocurre a menudo, pero una cosa es que sea habitual y otra natural. Con ello se evade la responsabilidad social. En un medio social degradado, carente de estímulos, un anciano de 80 años puede estar por debajo de las capacidades de un niño de 4 años. Por el contrario, en un medio rico en estímulos, el anciano de 80 años puede estar en al plenitud de sus facultades, de modo muy similar a como estaba a los 60 años. Los ejemplos que demuestran esto son muchos, recordemos solo a Picasso, Kant, Churcill… En la actualidad tenemos muchos más.

La vejez es el resultado, mejor o peor, de la vida anterior desde la infancia. Se envejece como se ha vivido. De la calidad de lo vivido depende la calidad de la vejez. La forma de vida que se haya desarrollado, aún siendo particular y propia en cada persona, depende de las posibilidades que la sociedad le haya proporcionado. Así, las condiciones particulares son condicionadas por la historia, la economía, la cultura, etc. Por ello el problema del envejecimiento es un problema social y hay que abordarlo desde esa perspectiva. Hemos de cambiar las condiciones sociales para mejorar la vejez. Lo demás son parches.

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lunes, 8 de agosto de 2011

REFLEXION SOBRE LA PELICULA: "EL FIN ES MI PRINCIPIO"


Me gustaría hacer un alto, en este periodo vacacional, y volver a retomarlo en Septiembre. Muchos estáis disfrutando ya de las vacaciones, otros ya os queda poco para regresar y otros quizás tendréis que permanecer en vuestras casas.

Para todos y desde el descanso que las vacaciones nos ofrece disfrutándolas cada uno a su manera, quiero deciros que es importante hacer una reflexión y sacar a pasear a “nuestro yo” el oculto, el que sabemos que esta ahí, con el que necesitamos ponernos en paz y al que siempre dejamos para más tarde. Llevémosle por los lugares que nos gustan y disfrutemos de una buena charla. Seguro que ambos nos beneficiaremos.

También me gustaría compartir con vosotros una película de reciente estreno, su titulo “El fin es mi principio” el titulo y el tema, me llamo la atención, pensé que era interesante ver una película donde se hablara con un enfoque positivista sobre el largo recorrido de una vida, de la vejez, la muerte y el compromiso con la familia.

El encuentro:

Nuestro protagonista un hombre octogenario que a punto de enfrentarse con la muerte, decide juntar a su familia. La película se centra en las vivencias y experiencias de este hombre ocurridas a la lo largo de toda su vida las cuales recoge el hijo, fruto del cual saldrá un libro.

El encuentro trascurre en una zona montañosa de Italia, el paisaje es de una gran belleza, que el director desea y creo que acierta al trasmitirnos con sus imagines la grandiosidad que aporta la naturaleza en esta comunión del hombre con ella.

Sobre la muerte:

Nuestro personaje con una gran base y fortaleza espiritual basada en las filosofías orientales, sabe que le queda poco tiempo, y quiere contar a su familia, que la llegada de la muerte solo es un cambio. Esta dentro de un cuerpo, maltrecho por la enfermedad, lo que le provoca que apenas pueda moverse, pero no le va a impedir que en sus últimos días, disfrute de la compañía de sus seres queridos y pueda trasmitirles todas sus vivencias y su testamento vital.

Le gustaría llegar a la muerte con una sonrisa, y si es una carcajada mejor, quiere dejar ese envoltorio que es su cuerpo y caminar por la senda que aunque no sabe hacia donde le llevara, esta convencido que nunca será mala.


Sobre su juventud:


Cada día se sientan cerca de un árbol centenario, desde donde se puede apreciar el hermoso paisaje que rodea a la casa. Como si fuera un ritual, el hijo conecta la grabadora y el padre se pone a hablar recordando los hechos que han marcado su existencia deseando trasmitir a su hijo su increíble curiosidad por las cosas y las personas.


Esta vez el padre recuerda su juventud, la pobreza de la época y la que le toco vivir a su familia “de origen Florentino”, todo esto hace que se vaya creando en él una importante conciencia social. Vive el mayo del 68 francés y la revolución comunista china y empieza a surgir un gran deseo de irse a China.


Encuentra una oportunidad como corresponsal de un periódico. En un primer momento se sumerge en la cultura, en la gente, los primeros años son de comunión total con el régimen, hasta que poco a poco va entendiendo la situación y se va desilusionando, participa como corresponsal de guerra en Vietnam lo que le provoca un problema existencial, se marcha al Tíbet, donde permanecerá tres años conviviendo con monjes y pasando largos periodos de tiempo viviendo como los ascetas, tendrá su primer encuentro consigo mismo.


Sobre el ser:


Una de las partes más brillantes de la película bajo mi punto de vista es una escena donde nuestro protagonista esta en lo alto de una montaña, el hijo lo esta mirando a distancia y observa a su padre rodeado por nubes que se van moviendo lentamente. La impresión que me causa es de una gran belleza haciendo resaltar la grandiosidad del ser “nuestro hombre”, su comunión con el resto del universo, el cielo, la tierra, los seres que la habitan, “todo esta relacionado y tiene su sitio y su porque”.



Seremos recordados:


Una de sus mayores preocupaciones, es su continuidad después de la muerte, si seguirá siendo recordado y que puede hacer para seguir presente ante los demás.

Piensa que si los demás creen en el, siguen sus objetivos existe un proyecto, una búsqueda unas ilusiones, sí, se podrá lograr una continuidad y un estar presente.


Testamento vital:


Esta toda la familia reunida, se siente feliz, esta rodeado de todas las personas que han compartido su vida. Están todos reunidos y su hijo le pregunta: ¿papa tienes miedo a la muerte? El padre dice que lo que las personas temen de la muerte es el miedo a perder todo lo que tiene. Y el sabe que lo que tiene lo tiene cerca y que mejor que morir rodeado de los suyos.


Despedida de la familia:


Viendo aproximarse su fin, reúne a su alrededor a la familia, les habla, pone sus cosas en orden y se va despidiendo de cada uno de sus hijos hasta quedar a solas con su mujer. Es el momento de reconfortarse, recuerda cuando la conoció cuando en los momentos buenos y malos estaba a su lado, como pareciendo que aun estando en un segundo plano, siempre aparecía cuando la necesitaba. Fue compañera, amiga, siempre permaneciendo cerca. El, aunque permaneció mucho tiempo lejos de ella debido a su profesión y estilo de vida espiritual siempre estuvo enamorado.


Una de las imágenes mas tiernas es, cuando ella sentada a su lado cogiendole de la mano lo mira y si nos fijamos en sus ojos y en su gesto vemos que esta trasmitiéndole serenidad y tranquilidad, el la mira, sonríe y deja de respirar.

Cuando contemplo esta escena, me viene a mi memoria uno de los ppt, más hermosos que he leído, es la historia de un hombre mayor que tiene prisa por ir a ver a su mujer enferma de Alzheimer que está en una residencia de ancianos y que visita desde hace cinco años. Le preguntan por qué tanta prisa, ya que ella no sabe quién es él y él contesta:

“ella no sabe quién soy, pero yo aun se quien es ella”


Yo, También creo en ese amor, “en la aceptación de todo lo que es, ha sido, será y no será”

Las cenizas:


Tal como empieza la película con la historia del monje Budista que dibuja un círculo con un pincel sobre un pergamino que da nombre a la película, nuestro protagonista termina su ciclo cuando su hijo esparce sus cenizas en la colina donde se había encontrado consigo mismo. Ahora será su familia quien tendrá que completar el suyo.

La novela:

El autor es Tiziano Terzani,” uno de los periodistas mas importantes Italianos y reconocido mundialmente. El titulo de la novela es el mismo que el de la película.

Como dice en el libro es: “Un padre, un hijo y el gran viaje de la vida.”

Existe también una edición de bolsillo, editorial: “EMBOLSILLO”