jueves, 27 de abril de 2017

KINTSUKUROI



Adentrarnos en el mundo oriental y en su filosofía no es perdernos en un mundo complicado y solo apto para unos pocos eruditos, sino que muchas de sus enseñanzas están construidas en una realidad sobre lo más elemental y simple, basada en valores y principios que deben regir el comportamiento humano y las relaciones entre los hombres y su entorno, quedándonos rendidos ante su simplicidad y profundidad.
En un artículo hablé sobre el kaizen:
La belleza y el desafío del kaizen es que requiere fe. No necesariamente fe religiosa, o un rígido e irreflexivo compromiso, pero sí la creencia en el poder de tu cuerpo y tu cerebro para llevarte a donde necesitas ir. Dando pasos pequeños, orientas tu brújula mental hacia una nueva dirección, permitiendo que tu mente haga el resto.
"Añoro cumplir una tarea grande y noble, pero mi principal obligación es cumplir pequeñas tareas como si fueran grandes y nobles." HELEN KELLER
En el artículo de este mes voy a hablaros del "Kintsukuroi"
Antiguo arte japonés de recomponer lo roto. Este arte se remonta al siglo XV y consiste en arreglar las fracturas de los objetos de cerámica, que con el tiempo o por accidente se han agrietado.
Cuando se rompe una pieza de cerámica, los maestros Kintsukuroi la reparan con oro, dejando a la vista la reconstrucción, ya que, para ellos, una pieza reconstruida es a su vez símbolo de fragilidad, fortaleza y belleza.
Su filosofía hace que en lugar de deshacerse del objeto dañado, éste se recupere, se restaure y luzca de nuevo más fuerte.
La cerámica es frágil, fuerte y bella a la vez, como las personas. Al igual que nuestra vida, puede romperse si sabes cómo.
La pieza así restaurada no trata de replicar el aspecto intacto de la cerámica nueva ni de ocultar o disimular los daños, sino que los resalta ennoblecidos con el oro para transformarla otra vez, eso sí, en algo completo. La restauración es tan especial, y los resultados tan sorprendentes, que las piezas así reintegradas son con frecuencia más valiosas que los ejemplares intactos.
Técnica y arte con un significado trascendente, objetos restaurados que enaltecen su valor, demostración de fragilidad y de la capacidad de recuperarse que los hace más bellos, permitiendo admirar las cicatrices y la historia que cuentan.
El cuerpo y el alma de las personas, al igual que cualquier objeto de porcelana, son frágiles y están expuestos al paso del tiempo. Este paso del tiempo desgasta tu cuerpo y tu alma, hay momentos de tu vida en que estás roto por fuera y por dentro. Y aquí es donde tomamos el Kintsukuroi y vemos que lo bueno que tiene dicha rotura, tanto en el objeto como en el cuerpo y el alma, es que tiene la posibilidad de repararse mediante el polvo de oro en la cerámica y las fortalezas humanas y la resiliencia en las personas.


En lo Humano:
 Tal vez sintamos que nuestras relaciones o nuestro corazón están rotos; quizá pensemos que nuestra vida ya no tiene ningún valor.
Tenemos que buscar nuestra resina mezclada con oro en cada uno de los rincones de nuestro espíritu y en él encontraremos las fortalezas emocionales que usaremos como herramientas para recomponer lo que se rompe:

Fortalezas.

Curiosidad, interés por el mundo
Está abierto a la experiencia, participa de la novedad. Explorar y descubrir nuevas cosas.
Amor por el conocimiento y el aprendizaje
Las personas que poseen esta fortaleza psicológica están motivadas para adquirir nuevas habilidades, conocimientos o experiencias. Saben que en cualquier sitio existen oportunidades de aprender.
Juicio, pensamiento crítico, mentalidad abierta
Esta fortaleza nos permite enfrentarnos a situaciones novedosas de manera efectiva, vivir con plenitud y aprender continuamente de lo que nos rodea. No precipitarse, capacidad de cambiar de opinión. No sacar conclusiones al azar, sino tras evaluar cada posibilidad.
Creatividad
Con esta fortaleza disfrutamos produciendo ideas o comportamientos originales que contribuyen de manera notable en nuestra vida o en la de otras personas.
Perspectiva, sabiduría
Sin la perspectiva y la sabiduría nuestro conocimiento sigue siendo una mera serie de datos y hechos. La sabiduría es necesaria para que esos nuevos conocimientos sirvan para mejorar nuestra vida y las vidas de quienes nos rodean.
Valentía
Una persona valiente actúa siguiendo sus convicciones y creencias frente a cualquier peligro o dificultad. Ausencia de temor, separa aspectos emocionales de los conductuales.
Persistencia y diligencia
Una fortaleza que nos mantiene en pie a pesar de los obstáculos, visualizando nuestras metas, trabajando duro y perseverando en nuestros esfuerzos hasta que logremos nuestros objetivos., es decir acaba lo que comienza. Asume y termina.
Integridad, honestidad, autenticidad
La integridad nos ayuda a vivir nuestra vida de acuerdo con nuestros valores personales y responsabilizarnos de quiénes somos y de lo que hacemos. Gusta de la verdad. Tiene los pies sobre la tierra. Ir siempre con la verdad por delante, no ser pretencioso y asumir la responsabilidad de los propios sentimientos y acciones emprendidas.
Vitalidad y pasión por las cosas
Esta fortaleza se encuentra en aquellos individuos que viven plenamente cada momento de la vida, evitando el abatimiento y llenos de energía vital. Afrontan la vida con entusiasmo. Su energía es contagiosa.
Amor en cualquiera de sus formas
El amor es una de las fortalezas que más nos llena y realiza. Eric Fromm (1956) define cuatro elementos básicos en todas las formas de amor: Cuidado, Responsabilidad, Respeto y Conocimiento. Tener importantes y valiosas relaciones con otras personas, en particular con aquellas en las que el afecto y el cuidado son mutuos.
Generosidad, altruismo, compasión
Nunca se está demasiado ocupado para hacer un favor, realizando buenas obras para los demás. El verdadero altruismo significa cuidar o ayudar a los demás por el hecho en sí y no por un reconocimiento especial o cualquier tipo de galardón.
Inteligencia social
Si la inteligencia emocional se refiere a la capacidad para utilizar la propia información emocional de manera eficiente, la inteligencia social se refiere a la capacidad de comprender y apreciar los matices emocionales de una relación. Ser consciente de las motivaciones y sentimientos de los demás y saber responder a ellos. Es decir tener empatía.
Civismo, responsabilidad social, trabajo en equipo
Las personas con esta fortaleza son aquellos individuos que se orientan hacia la comunidad tanto o más que hacia su propio interés. El civismo conlleva una participación con la comunidad, la búsqueda de igualdad y cooperación, la cohesión social y el optimismo.
Sentido de la justicia, equidad
Esta fortaleza conlleva el desarrollo de habilidades para el consenso equitativo, la sensibilización con la justicia social, la expresión de compasión por los demás y la perspicacia necesaria para comprender las relaciones y obtener resultados equitativos. No deja que los sentimientos personales influyan en decisiones sobre los otros, dando a todo el mundo las mismas oportunidades.
Liderazgo
Organiza y se asegura de que las cosas se lleven a cabo. Mantiene las relaciones entre los miembros de su equipo.
Capacidad de perdonar, compasión
La fortaleza psicológica del perdón se caracteriza por “perdonar a aquellos que han cometido un error, aceptando sus defectos, dando a la gente una segunda oportunidad, y liberándose de emociones negativas como la ira o la angustia.” El perdón es beneficioso para nuestra vida interior.
Modestia, humildad
Dejar que sean los demás los que hablen de uno mismo. La verdadera humildad necesita de una gran autoestima para poder hacer un análisis realista de nuestras capacidades, reconocer nuestras limitaciones y abrirnos a nuevas ideas. No le interesa ser centro de atención, prefiere que sus logros hablen por ella/él.
Prudencia
Ser cauteloso a la hora de tomar decisiones, no asumir riesgos innecesarios ni diciendo o haciendo nada de lo que después uno se puede arrepentir.
La prudencia es una orientación hacia nuestro futuro personal, una forma de razonamiento práctico y autogestión que ayuda a lograr los objetivos individuales a largo plazo de manera eficaz.
Auto-control, auto-regulación
Esta fortaleza nos ayuda a controlar nuestros deseos, emociones y conductas con el objeto de obtener alguna recompensa posterior. Es capaz de estar de buen humor incluso en situaciones delicadas.
Apreciación de la belleza y la excelencia, capacidad de asombro
La apreciación de la belleza está muy relacionada con la elevación, el asombro, la admiración, la sorpresa o el maravillarse. Se convierte en una fortaleza cuando las personas descubren la belleza y la excelencia a su alrededor y esta experiencia les deja una maravillosa mezcla de relajación, sobrecogimiento y ganas de reaccionar de manera positiva.
Gratitud
Ser consciente y agradecer las cosas buenas que a uno le pasan. Saber dar las gracias.
Esperanza, optimismo
Esperar lo mejor del futuro, planificar y trabajar para conseguirlo. Actitud positiva.
Sentido del humor
La capacidad para relativizar y destrozar las rígidas reglas de nuestra vida, trascenderla y aumentar nuestra perspectiva. El sentido del humor aumenta nuestras emociones positivas. Gusta de reír y hacer reír a otras personas. Ver el lado positivo de la vida.
Espiritualidad, fe, sentido religioso
Posee una filosofía concreta de la vida, que le añade significado, propósito y vinculación con algo más elevado que da forma, determina nuestra conducta y nos protege.
Reparar nuestras imperfecciones con la resina de la reconciliación, cada error cometido en nuestra vida nos ha dejado una enseñanza, nos ha convertido en las personas que somos. Si en lugar de ocultar nuestros errores, mostramos nuestra fortaleza al superarlos, seremos como las pequeñas vasijas japonesas que, orgullosas de su historia, muestran sus imperfecciones cubiertas con el metal precioso de su cambio.
A veces la vida nos juega malas pasadas, nos fragmenta el alma con la muerte de un amigo, un familiar, nuestra pareja.. Pasará un tiempo y el alma se irá recomponiendo lentamente, trozo a trozo, con la ayuda de la fe, la resignación frente a lo inevitable.
Si te equivocaste lastimando aquello que amabas, repara tus errores con el oro de tu amor, de tu arrepentimiento.
Debemos darnos cuenta que el oro que utilizaremos para reparar nuestro corazón, está dentro de nosotros.
El arte japonés Kintsukuroi nos enseña la manera de encontrar el verdadero valor de las personas. Este valor no está en su perfección, sino precisamente en sus imperfecciones; pero, sobre todo, en su reparación misma que junto a todas sus cualidades, trasforma a las personas en seres dignos de admirarse´.
"los caracteres mas sólidos están plagados de cicatrices" Jalil Gibrán.
"El mundo nos rompe a todos pero, después, muchos se vuelven fuertes en los lugares rotos" Ernest Hemingway.
Tiene que ver con la posibilidad que tenemos, que está en nuestras manos de hacer cosas maravillosas a partir de nuestras equivocaciones o de una mala experiencia... no sólo aprender de ellas, sino salir fortalecidos, enriquecidos.
¿Cuántas veces no te has atrevido a hacer algo por miedo a equivocarte? ¿A cuántas cosas has renunciado por temor a no lograrlo?
Debemos saber que con haber dado el primer paso ya obtendríamos un beneficio, el placer de haber tomado la decisión de intentarlo, de sentirnos valientes, útiles.
Tal como sucede con los seres humanos, a veces herimos o nos hieren. Debemos intentar corregir los errores fortaleciendo, reparando y recuperando relaciones y situaciones para seguir adelante. Una forma diferente de mirar la vida aprendiendo a rellenar cicatrices, estas cicatrices que nos dan mayor valor y nos recuerdan que podemos volver a empezar.
Al igual que esa vasija fragmentada se ha trasformado en una obra de arte, las cicatrices forman parte de nosotros y a través de ellas se puede leer la vida de cada uno.
En Occidente podríamos equipar este arte con la "Resiliencia", que sería la capacidad de toda persona de superar las consecuencias de una vivencia traumática y recuperan un estado psíquico y emocional adecuado para poder continuar con la vida de una forma sana y adaptativa. Ése pudiera ser el arte del Kintsukuroi: La reconstrucción de la cerámica reconociendo las fragilidades y las heridas, aceptándolas y dejando de esconderlas, aprendiendo de ellas y fortaleciéndose.
Nos dice Tomas Navarro en su libro "Kintsukuroi, el arte de curar heridas emocionales":
"La vida no se recompondrá espontáneamente. No esperes a que pase algo sólo por el mero hecho de desearlo, pues con el mero deseo no basta para recomponer la vida. La acción será la encargada de darte esa vida mejor, de ayudarte a superar las adversidades, de recogerte tus pedazos y recomponer tu vida. ¿Estás dispuesto a pasar a la acción? ¿Estás dispuesto a recomponerte?
Agáchate con calma y disponte a recoger todos y cada uno de los pedazos de tu alma. Hazlo minuciosamente, sin prisa, con cuidado de no recoger suciedad junto con los trozos; no te confundas:
  • Recoge los pedazos para poder comprender lo que te pasó, lo que sientes y lo que piensas. Éste es el primer paso para entender lo que ocurrió y la representación mental que te has formado sobre lo acontecido.
  • No esperes a tocar fondo para recoger los pedazos. Si quieres estar mejor, tienes que hacer algo, tienes que pasar a la acción.
  • El mero hecho de saber que en un futuro estarás mejor ya es buen motivo para empezar el proceso de recomposición de tu vida.
  • El final del problema no supone el final del sufrimiento. Los problemas tienen que cerrarse activamente."


BIBLIOGRAFIA:
NAVARRO Tomas: Kintsukoroi, El arte de curar heridas emocionales. (2017). ED. Zenith