Introducción:
Voy a desarrollar una serie de
artículos que tienen como objetivo la descripción
de
distintas habilidades y herramientas que sirvan para mantener en buen
estado nuestro cerebro, logrando una mayor
estimulación cognitiva. Es reconocido el gran avance que desde la Neurociencia se esta
implementando sobre las funciones
cognitivas y las enfermedades neurológicas que afectan a una gran parte de
nuestra población adulta.
En este primer artículo voy a hablar sobre
algunas capacidades cognitivas como la memoria, la atención y la
percepción, y en otros posteriores planteare un plan para optimizar el cerebro
y desarrollar acciones de potenciación y rehabilitación del deterioro mental en
el adulto mayor y así envejecer de una
manera mas sana, mejorando nuestra calidad de vida.
La
percepción:
La percepción, por lo tanto, es la interpretación secundaria de las sensaciones,
en base a la experiencia y recuerdos previos.
La percepción es cómo se interpreta y se
entiende la información que se ha recibido a través de los sentidos. La
percepción involucra la decodificación cerebral y el encontrar algún sentido a
la información que se está recibiendo, de forma que pueda operarse con ella o
almacenarse. “El acto de percibir es el resultado de reunir y coordinar los
datos que nos suministran los sentidos externos (sensaciones)”.
Algunos
problemas que presentan los adultos
mayores con lo que acabamos de ver:
En las fases leves de la enfermedad de Alzheimer se presentan dificultades
para reconocer objetos complejos o nuevos, las caras nuevas, los colores de
gamas y matices sutiles, los espacios de organización compleja y las partes
internas del cuerpo. En la fase moderada es frecuente que se altere el
reconocimiento de caras familiares poco frecuentes, de olores y objetos
familiares, de los espacios de organización simple, que haya trastornos del
reconocimiento táctil del propio cuerpo y los colores, excepto rojo, amarillo,
azul, verde y negro. En la última fase, o de deterioro avanzado, el paciente no
puede reconocer su propia cara ni la de familiares más cercanos, la mayoría de
los objetos, los colores, excepto el rojo y verde, los sitios con poca
organización espacial, tiene, además, poco reconocimiento de su cuerpo y
aparece la incontinencia.
Los déficits sensoriales deben ser corregidos inmediatamente, una vez que
sean detectados, con el uso de los artículos de ayuda que requieran (anteojos graduados,
aditamentos para sordera, etc.), los que pueden disminuir las alteraciones
perceptivas derivadas de los cambios ya mencionados, y relacionados con la edad.
Las percepciones falsas independientes de realidad toman la forma de alucinaciones o pseudoalucinaciones.
Una alucinación es una percepción que no tiene ninguna
base en la realidad objetiva.
La alucinación varía según la modalidad sensorial; forma
(de amorfa a organizada); intensidad (fuerte o suave); claridad (vago o claro);
situación espacial (interna o externa, cercana o lejana); y grado de convicción
o urgencia que conllevan.
La
atención:
Alguna
definición:
BALLESTEROS
(2000): Proceso por el cual podemos dirigir nuestros recursos
mentales sobre algunos aspectos del medio, los más relevantes, o bien sobre la
ejecución de determinadas acciones que consideramos más adecuadas entre las
posibles. Hace referencia al estado de observación y de alerta que nos permite
tomar conciencia de lo que ocurre en nuestro entorno.
Tipos de atención
Atención selectiva: es la
capacidad que nos permite seleccionar voluntariamente e integrar estímulos
específicos o imágenes mentales concretas. La atención selectiva implica filtrar los
estímulos que nos rodean para centrarnos en la información que nos interesa. Un
ejemplo es cuando estamos en cualquier situación social en las que se producen
varias conversaciones simultáneamente, pero solo prestamos atención a una de
ellas.
Atención sostenida: es la capacidad
de concentración que nos permite mantener el foco de la atención, resistiendo
el incremento de fatiga a pesar del esfuerzo y de las condiciones de interferencia
y distracción.
Por ejemplo, un trabajador que esta en una cinta transportadora retirando
todas las manzanas dañadas que van
pasando por delante de él.
Atención dividida: es la
capacidad que nos permite alternar entre dos o más focos de atención. Puede ser
entre dos estímulos diferentes, o entre un estímulo y una imagen mental.
Consideramos muy importante señalar que las alteraciones que puedan
presentarse en la atención del adulto mayor están íntimamente relacionadas con
la motivación que despierte la tarea que se esté acometiendo, y con las
alteraciones perceptivas que pudieran estar relacionadas con la edad, de tal
manera que en condiciones ambientales desfavorables, la atención mantenida
podría debilitarse, mientras que en ambientes estimulantes y tareas de interés,
podría lograrse una optimización de la atención del mayor.
Algunas condiciones mentales, como la depresión, podrían también afectar la
atención, así como el consumo de psicofármacos, fundamentalmente de benzodiacepinas. Esto debe ser siempre tomado en cuenta por el
especialista examinador ante un senescente que, espontáneamente o por
preocupación de un familiar, solicite su valoración por dificultades para
concentrarse.
En los procesos demenciales la atención no le permite al paciente guardar
la información, por lo tanto, la atención comienza a deteriorarse junto con la
memoria reciente, y en la medida en que la enfermedad avanza, se vuelve mas
distraído y con mayor dificultad para mantener la atención en las actividades
que realiza. La capacidad para seleccionar los estímulos adecuados para la
realización de cada tarea, se va alterando progresivamente hasta el
ensimismamiento en etapas de deterioro avanzado.
En los adultos mayores sanos el ejercicio de la atención tendrá un
propósito preventivo, y bastará con pedirles que mantengan su atención de
manera voluntaria en las actividades que realizan, en su entorno, en señales
simultáneas, que practiquen la lectura, el cálculo, estudien, escuchen música o
realicen ejercicios físicos.
Cultive su atención
La
cultura de la atención, aunque marginada de la cultura de la memoria, se asocia
estrechamente con ésta, pues, el más frecuente desarrollo de la memoria es proporcional
al de la atención. Cultivando la atención, usted cultiva entonces al mismo
tiempo, la memoria.
Es
lo que Montaigne había, desde hace tiempo, remarcado ya al escribir: “La
atención es el buril de la memoria”.
Tipos de Atención y situaciones típicas
- Interna:
atender a las sensaciones físicas internas que apareen en el estado de
relajación.
- Externa: atender a las señales de circulación durante la
conducción.
- Voluntaria/activa:
prestar atención a la lección magistral del profesor.
- Involuntaria/pasiva:
orientarse hacia un sonido estrepitoso que proviene de fuera del aula
inmediatamente después de escucharlo.
- Abierta:
girar la cabeza hacia la fuente de ruido de la situación anterior.
- Encubierta:
tratar de escuchar la conversación del grupo que tenemos a nuestro lado
discretamente (orientamos nuestra atención, pero no resulta observable.
- Dividida:
realizar un trabajo en el ordenador, escuchando la radio y esperando a que
la secadora acabe su proceso.
- Selectiva/focalizada:
atender a una persona que habla en un ambiente ruidoso.
- Visual/espacial:
parte de la atención implicada al ver una película.
- Auditiva/temporal:
atención implicada en la escucha de la radio.
- Global:
grado de arousal/activación en el sujeto recién salido del coma.
- Sostenida:
el trabajo de un controlador aéreo es un buen ejemplo.
La
memoria
La memoria dice Jacques Barbizet,
nos permite retener nuestra lengua materna y otras lenguas que podamos haber
aprendido, mantener nuestros hábitos, nuestras habilidades motoras, nuestro
conocimiento del mundo y de nosotros mismos, de nuestros seres queridos y
odiados, y referirnos a ellos durante nuestra vida.
Tipos de memoria
Memoria sensorial
Esta memoria está relacionada con la
llegada de la información a un órgano receptor (el ojo), hasta que el cerebro
ha realizado su percepción. Su función operativa es de segundos, la entrada de la
información es muy rápida, la persistencia es muy breve, se diría que antes que
ocurra otra fijación ya ha desaparecido la anterior; y la evocación depende de
la velocidad en que el cerebro procesa la información.
Memoria a corto plazo
Se entiende por esta memoria el
recuerdo de información de forma inmediatamente posterior a su presentación o a
su recuperación ininterrumpida, por lo que también se la conoce como memoria inmediata. Esta forma de memoria
depende totalmente de la capacidad de atención, ya que hay que prestarle mucha
a lo que se quiere retener. La capacidad de esta forma de memoria es bastante
limitada, (normalmente, entre 6 y 8 elementos de información, que pueden ser
imágenes, palabras, cifras etc…)
Un ejemplo seria cuando la
utilizamos para memorizar los números premiados de la loto que nos acaban de
anunciar, hasta que podemos anotarlos en un papel.
Memoria a largo plazo
La memoria de largo plazo está constituida
por todos los conocimientos, experiencias y saberes que se almacenan a lo largo
de la vida y resulta fundamental al momento de comprender. Sólo se comprende
aquello que puede relacionarse coherentemente con lo que ya se conoce, es
decir, con aquello que se tiene en la memoria de largo plazo.
Una de sus características es su capacidad
infinita de almacenar información,
No obstante, si se quiere recoger nueva información en la
memoria a largo plazo, al realizar el proceso de la lectura, es necesario que
ésta pase por la memoria a corto plazo, pretender que esto suceda de otra
manera interferiría la comprensión lectora, la memoria a corto término “no es
la antesala a largo término, sino la parte que utilizamos de esta última para
entender a, y obtener sentido de, una situación común” (Smith, 1995). En otras
palabras, la memoria a largo plazo es la fuente de información permanente acerca
del mundo, fuente de conocimiento previo acerca del lenguaje y del mundo.
La memoria a largo plazo realiza un proceso
de adquisición y organización supeditado a lo que ya se conoce, lo que hace
posible la lectura y su comprensión.
Existe alguna
relación entre la memoria y la atención. Un determinado acontecimiento puede o
no ser analizado o procesado con más detalle, dependiendo de si se atiende a él
o no. En efecto, muchos de los denominados problemas de memoria son
consecuencia de no prestar atención.
Existen
distintos tipos o almacenes de memoria que han sido presentados por algunos
estudiosos: la sensorial, la de corto plazo y la de largo plazo. La primera se
relaciona con los órganos sensitivos hasta la llegada de la información al
cerebro, la segunda, es de capacidad limitada, propuesta para explicar la
cabida que tienen las personas para retener y repetir dígitos y sílabas sin
sentido. El tiempo durante el cual la información permanece en ella es de unos
pocos segundos. Mientras que la memoria de largo plazo es de capacidad y
retención indefinida.
¿Es siempre la
memoria la que nos falla?
Hay algunas formas frecuentes de “despistes”, que en realidad, no supone un
fallo de memoria. Son los lapsus cotidianos.
Algunos ejemplos:
·
Estamos quitando la mesa y sin darnos cuenta ponemos las
servilletas dentro de la nevera.
·
Algunas veces estamos yendo a una estancia de la casa con
la intención de hacer algo y, sin saber como, nos hemos puesto a hacer otra cosa distinta.
·
Cogemos el coche para ir a visitar a un amigo y, de
repente, nos damos cuenta que estamos yendo hacia la casa de nuestro/a hijo/a,
que para nosotros es una ruta mas familiar.
Ninguna de estas cosas representa un
problema de memoria; son despistes o distracciones y a todos nos puede suceder.
Por eso también les llamamos lapsus y presentan las siguientes características:
- Suelen producirse durante la realización de tareas
muy aprendidas y que, en gran medida, son automáticas.
- Suelen producirse cuando estamos preocupados o
distraídos.
- En algunos casos se ven implicadas intrusiones de otras acciones habituales que comparten algunas características con la acción pretendida.
Estos hábitos intrusivos son más
propensos a suceder cuando:
·
De alguna forma, pretendemos apartarnos de nuestra rutina; por
ejemplo, hemos decidido dejar de poner azúcar en el café pero, cuando nos damos
cuenta, ya lo hemos puesto.
·
La situación ha cambiado, exigiendo un cambio en nuestra
rutina habitual: por ejemplo, nuestra hermana se ha mudado, pero cuando
la vamos a visitar a veces nos dirigimos primero al lugar donde vivía antes.
·
La situación comparte rasgos con otra situación muy familiar: un ejemplo seria, vamos a subir al coche de un
amigo y tratamos de abrir la puerta con la llave de nuestro coche.
No podemos hablar de memoria sin hablar de olvido. Olvidar no es malo. De hecho, es necesario y beneficioso.
Imaginemos que recordáramos cada minuto y cada detalle de nuestra existencia.
No podríamos soportarlo, ni sería efectivo cuando quisiéramos recuperar solo
determinada información. Lo que si nos preocupa, sería olvidar cosas que si
consideramos importantes y que si son útiles para nuestro desarrollo cotidiano,
y es para estos casos para los que las
estrategias de memorización y recuerdo, así como las ayudas externas, pueden
sernos de gran utilidad.
El olvido benigno o lo que nos dificulta el recuerdo
- Falta de ejercitación mental.
- Falta de atención o desinterés.
- Déficits sensoriales.
- Problemas en la comprensión.
- Ansiedad o depresión.
- Alteas exigencias o inadecuadas atribuciones.
Algunos ejemplos de olvido benigno
- ¿Cómo se llamaba…?
- ¿A por que venia…?
- ¡Yo no fui, se me olvido…!
- ¿Dónde lo había dejado…?
- ¿Que era lo que tenia que comprar…?
- ¿Qué numero era…?
- ¿Tome ya la medicación…?
Podemos
incluir también:
- Perder objetos de uso cotidiano: las llaves, las
gafas.
- Acciones automáticas: apagar el gas o la luz, cerrar
la puerta…
- Guardar objetos y olvidar donde están: una prenda de
vestir, documentos.
- Nombres de personas muy conocidas.
Memoria y edad, ayudando a la memoria:
Muchas personas mayores tienden a asumir creencias erróneas, como que el
declive de la memoria con la edad es inevitable, irreversible y que, de hecho,
constituye una parte incontrolable del proceso de envejecimiento o, incluso,
una señal de alarma de demencia, llevando a una excesiva preocupación. Las
personas jóvenes también pueden tener problemas de memoria, pero suelen
atribuirlos a distracción, estrés u otros problemas externos.
Medidas
preventivas:
- Estimulación
cognitiva: general y específica.
- Control de la ansiedad que genera el olvido, para ello es importante aprender algunas
tecnicas de relajación.
- Fomentar estilos de vida saludables, (ejercicio
fisco, lectura, ejercicio para entrenar la memoria).
- Modificar estilos de vida perjudiciales,
(sedentarismo, tabaquismo
- Detectar y controlar factores de riesgo,
(hipertensión arterial, diabetes, depresión…etc.
- Buena calidad del poder de la atención.
- Motivación.
- Potenciar el significado de los sucesos y detalles
de nuestras experiencias personales puede ayudar a convertirlos en
memorias duraderas.
- Tranquilícese y céntrese en las cosas de una en una,
tratando de dirigir la atención a aquellas cosas que desea recordar.
- Hay que dormir bien, cuando dormimos mal, las
capacidades cognitivas son la primeras en verse repercutidas
- Organice sus tareas cotidianas: tenga los papeles importantes de gestiones a realizar, como pagos pendientes etc., en lugares visibles en lugar de tenerlos guardados en el cajón. Adquiera el hábito de escribir notas de recordatorio y trate de establecer rutinas en cosas que hace habitualmente como regar plantas y si añade otra pauta como hacerlo después de comer, lo recordará mejor.
Mejorar la memoria en personas mayores: variables a tener
en cuenta:
Ejercicios de memoria de la Caixa