A la hora de impartir formación en centros y ayuntamientos, nos encontramos con una población cuya predisposición a trabajar no es en todos la misma, bien sea por falta de motivación o bien por impedimentos de tipo físico o psíquico.
Se dice que los mayores son poco participativos, pero el error esta en que no participan porque muchas veces se les ofrecen demasiadas actividades, de las cuales una gran mayoría no les motiva.
Naturalmente cada grupo precisara una adecuación y adaptación de la metodología y técnicas a utilizar en función de sus características específicas e intereses particulares.
Creemos que a la hora de preparar un programa, proyecto o cualquier tipo de curso o taller, lo primero que se nos plantea es: primero, que las actividades llenen todas las esferas tantas de conocimiento como físicas y psíquicas y segundo, que motiven a nuestros alumnos.
Debemos valorar el ser mayor siempre como enriquecimiento y siempre abierto a muchas posibilidades, nunca como deterioro o problema social. Buscamos potencial más que manera de entretenerlos. Ellos así lo entienden y de hecho aportan “su sabiduría”.
Debemos alcanzar como uno de nuestros objetivos una gran desinhibición, (aunque es algo que ya va con ellos, como lo demuestran en los talleres), enseñarles a relacionarse, disfrutar con los demás y a saber vivir y así empezar a lograr que se motiven por la tarea que están haciendo.
Los educadores, pedagogos, terapeutas, psicólogos y demás profesionales que trabajan con personas mayores saben y reconocen de la importancia del sentido del humor:
Tanto de cara a la propia estabilidad emocional y cuidado personal al trabajar con una población vulnerable.
Como una búsqueda de estrategias de intervención socioemocionales. Creando talleres, elaborando materiales, diseñando dinámicas.
Debemos enseñar a las personas mayores estrategias y habilidades intra e interpersonales con la intención: de que aparte de conocer y reconocer emociones y vocabulario emocional, empatia, autoestima y habilidades sociocognocitivas como la toma de decisiones. Lograr como una prioridad mejorar su sentido del humor para supera frustraciones, superar el duelo, Salir y Comunicarse con los demás, superar momentos de apatía así como valorar aquellos momentos, situaciones y personas que nos hacen reír y divertirnos con el objetivo de establecer una buena comunicación consigo mismo y con las personas con las que se interrelaciona y con el entorno.
En nuestros cursos cobra un especial auge, el sentido del humor y la risa. Sobre esto partimos a la hora de plantear los objetivos.
Es también una experiencia social, nos ayuda a sentirnos mas relajados con los demás, fomenta la sensación de unidad y pertenencia al grupo, reduce los sentimientos de soledad o aislamiento.
Estar activo durante la vejez, es uno de los factores que mejor explica el bienestar subjetivo, porque además de ejercer un efecto directo sobre la satisfacción con la vida, el realizar actividades es positivo para la salud física, la salud mental, la percepción del envejecimiento y las relaciones sociales; variables todas ellas, fundamentales para mejorar el sentimiento de felicidad (Zamarrón y col, 2000).
Utilizar el humor como herramienta educativa, es una de las causas mas serias e inteligentes que se le ha ocurrido al ser humano. Si al comenzar un curso, un taller, sorprendemos, rompemos los esquemas, mantenemos la atención, de los alumnos, con un juego, una dinámica.. Estamos logrando, que el alumno, comience a mostrarse a descubrir un mundo fascinante que pondrá en movimiento todas las emociones y de ninguna manera lo dejara indiferente.
Podéis ver la formación que impartimos en:
http://formacioncalidadvida.blogspot.com/