A veces,
la vida se vuelve tan complicada que resulta difícil no perderse en
un torrente de sensaciones.
Recuerdos dolorosos que nos recuerdan al pasado, sensaciones que nos
llegan a través de los sentidos desde el presente, fantasías y
temores que proyectamos hacia el futuro...
El
frenético ritmo de vida actual, unido a las situaciones de crisis
que nos rodean y a la necesidad de rapidez e inmediatismo que nos
transmite nuestra conciencia propia de la cultura occidental, hace
que deambulemos por la vida sobre preocupados. Esto supone un
desgaste psicológico inmenso y puede acarrear numerosas alteraciones
del estado de ánimo.
Lo
que nos ocurre de verdad se mezcla con lo creado por nuestra propia
mente.
A
veces, este hecho hace que nos confundamos y lleguemos a un
estado de saturación del que resulta complicado salir.
Afortunadamente, hay formas de pensamiento provenientes de Asia que
pueden servir para vivir de acuerdo al principio de la simplicidad.
A
la mayoría de nosotros nos resulta
extraño
que haya una filosofía invitándonos a la no acción.
Vivimos en una sociedad que constantemente nos induce a todo lo
contrario. De hecho, vivimos saturados de actividades, sensaciones y
pensamientos. Y cuando estamos sin hacer nada, nos sentimos extraños.
Llegamos a pensar que esto es sencillamente una pérdida de tiempo.
El
Tao
Te Ching fue
escrito hace 25 siglos por el filósofo Lao Tse. Este
filósofo pensaba que la mejor manera
de
vivir era sincronizándose con el fluir de la naturaleza
y el cosmos.
Esta es la principal inspiración del Wu
wei:
dejar que las cosas tomen
su curso natural y adaptarnos a él.
Lao Tse
creía que el estado natural de las cosas debía incluir el modo en
el que las personas nos comportamos. De ese modo, el
comportamiento apropiado es el que imita el fluir simple y natural de
las cosas.
El Wu Wei es justamente esta idea: no alterar el transcurso natural
de las cosas saliéndonos del camino por el que, por defecto, fluyen
las cosas.
Así, al
contrario de lo que ocurre en las culturas occidentales, la
filosofía del taoísmo no resalta la importancia de la acción, sino
la necesidad de vivir de manera sencilla.
Mientras que desde la mentalidad occidental los cambios son vistos
como el fruto de luchas entre fuerzas de la naturaleza o de la
sociedad, desde el taoísmo se entiende que los procesos de cambio
son sencillos y naturales. Es decir, que no tiene sentido no
aceptarlos y tratar de impedir que ocurran.
Concepto
de Wu Wei: vivir sin prisa: el arte de saber esperar
El
Wu
wei
es un concepto del taoísmo
que se
traduce en ‘no acción’.
Se trata de un principio en el que se señala que la mejor manera de
enfrentar una situación, especialmente si es conflictiva, es no
actuar. Y más que no actuar, no forzar ninguna solución, sino dejar
que fluya, de este modo esa situación tendera a resolverse por sí
mismo.
El Wu
Wei implica no concentrar la atención en necesidad de actuar, sino
dejar que las cosas fluyan.
Implica también sentir más apego por la sencillez que por las
ambiciones y los deseos.
Para
la filosofía del Wu Wei no actuar no implica no hacer nada, sino
hacer las cosas sin sobreesfuerzos y mediante el crecimiento
personal. Dicho de otra manera, esta dinámica de pensamiento
oriental defiende el hacer las cosas de una manera sencilla y
natural, sin buscar el apremio o forzar las situaciones.
Pero,
además, proporciona un
estado mental que puede servir para meditar
y para alcanzar un estado de relajación, perdiendo de vista las
preocupaciones acerca de lo que nos imaginamos, lo que nos mantiene
en el pasado y lo que ni siquiera tiene por qué ocurrir.
Uno
de los ejes del Wu
wei
es el de aprender a esperar y mirar. Se parte de la idea de que la
energía se debe conservar
para aquellos momentos en los que sea inapelable la acción. Quien
observa y aguarda el momento propicio sabrá actuar con gran
sabiduría. También con enorme vitalidad, ya que no ha desperdiciado
esta en acciones intrascendentes.
Los
valores y virtudes en el Wu Wei desde la sencillez
El
Wu
wei
propone una vida sencilla porque
es la que más se traduce en paz y armonía.
Esa sencillez implica no apegarnos demasiado a las ambiciones y
deseos, ya que son las principales fuentes de intranquilidad y
sufrimiento, más que de realización.
La
sencillez también ayuda a que vivamos de una forma más serena.
Cuando
estamos enfocados a tener grandes logros
y satisfacciones, esto resulta imposible.
De lo que se trata entonces es de valorar lo que somos y lo que
tenemos, en lugar de lamentarnos por lo que no somos o no poseemos.
Si dejamos
que la filosofía del Wu Wei entre en nuestras vidas, podremos
abrazar
la sencillez de nuestra existencia manteniéndonos
al margen de dramas y preocupaciones que, aunque no nos demos cuenta
de ello, necesitan de nuestro permiso para inundar nuestra mente.
Así, las claves prácticas
con las que guiarse para vivir según este principio de la
simplicidad son las siguientes:
-
Dejar que la mente fluya en los momentos de calma, en vez de intentar dejar de pensar.
-
Aprender a apreciar el desarrollo de cambio natural de las cosas, que es aquél que se produce sin que nuestros objetivos y aspiraciones interfieran.
-
Aceptar que los problemas son creados de forma activa por nosotros.
-
No preocuparse por el modo en el que esos problemas son representados en nuestra mente, dejar que se disuelvan solos en el torrente de nuestro pensamiento.
En
definitiva, valorar
la simplicidad como estilo de vida por
encima de las apariencias, los deseos y las expectativas.
El Wu Wei y los excesos
El
Wu wei
también nos llama la atención sobre el hecho de que la principal
fuente de problemas son los excesos.
Contrario a lo que muchos piensan, no son las carencias, sino los
excesos los que nos llevan a sentir mayor malestar. De ahí que los
elementos prácticos que nos propone el Wu
wei
se concentren en cuatro puntos principalmente:
-
Aceptar el hecho de que los problemas son una creación de nosotros mismos. Los problemas no surgen de la nada, son creados por nuestras acciones y por nuestra mente.
-
No hacer esfuerzos mentales por resolver los problemas. No representarlos en la mente, ni crear soluciones para ellos. La idea es dejar que se diluyan solos y no alimentarlos.
-
Aprender a apreciar el flujo natural de las cosas. Esto es, adoptar una actitud de observación frente a los acontecimientos, sin pensar que debemos intervenir en ellos.
-
Dejar que la mente fluya. No intentar dar una dirección o un enfoque especifico. Simplemente permitir que siga su propio curso, especialmente cuando estamos en calma.
Actitudes sobre las que
podemos desarrollar el Wu Wei
-
Tranquilidad, consiste en evitar el desasosiego, la ansiedad y el nerviosismo por conseguir el resultado. Debemos incorporar tranquilidad a nuestro comportamiento y nuestra manera de pensar, sentir y actuar.
-
Ligereza, consiste en no cargar de contenidos densos el significado de los sucesos en los que unas veces queriendo y otras sin quererlo, somos protagonistas. Tanto si son felices como si son desgraciados. La ligereza consiste en no dar, ni a los logros, ni a los fracasos, mayor importancia de la que tienen. Por lo que dejémonos fluir.
-
Sencillez, lo contrario es lo complicado y cuando algo lo complicamos nos generamos problemas. Obtengamos las cosas de la manera más simple y con el menor coste posible (tiempo, medios, energía).
La no intervención
Si
nos fijamos en aquellas ocasiones en las que intentamos no pensar o
no hacer, observaremos que esto requiere de un gran esfuerzo por
nuestra parte. Es muy complicado querer no hacer nada, por lo tanto,
se gastan más energías que si nos dejamos llevar o fluir.
Este
es el motivo por el que un gran número de personas que se inician en
la meditación acaban por desistir. El
concepto occidental que tradicionalmente se ha tenido de la
meditación es el de
imponerse no pensar e intentar dejar la mente en blanco, pero esto es
imposible. Sin embargo, si tan sólo se dejaran llevar por la
inactividad o la “no acción” se concentrarían y relajarían más
rápidamente.
Pequeña
reflexión
Uno
de los principios más importantes del Wu Wei es aquel que
literalmente reza “no hay que dejar nada por hacer”, solo que la
idea es conseguir todas nuestras metas con el menor desgaste posible.
Para
ello, debemos de cambiar nuestra manera de afrontar las situaciones,
teniendo en cuenta dos aspectos básicos:
-
Debemos de aprender a confiar en los acontecimientos.
-
Debemos de aprovechar las circunstancias que se nos presentan.
Seguir
los principios del Wu Wei no implica renunciar nuestros sueños con
tal de no enfrentarnos a una serie de desafíos; sino de permanecer
alerta a aquellas oportunidades que se nos presentan y aprovecharlas
para conseguir nuestros objetivos con el menor esfuerzo o desgaste
posible.
La
idea del Wu Wei es conservar nuestra calma a pesar de los conflictos
o problemas que nos puedan aparecer por el camino, ya que antes o
después estos se solucionarán.
Hay
que dejar que las cosas discurran, "lo que muere deja sitio a lo
que brota, lo feo nos permite apreciar lo hermoso, lo brutal nos hace
valorar lo sutil"
Debemos
aprender a confiar, es decir mantener la confianza en el trascurso de
la vida y de los acontecimientos, así como en nuestra propia
capacidad para afrontarlos. Esta, y solo esta, es la única manera de
mantener la mente despejada y estar atentos a las oportunidades que
se nos aparecen.
Otra
idea es "Aprender a
fluir con el mínimo esfuerzo". Si hay que cambiar de dirección,
se da media vuelta y se hace, sin pensarlo más. Porque: "Si no
cambias de dirección, puedes terminar donde has comenzado".
Antes
que actuar sobre personas y circunstancias, que no podemos controlar,
el Wu Wei nos invita a hacer pacientemente los cambios necesarios
dentro de uno mismo.
BIBLIOGRAFIA:
HENRI
BOREL: Wu wei
LAO
TSE: el Tao Te Ching.