Me
había olvidado de cultivar
mis relaciones.
Creí que mis amigos seguirían contando siempre conmigo, o que
con mandarles de vez en cuando un mensaje ya sería suficiente,
Pero no es lo mismo.
¿Recuerdas la
cantidad de amigos que tenías de pequeño? Durante la adolescencia
las relaciones sociales ocupan el primer puesto en nuestra escala de
valores, pero al hacernos adultos cuestiones como la carrera laboral
o cuidar los hijos las relegan a un segundo plano.
Eso
es exactamente lo que me había pasado. Se me olvidó por completo
que lo que más
influye sobre nuestra felicidad son las relaciones sociales.
Por mucho dinero, trabajo o fama que tengas, si te sientes solo
seguirás siendo infeliz (Waldinger,
2002).
Y
las redes sociales, en las que yo me había refugiado, no
sirven. Miles de años de evolución nos han programado para las
relaciones cara a cara, no para interactuar mediante mensajes de
texto. Por eso las personas que dedican más de dos horas diarias a
las redes sociales tienen el
doble de posibilidades de sentirse solas (Primack
et al. 2017).
Desde
el campo de la salud mental, se han identificado cuatro estrategias
de intervención para personas en este tipo de situaciones: la
primera es mejorar las habilidades sociales (conjunto de
comportamientos que permiten interactuar y relacionarnos con los
demás de manera efectiva y satisfactoria), la segunda, mejorar el
apoyo social (que la persona sienta que es parte de un grupo que está
ahí para brindar ayuda, información, afecto o cubrir otras
necesidades), la tercera es aumentar las oportunidades para el
contacto social y la última, más desde el punto de vista
terapéutico, dar apoyo para que se tenga mayor conciencia de cómo
los seres humanos perciben las emociones propias y de los otros,
poder entender lo que piensan los demás en determinadas situaciones,
evaluar adecuadamente las interacciones personales y sobre todo cómo
realizar acciones sociales adecuadas en la vida diaria.
Vale
la pena resaltar que algunas experiencias humanas muy profundas
tienen poco que ver de manera directa con las relaciones con los
demás. Por eso la utilidad ya probada de la meditación y la
espiritualidad.
Necesitamos
un cambio en nuestra vida, (fuente "El país")
En
determinados momentos de nuestra vida, todo lo que nos llevó y
acompañó hasta un momento preciso, parece que pierde el
significado, y sentimos una necesidad apremiante de salir de donde
estamos para emprender nuevos rumbos, aunque no sepamos exactamente a
dónde nos van a llevar. Queremos experimentar novedad, hay un
impulso que nos lleva a querer cambiar de pareja, de lugar de
residencia, de trabajo, de profesión y de ambiente. Aquello por lo
que luchamos durante años, a lo que nos dedicamos con esmero, parece
desmoronarse. Nos invade una incertidumbre interior, un gran
interrogante, ¿quedarnos en este “lugar” en el que nuestra vida
parece irse apagando por inanición o soltar lastre y abrirse a lo
desconocido.
Ese
algo que empuja para salir de donde nos encontramos varía según la
situación, la persona, sus relaciones, su edad y su historia. Puede
ser la búsqueda de sentido, la insatisfacción, el sufrimiento, el
malestar y el aburrimiento o la falta de motivación. También pueden
ser preguntas como: ¿voy a seguir así hasta mis últimos días?;
¿es esto lo que quiero?; ¿qué sentido tiene lo que estoy haciendo
y cómo estoy viviendo mi vida? Tomar la decisión de cambiar implica
a menudo provocar rupturas, confusión y sufrimiento, y entrar en
crisis.
Sentirnos más felices
Algunas
de las cosas que Jung marca como causas de la felicidad.
Probablemente sea recomendable que esta búsqueda se haga de manera
tranquila sin tener que hipotecar nada a cambio.
1. Buena salud física y
mental.
2. Buenas relaciones personales y de
intimidad, tales como las de la pareja, la familia y las amistades.
3. La facultad para percibir la
belleza en el arte y en la naturaleza.
4. Razonables estándares de vida y
trabajo satisfactorio.
5. Una visión filosófica o
religiosa que permita lidiar de manera satisfactoria con las
vicisitudes de la vida.
Como
regla, nuestra propia definición de felicidad va a cambiar de etapa
a etapa de la mano de nuestra perspectiva. No hay trucos ni —como
estos estudios postulan— manuales. Pero sí se puede asegurar que
la felicidad va de la mano de la congruencia y que, en lugar de
perseguirla como quien persigue a un fantasma, podemos dejar que
florezca sabiendo que de alguna manera ya está ahí y siempre lo ha
estado.
Como
mejorar la autoestima
Es
necesario conocer cómo funcionamos, es decir, cuáles son nuestras
fortalezas y aspectos positivos y cuáles son nuestras limitaciones.
A partir de esta valoración, decidiremos qué aspectos deseamos
mejorar y cuáles reforzaremos. El plan de acción para cambiar
determinadas características debe ser realista y alcanzable en el
tiempo (por ejemplo, la edad que tenemos es inamovible, la altura es
otro factor poco variable a determinadas edades, etc.). Es decir,
tenemos características que tendremos que aceptar y con las que
convivir, intentando sacar partido y ver su aspecto positivo.
Consejos
prácticos para mejorar nuestra autoestima
El
hecho de querernos más y mejor está en nuestras manos, no en las de
los demás. Acéptate tal y como eres, en tus cualidades y defectos.
Todos tenemos defectos, nadie es perfecto ni pretende serlo.
Desarrolla el sentido del humor, no des tanta importancia a cosas que
no la tienen, ni a los posibles comentarios de los demás. Préstate
más atención, dedícate tiempo a hacer aquello que te haga feliz y
te satisfaga. No temas a las responsabilidades o a tomar decisiones,
si algo sale mal aprende de tus errores y ten coraje para volver a
intentarlo.
Usar
el cuerpo para cambiar las sensaciones
La
mayoría comprendemos que nuestras emociones influyen en nuestro
cuerpo; cuando nos sentimos tensos emocionalmente, nuestro cuerpo
también se tensa. Cuando nos sentimos felices, nuestra cara se
relaja, sonreímos y nuestra respiración es más fluida.
Pero
al revés también funciona. Tensar el cuerpo puede hacernos sentir
emocionalmente tensos, mientras que relajar el rostro, sonreír y
respirar con fluidez puede hacernos sentir más felices.
Investigaciones llevadas a cabo en la universidad de Harvard han
demostrado que adoptando una postura corporal intencionada durante
solo dos minutos puede afectar a la química corporal y a nuestros
sentimientos de confianza.
Por
lo tanto, si una baja autoestima es lo que refleja tu cuerpo, quizás
encorvándote, mirando al suelo o tensando los hombros, puedes
cultivar sentimientos más sanos de autoestima por medio de una
postura erguida y unos movimientos que reflejen poder. Funciona en
el acto.
Desarrollar
sabiduría
La
sabiduría es algo más que información adquirida. Lo importante es
dar una aplicación práctica a lo que has descubierto por medio de
la experiencia, utilizar tus conocimientos para aumentar tu bienestar
futuro. Ser sabio pasa por prestar atención a los demás, escuchar
lo que dicen y ofrecer buenos consejos si es necesario.
Para
lograr éxito y bienestar, tienes que aplicar nuevas situaciones lo
que has aprendido sobre ti y sobre otras personas.
Jonathan
Haidt, psicólogo, dice que puedes volverte más sabio haciendo lo
siguiente:
-
Leer a los grandes pensadores y obras clásicas de la literatura.
-
Pensar en la persona más sabia que conozcas y hacer lo posible por vivir y actuar como él o ella.
-
Buscar figuras históricas destacadas y ver lo que piensan sobre los problemas a los que se enfrentan.
-
Colaborar como voluntario en un hogar de ancianos y hablar con ellos sobre sus vidas y lo que han aprendido.
-
Suscríbete a periódicos que tengan ideologías políticas contrarias, para así ver y valorar las dos caras de la moneda.
Se
agradecido
El
mejor tipo de gratitud es el que se siente con el corazón, no en la
mente.
Cada
etapa de la vida aporta diferentes motivos para sentir gratitud. El
regalo consiste en captar lo que se tiene cuando se tiene.
Una
gran cantidad de trabajos recientes han sugerido que las personas que
son más agradecidas tienen un mayor nivel de bienestar subjetivo.
Las personas agradecidas son más felices, se sienten menos
deprimidas, menos estresadas y más satisfechas con sus vidas y sus
relaciones
sociales.
Las personas agradecidas también tienen mayores niveles de control
de sus circunstancias, crecimiento personal, propósito en la vida, y
aceptación de uno mismo. Las personas agradecidas tienen formas más
positivas de lidiar con las dificultades que experimentan en la vida,
siendo más propensos a buscar ayuda de otras personas, reinterpretar
y aprender de la experiencia, y dedicar más tiempo a la
planificación de cómo lidiar con el problema. Las personas
agradecidas también tienen menos estrategias negativas de afrontar
problemas, siendo menos probable que traten de eludir los problemas,
negar que existan, culparse a sí mismos, o hacer frente a ellos a
través del uso de sustancias. La gente agradecida duerme mejor, y
esto parece ser debido a que tienen menos pensamientos menos
negativos justo antes de irse a dormir.
-
Piensa en todas las personas que intervienen en tu día a día, desde el maquinista del tren hasta tus compañeros de trabajo, tu jefe o tus clientes.
-
¿Cuántas veces les das las gracias sintiéndolo de verdad?
-
¿Cuándo has ido más allá y les has dicho a tus compañeros de qué forma precisa y concreta están facilitándote el trabajo?.
Perseguir
nuestros objetivos
Tienes
que seguir aprendiendo que es lo que te gusta más, pero cuando lo
encuentres tendrás que dedicarle energía y compromiso.
A
todos se nos ofrece la oportunidad de dejar una marca única en el
mundo. ¿Cuál será la tuya?
Cada
uno de nosotros tiene algo valioso y único que ofrecer a los demás,
algo que aprender, cultivar y por lo que esforzarse. Además, aunque
podamos (y debamos) alcanzar nuestros sueños más elevados, solo
tenemos que empezar descomponiendo los objetivos en objetivos
parciales y metas diarias.
En
resumen, perseguir nuestros objetivos para el futuro merece la pena
si potencialmente son intrínsecos, armónicos, auténticos,
flexibles, viables, satisfacen necesidades y buscan estrechar lazos
con los demás. Aunque es posible que nuestra juventud haya
desaparecido hace mucho, los años venideros pueden ser una época de
tremenda maduración, pasión y aventura, y debemos decantarnos por
adoptar medidas que se anticipen al futuro. Ya queremos mejorar
nuestras relaciones, habilidades vitales o salud, ya deseamos ahorrar
dinero para viajar a Sudamérica o reírnos más, tenemos la
capacidad para enriquecer estas ambiciones con sentido y finalidad,
desviando nuestra atención y energías de los recuerdos optimistas
del pasado hacia las expectativas positivas y sostenibles del futuro.
Formas
de encontrar más sentido y satisfacción en la vida
-
Ver los infortunios bajo un prisma positivo.
-
Ver un valor positivo en las actividades cotidianas.
-
Perseguir y lograr metas realistas.
-
Sentirse querido y conectado con los demás.
-
Poder liberarse de las obligaciones cotidianas de vez en cuando.
-
Tener una sensación de logro y sentirse bien con uno mismo.
-
Tener esperanza y ser optimista.
-
Tener creencias espirituales o religiosas.
-
Creer que la vida tiene un sentido.
-
Adquirir conocimiento y sabiduría.
-
Ser respetado.
Hazle
una visita a tu corazón
El
amor es la llave que abre el camino de la felicidad. ¿Cuántas veces
discutimos o tratamos de cambiar a los otros por actuar desde la
cabeza en vez de hacerlo desde el corazón? Intenta bajar a tu
corazón y conectarte con tus verdaderos sentimientos, aprenderás
mucho de ellos. ¿Te has parado a pensar que la clave de las
relaciones con los demás pueden estar en la comprensión y no en la
persuasión? Solo en el corazón se encuentra el motor de nuestras
decisiones, es un motor expansivo, cuya energía nos impulsara hasta
el infinito si se lo permitimos.
Muchas
veces, las decepciones que sufrimos en la vida hacen que el miedo, y
no el amor, tome las riendas de nuestra existencia: creamos barreras,
para que los demás o incluso para que nosotros mismos no seamos
capaces de llegar a nuestro corazón. Sin embargo, estas barreras,
lejos de protegernos, nos separan más y más de una vida en
plenitud.
Buen
consejo:
tratar de descubrir la razón de nuestro miedo es un primer paso
fundamental para nuestro desarrollo, ya que el temor siempre hay una
lección importante que aprender. Una vez la hayamos aprendido, no
temeremos escuchar a nuestro corazón, que es nuestro gran maestro,
para vivir en consonancia con sus latidos y dejar la eterna lucha que
hemos emprendido con él.
Luis
Rojas Marcos, nos habla de la esperanza y la espiritualidad
La
esperanza:
Es
una fuerza que nos impulsa a vivir, y en nuestro ir y venir cotidiano
nos ayuda a mantenernos seguros y confiados. Casi todos nos casamos
con la ilusión de ser felices, seleccionamos una ocupación porque
creemos que nos gratificara y viajamos en avión de aquí para allá
porque tenemos fe en el piloto. Casi todos apostamos nuestras vidas
por la esperanza que albergamos en el destino humano.
La
espiritualidad:
Nos
permite sublimar nuestros impulsos o aplicarlos a causas altruistas y
creativas, contribuir abnegadamente a la sociedad, tener fe en
ideales y encontrar un propósito a nuestra existencia. Estos son,
precisamente, los componentes de la prescripción que recomienda
Simone de Beauvoir para superar muchos de los retos que nos plantea
la vida: “la solución es fijarnos metas que den significado a
nuestra existencia, esto es, dedicarnos a personas, grupos o causas.
Sumergirnos en el trabajo social, político, intelectual o artístico.
Desear pasiones lo suficientemente intensas que nos impidan cerrarnos
en nosotros mismos. Apreciar a los demás a través del amor, de la
amistad, de la compasión. Y vivir una vida de entrega y de
proyectos, de forma que podamos mantenernos activos en un camino con
significado, incluso cuando todas las ilusiones hayan desaparecido y
nuestro fervor por vivir se haya marchitado”.
En
definitiva, la espiritualidad nos ofrece lo que el poeta polaco del
siglo XIX Cyprian Norwid resumió de esta forma: “tener
algo de que vivir, tener algo por lo que vivir, y tener algo por lo
que morir”.
¿Qué
puedo conseguir con una buena actitud?
El
principal beneficio de tener una buena actitud es sacar lo mejor que
llevamos dentro.
La
actitud es una poderosa herramienta que surge como consecuencia de
identificarnos con lo que hacemos y con lo que somos.
No
es lo mismo tener puntualmente una buena actitud que tenerla de
manera habitual. Pera ello son fundamentales dos cosas: tener siempre
un objetivo en mente y pasar de "quiero hacerlo" a "lo
hago". Un ejemplo: no es lo mismo que me guste jugar a los bolos
y que diga que quiero ser un buen jugador, a que diseñe e inicie un
plan para mejorar mi técnica recibiendo clases, viendo videos de
campeones, yendo a campeonatos, practicando con gente que sabe más
que yo... es decir, la actitud requiere foco, esfuerzo y constancia,
pero de manera especial acción.
El
objetivo debería ser lograr la excelencia en aquello que nos
propongamos, ya que si nos planteamos ser los mejores en algo,
podemos frustrarnos, puesto que esa posibilidad no depende
exclusivamente de nosotros, sino también de lo que hagan los demás.
El
estar bien con uno mismo y vivir equilibradamente, con la conciencia
tranquila, es otro de los beneficios de tener una buena actitud.
Quien
tiene una buena actitud no presta la más mínima atención a éxito,
porque saben que este es una de las posibles consecuencias y nunca el
objetivo final.
El
bienestar subjetivo:
Se
dice que una persona tiene un alto bienestar subjetivo cuando evalúa
globalmente su vida de forma positiva, frecuentemente está contenta
y rara vez esta triste. Por el contrario, una persona que tiene bajo
bienestar subjetivo es aquella que está insatisfecha con la vida, se
divierte poco y, frecuentemente, experimenta emociones negativas como
ansiedad o depresión. Comúnmente de denomina (felicidad) al
bienestar subjetivo experimentado cuando se sienten muchas emociones
agradables y pocas desagradables, cuando se está comprometido en
actividades interesantes y cuando se está satisfecho con la propia
vida (Diener, 1999).
El
bienestar subjetivo está constituido por tres elementos
fundamentales:
-
satisfacción con la vida.
-
afecto positivo.
-
niveles bajos de afecto negativo.
Superar
sus limitaciones
La
fe puede mover montañas.
"La
mayor limitación que puede tener una persona Es la impuesta por su
propia mente."
El
entusiasmo y la perseverancia pueden superar todos los obstáculos.
Si usted realmente cree que puede lograr algo, será capaz de
lograrlo. No debe dejar de soñar. De hecho, debe soñar, pero de un
modo científico, aplicando el método que le estoy revelando
aquí. No hay nada más triste que una persona que ha dejado de
soñar. Cuando uno de sus sueños muere, también muere una parte de
usted.
"Soñar
-permitirse una visión de grandeza- es verdaderamente mágico."
Por
consiguiente, no se limite. Recuerde que los proyectos ambiciosos
requieren más tiempo. Y tampoco subestime los beneficios
positivos de las pequeñas victorias. Por el contrario, como dije
antes, cada victoria pequeña le otorga más confianza, lo cual a su
vez le confiere más entusiasmo y energía. Esto tiene un efecto
tangible sobre la gente que le rodea, y con su ayuda usted puede
avanzar hacia desafíos mayores Y victorias más impresionantes.
BIBLIOGRAFIA:
CONANGLA,
Mercé y SOLER, Jaume: Corazón
que siente, ojos que ven (2012).
ED. Planeta.
KAPLAN,Janice:
El diario de la gratitud.
(2017). ED. Zenith
ROJAS MARCOS, Luis, algunos
capítulos de sus obras
ROJAS,
Enrique: No te rindas
(2011). ED. Planeta.