La
persona optimista valora
lo que tiene, se centra en las posibilidades y recursos para mejorarlo.
Se anima a si misma hacia la superación de las dificultades, lo que estimula la
producción de neurotransmisores, consiguiendo con ello, al activar el cerebro,
mas lucidez cognitiva, mas esperanza, recursos y opciones.
Helen kéller
Existe una ley básica a la hora de tener una buena higiene mental y buenas relaciones personales. Ver el
lado bueno de cada uno te ayuda a quedarte con eso, es decir, a no dejar que
los defectos eclipsen el brillo personal de alguien. Siendo sinceros, este
aprendizaje no siempre es fácil, sin embargo, el simple hecho de tomar
conciencia de ello, nos aporta una luz distinta.
La vida no responde a un guión previo, ni a un esquema que te hayas marcado
previamente. Aprende a diferenciar entre aquello que depende única y
exclusivamente de ti y aquello que no está en tus manos cambiar y modificar. No depende de ti que otra persona
reaccione en la forma en la que a ti te gustaría. Por tanto, libérate de pesos
innecesarios y aprende a ver el lado bueno de ti mismo para poder ver también
esa luz en los demás.
Creo que lo primero que debes saber es que la
vida solo tiene valor cuando hacemos que valga la pena. Para ello, nunca te
duermas sin un sueño, ni te levantes sin un motivo. No te quedes estancado en
el pasado ni te agobies por el futuro. No corras, no hay prisa. Todo pasa y
todo llega. Es cierto que la vida no suele ser de color de rosa, pero puedes
intentar crear tu color particular. Atrévete a cambiar lo que es feo, a luchar
contra lo gris. Atrévete a ser original, a probar cosas nuevas, a equivocarte.
Mantén siempre el corazón abierto, la cabeza alta y el espíritu libre. Tendrás
tus virtudes y tus defectos, pero tienes que aceptarte tal como eres, y confiar
en ti, uno vale más de lo que se imagina.
Espero que vivas una vida de la que te sientas
orgulloso, y si no es así, espero que tengas la fortaleza para empezar de
nuevo. No dejes que termine el día sin haber crecido un poco. Y nunca, bajo
ningún concepto, abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
Se cuenta que el
discípulo de un venerable sabio estaba extrañado y sorprendido de que su
maestro estuviera siempre de tan buen humor, sonriente y feliz a pesar de las
dificultades por las que atravesaba. Tal era su intriga que, un día, el alumno
le preguntó:
–Maestro, ¿cómo es que siempre se te
ve tan contento y satisfecho?
–Amigo mío, no hay secreto alguno en esto –respondió el sabio. Cada día cuando me despierto, me hago esta pregunta: “¿Qué elijo hoy? ¿Alegría o tristeza?”. Y siempre escojo alegría.
–Amigo mío, no hay secreto alguno en esto –respondió el sabio. Cada día cuando me despierto, me hago esta pregunta: “¿Qué elijo hoy? ¿Alegría o tristeza?”. Y siempre escojo alegría.
¿Qué es la actitud positiva?
Todos podemos elegir como vivir nuestra vida, como sentirnos por las cosas
que día a día nos van sucediendo, la forma en que afrontemos los
acontecimientos puede hacer que estos se desarrollen de una u otra forma.
En definitiva la actitud que tengamos va a influir mucho en como esos
acontecimientos van a afectarnos.
Por ello es muy importante que caminemos por la vida con una buena actitud
positiva. Si decidimos mantener la actitud positiva insuflaremos a nuestra vida
más optimismo, enfrentaremos más fácilmente las preocupaciones y podremos
eliminar de nuestra vida los pensamientos negativos. O sea conseguiremos
cambios en nuestra vida muy positivos.
Beneficios que se pueden conseguir al desarrollar y
mantener una actitud positiva
Tener una buena actitud positiva nos puede ayudar a caminar por el sendero
de la felicidad y el éxito, a ver siempre el lado bueno de las cosas. Si
conseguimos vivir con esta energía positiva no solo nos beneficiaremos nosotros
también podemos influir en las personas de nuestro entorno, podemos
contagiarles esa forma positiva de ir por la vida.
Estos son algunos de los beneficios que una buena actitud
positiva nos puede ayudar a conseguir:
- Ser más felices.
- Realizar nuestras tareas cotidianas con más energía.
- Tener una gran fuerza interior.
- Nos puede ayudar a conseguir las metas que nos
propongamos.
- Ayudar a los demás a sentirse más motivados
- Sentir que la vida merece la pena de ser vivida.
- Conseguir el respeto de otras personas.
¿Qué cualidades
comparten las personas con una buena actitud positiva?
Las personas
que son capaces de mantener la actitud positiva tienen unas cualidades que las
diferencian de los demás:
Siempre ven lo mejor en las demás personas: ser
positivos nos ayuda a ver lo bueno que hay en otras personas, a tratarlas
positivamente. Al hacerlo se consigue recibir lo mismo de ellas hacia nosotros.
Saber ver las oportunidades: el
tener buena actitud positiva nos ayudará a ver oportunidades incluso dónde
otros creen que no existen. Ser positivos nos ayuda a desterrar el No de
nuestras vidas.
Creer en sí mismo: la actitud
positiva ante la vida nos ayuda a tener fe en nuestras posibilidades. Es mucho
más fácil alcanzar el éxito si creemos en nosotros mismos, hay que transmitir
una imagen positiva y segura.
Piensan en las soluciones: en muchas
ocasiones se nos presentan problemas que no sabemos cómo resolver, no vemos
ninguna salida. La persona positiva siempre piensa "un problema, una
solución" y consigue resolver la situación con mucha más facilidad.
Ser responsables de sus actos: las
personas con actitud positiva tienen muy claro que deben ser responsables de
todos sus actos y de sus pensamientos. Viven la vida con honestidad.
Son generosos: una actitud
positiva frente a la vida nos hace ser más generosos. A las personas positivas
les gusta compartir y siempre están dispuestas a ayudar.
Son persistentes: mantener la
actitud positiva hace que las personas sean más persistentes a la hora de
perseguir y alcanzar sus objetivos. Los desafíos les resultan estimulantes.
Existen pruebas de que
ser positivo es una conducta apropiada y constructiva con una probabilidad
mucho mayor de conducir al éxito y al bienestar de la persona, y de que
conviene cultivar determinadas formas de pensar y actuar con el fin de tener
una vida mejor.
La
psicología positiva es el estudio científico de las estrategias que mejoran la
vida. Se trata de crear experiencias positivas, rasgos positivos y formas de
organización positivas con el propósito de mejorar la calidad de vida de la
gente.
La
psicología positiva se centra en la parte buena de la existencia humana.
Tradicionalmente, muchas personas han dado por sentado que sentirse feliz o ser
positivo es tan solo el resultado de no estar pasando por un momento malo o
triste. La gente considera que la felicidad, la satisfacción y la alegría son
emociones más bien efímeras que aparecen cuando menos las esperamos y escapan a
nuestro control consciente. Otros creen pensar
en que conduce al bienestar es un acto de egoísmo. Otros opinan que si
eres feliz o optimista eres menos
inteligente pues no terminas de enterarte de las cosas, otros dicen que uno es
como es; o eres risueño o no lo eres, eres positivo o negativo según lo que te
ocurra sea bueno o malo.
La
psicología positiva se concentra en lo
que hace falta para tener una buena vida, que merezca la pena y se viva a tope.
Algunos aspectos:
- Tener
mas emociones positivas que negativas.
- Encontrar
satisfacción en la vida y en el
trabajo.
- Descubrir
las propias fortalezas y capacidades y utilizarlas activamente.
- Potenciar
las virtudes.
- Participar
en actividades.
- Fomentar
una vida familiar positiva.
- Disfrutar
en el trabajo.
- Contribuir
al bien de la sociedad y empezar en tu comunidad.
- Encontrar un sentido a la vida.
Las emociones positivas están relacionadas con el éxito en la resolución de problemas y la construcción de recursos. Además, las emociones positivas contribuyen al desarrollo de redes interpersonales más extensas, mejor salud y más éxito en general.
A la gente se le da muy bien calibrar lo felices que están en un momento concreto. Sin embargo, les cuesta más predecir que las hará felices, como será de intenso ese sentimiento y cuanto durara. Posiblemente esa sea la razón de que tantas personas se aferren a la creencia de que las posesiones materiales les proporcionen felicidad. Aunque la mayoría de los habitantes de los países occidentales tienen ahora un nivel de vida mucho mas alto que anteriormente, su grado de felicidad no ha aumentado en los últimos cincuenta años. Esto se conoce como paradoja de Easterbrook (y nos dice de cómo la vida mejora mientras la gente se siente peor). Easterbrook argumenta que las personas son negativas de por sí y por eso tienen que esforzarse para adoptar una actitud positiva y encontrar un sentido a la vida con el fin último de ser verdaderamente felices.
Sobre el placer
El
placer es uno de los caminos hacia la
felicidad. El placer es la sensación agradable que resulta de satisfacer
necesidades básicas como el hambre, la
sed, el deseo sexual y la comodidad física. Dedica un momento a pensar en
sensaciones muy placenteras y en lo feliz que te hacen. Imagina que estas
apunto de comer tu plato favorito. ¿Puedes verlo y olerlo? ¿Te imaginas a ti mismo
saboreando el bocado? Seguro que recuerdas esa sensación de placer. Por unos
instantes, te sientes incluso feliz. Ahora imagínate comiendo otros diez platos
de lo mismo. ¿Cómo te sientas? Probablemente te estremezcas solo de pensarlo.
El
placer no consiste en el exceso. Consiste más bien en disfrutar de todo lo que
hagas. Llevamos una existencia ajetreada, pasamos de una cosa a otra
precipitadamente y a menudo no nos tomamos el tiempo de saborear las
experiencias, disfrutarlas y extraer de ellas el máximo placer. Si piensas en
lo que más placer te ha proporcionado en
tu vida, quizá te sorprendas de los triviales o insignificantes que pueden
llegar a ser esos momentos: una sonrisa, un gracias, un pequeño halago. Con
esto no queremos dar a entender que las personas deberían llevar una existencia
espartana o puritana, sino que es importante percatarse de todos los pequeños
placeres que conducen a una felicidad duradera.
Regálate
tiempo
Saca
el máximo partido de tu tiempo, concéntrate en las cosas que te hacen sentir
bien y reduce o elimina aquello que te causa tristeza. Si alteras la rutina
seguro que te sentirás mejor.
¿Eres
de las personas que siempre estas dispuesta a escuchar y prestar atención a las
preocupaciones y miedos de los demás?, ¿te sientes mal ante el mero pensamiento
de cargar a los demás con tus problemas?.
No
entenderías que tus amigos pensaran que no pueden contar contigo y, sin
embargo, tú no les estas contando unos problemas que son muy importantes para
ti. No estas siendo honesto contigo mismo.
Necesitas
dedicarte más tiempo. Los “descansos para mi” aumentan tu productividad.
Regálate
un respiro, ya sea del trabajo o solo de tus pensamientos, tiene un efecto
relajante y reparador. Quedarte con la vista fija en el techo, preguntándote
por qué estas, no es una experiencia relajante. Sal con gente. Céntrate en
actividades que capten tu atención, que
te hagan sentirte mejor y que se te den bien.
Algunas ideas:
- Sonríe de forma habitual.
- Utiliza
el lenguaje de manera posita
- Disfruta
de un café en tu bar favorito.
- Queda
con amigos para comer y luego reserva mesa, para que no sientas la
tentación de cancelar la cita.
- Saborea
cada bocado de tu comida favorita.
- Escucha
música que te guste de camino al trabajo.
- Haz
ejercicio. Nada levanta el ánimo con más rapidez.
- Hazte
voluntario de alguna organización benéfica. Sentirte útil ayuda a subir la
autoestima.
- Repasa
tu diario de actividades. busca que acción has marcado con mas puntos
positivos, intenta recordar algunas de las cosas que mas te gustaban
hacer.
- Busca
formas de empezar a hacer algo que siempre hayas querido hacer.
La
atención plena
Del
libro “Psicología positiva para Dummies”
de Averil Leimon y Gladeana Mcmahon
La atención plena
significa descubrir el aquí y ahora, apartar los miles de pensamientos que te pasan por la cabeza para ser más efectivo y
eficiente en lo que sea que estas haciendo, y también para estar mas en paz
contigo mismo.
La
meditación ayuda a entrar en un estado de atención plena. De hecho, la atención
plena debe mucho a las filosofías orientales, en particular al budismo, del
cual toma las habilidades de meditación y aprendizaje para enseñar a la mente a
estar centrada y serena. Muchas de las destrezas y habilidades mencionadas en
los siguientes ejercicios pueden ponerse en práctica durante las tareas
cotidianas, lo que ayuda a prestar más atención a las cosas del día a día.
- Crear rituales. Si vas a trabajar en tren, en autobús o en coche, fíjate bien en los lugares por donde pasas. Intenta no pensar en las cosas que tengas que hacer durante el día y dirígete a ti mismo unas palabras positivas que te reafirmen. Por ejemplo: “voy a tener un buen día”.
- Toma conciencia de tu respiración.
- Camina con atención plena. Intenta ser consciente de cada paso que das. Siente la forma en que tu cuerpo se mueve.
- Escucha cuando te hablen. Resiste la tentación de pensar de antemano una
respuesta para lo que crees que esta persona ha dicho, en lugar de
responder a lo que te esta diciendo de verdad. Procura dedicar toda tu
atención a la persona que te esta hablando.
- Saborea todo lo que comas o bebas. Hay veces que te comes un bocadillo y no sabes ni de que era. Procura ser consciente de la textura de los alimentos, de si están calientes o fríos, de su sabor y de la sensación al tragarlos.
- Llévate al trabajo algo que
tenga significado para ti. Puede
ser una foto familiar, una planta que te guste o un recuerdo de unas
vacaciones. Colócalo en un lugar donde puedas verlo fácilmente y, varias
veces a lo largo del día, centra tu atención en el durante un minuto
mientras rememoras los hecho y sentimientos asociados al objeto.
- Guarda silencio durante cinco minutos a la hora de comer. Mira por la ventana o da un paseo tranquilo. Fíjate en lo que ocurre a tu alrededor. ¿Qué es lo que ves?
- Cunado llegues a casa, cámbiate de ropa lo antes posible. Quitarte la ropa del trabajo te ayuda a meterte en el siguiente papel del día. Si vives con más personas, salúdalas a todas. Si vives solo, disfruta de la paz y la tranquilidad de tu hogar.
- Escucha una canción que levante
el ánimo o te relaje. Presta toda tu atención a la música.
Escucha la letra como si fuera la primera vez. Deja que las armonías y las
melodías te envuelvan.
- Piensa en lo que has hecho. Al final del día, repasa tus
actividades y felicítate por todo lo que has conseguido. Si te ha faltado
algo, ponlo en una lista para el día siguiente.
Entrar
en estado de flujo
El concepto de flujo fue propuesto por el
psicólogo Mihály Csikzentmihálye en
1975. Una persona estas en estado de flujo (flow) cuando se encuentra
completamente absorbida por una actividad que le proporciona placer y disfrute
y durante la cual pierde la noción del tiempo, utiliza sus destrezas y habilidades
llevándolas hasta el límite y experimenta una intensa satisfacción e incluso
euforia. Cuando fluimos, las personas alcanzan lo mejor de ella mismas, y el
rendimiento se incrementa sin tener que hacer grandes esfuerzos.
El
estado de flujo se produce cuando:
- Afrontamos
desafíos que podemos asumir.
- Estamos
concentrados en la actividad.
- Hay
metas claras a conseguir y lo logramos.
- Tenemos
la impresión de superar el reto con relativa facilidad.
- Nos
despreocupamos de los riesgos que la actividad conlleva.
- Perdemos
la noción de nosotros mismos, se altera el sentido de la duración del
tiempo, sentimos euforia de triunfo…
El
verdadero sentido de la vida
Nos dice Jessamy Hibberd y Jo Usmar:
“Hallar sentido a la vida y
establecer unos objetivos realistas y alcanzables garantiza que te sientas mas
optimista, positivo y feliz.”
Hemos
buscado el sentido y llegar a una plenitud en la vida desde siempre. Desde un
nivel muy básico, el sentido ofrece una razón para vivir; es en lo que basas
tus valores y lo que te proporciona una dirección, una identidad personal y una
conciencia social. Puedes hallar el sentido a la vida a partir de la labor de
educar bien a tus hijos, inspirar a los demás, tener éxito profesional o
apoyara tu pareja. No existen límites ni
restricciones acerca de los motores que dan sentido a la vida. Pero ha de haber
un motor, porque de no ser así, te sentirías infeliz.
Y recuerda que tu interpretación
personal vendrá determinada por tu estado de ánimo, que, a su vez, vendrá
determinado por la plenitud, confianza y felicidad que sientas. Si tu vida
tiene un sentido y un objetivo, creo que tus
interpretaciones de los hechos serán positivas.
Asígnate objetivos que seas capaz de llevar a cabo y
que te aporten un sentido mas claro de dirección y esperanza, de logro y
plenitud.
Se
tratará de un listado sobre las cosas que harás día a día, pero a gran escala:
puedes planear objetivos a corto, medio y largo plazo. Empieza por pensar que
quieres hacer la próxima semana/mes/año y como quieres sentirte.
El objetivo tendría que ser:
- Especifico: ¿Cuál es tu objetivo exactamente?
¿Cómo cambiaría tu vida si lo consiguieras?
- Medible: tiene que ser una acción
cuantificable, de modo que sepas cuando la logras.
- Alcanzable: ha de ser algo que puedas
conseguir de manera realista.
- Relevante: ha de valer la pena. Si no
sientes emoción o alegría a la hora de completarlo, entonces no tiene
sentido. Tiene que ser un objetivo que signifique algo para tí, o si no,
demorarás el intento o no lo intentarás.
- A tiempo: establece un periodo de tiempo
en la consecución de cada objetivo. No digas simplemente: “ya haré algo
que me guste el mes que viene. Si el objetivo es a corto plazo, planea
completarlo al mes siguiente; para objetivos a medio plazo, en los
próximos seis meses, y para objetivos a largo plazo, entre uno y cinco
años.
Reflexión
para los que superamos los 50 años
Aunque sigue sin quedar claro cuando se produce la plenitud del bienestar,
porque las diferentes investigaciones arrojan resultados en cierto modo
distintos- tres estudios recientes demostraron que la plenitud de la experiencia
emocional positiva se produce a los sesenta y cuatro, sesenta y cinco, y
setenta y nueve años, respectivamente-, lo que si resulta medianamente claro es
que la juventud y la madurez incipiente no son las épocas mas alegres de la
vida, sino probablemente las mas negativas.
Laura Carstensen, que fundo el
centro sobre la longevidad de la universidad de Stanford, dice que cuando empezamos a reconocer que nuestros
años tienen un límite, cambiamos esencialmente nuestro punto de vista sobre la
vida. El horizonte temporal más breve
incita a centrarnos mas en el presente y a invertir nuestro tiempo
(relativamente limitado) y esfuerzos en las cosas de la vida que realmente
importan. Así, por ejemplo, cuando envejecemos, nuestras relaciones mas
valiosas se vuelven mucho más prioritarias que conocer a personas nuevas o
asumir riesgos; invertimos más en estas relaciones y desechamos aquellas que no
son muy alentadoras. Así las cosas, hay mas probabilidades de que nuestra
experiencia emocional este constituida por tranquilidad y serenidad que por
emoción y alegría. También llegamos a apreciar las cosas positivas de nuestra
vida y aprendemos a obtener más felicidad de ellas.
Se considera que en la segunda mitad
de la vida y en los años siguientes se fomenta la felicidad de otras diversas
maneras. Saber que nuestro tiempo en la tierra es limitado, junto con la
creciente madurez y las habilidades sociales que acompañaban a cada decenio nos
motiva para maximizar nuestro bienestar y controlar las emociones con más eficacia.
Por ejemplo, podríamos hacer lo posible para sentirnos mejor cuando estamos
deprimidos, angustiados o furiosos, y evitar pasar el tiempo con personas o en
situaciones que nos hicieron desdichados en el pasado. Conservar los
sentimientos de satisfacción, serenidad, alegría o intimidad, también puede que
se haga más fácil a medida que nos hacemos mayores, porque se ha descubierto
que las personas con mayor madurez muestran una tendencia al positivismo en la
atención y los recuerdos.
Una línea de investigación
fascinante ha documentado que cuanto mas viejos somos, mas probabilidades hay
de que seamos tratados con respeto y amabilidad: los demás se enfrentan a
nosotros y nos critican menos, nos consienten y perdonan más y se esfuerzan en
resolver tensiones y aplacar conflictos.
Reflexionemos: “es cierto mis años de fertilidad se han
cambiado, pero un nuevo capitulo da comienzo”. De ahora en adelante, daremos la bienvenida a la mediana edad y a la vejez con la mente preparada.
Quiero finalizar,
proponiéndoos algunas cosas que nos quiten de nuestra rutina diaria y que utilizo en mis cursos con adultos y
mayores como trabajos para realizar en vacaciones:
Vamos a hacer algo que nos quite de nuestra rutina
diaria:
(Los condicionamientos
sociales nos van presionando para ser razonables, serios y a veces bastante
aburridos.)
Ejercicios para trabajar
en vacaciones:
- Hacer
lo contrario de lo que se hace habitualmente, desde el itinerario para ir
al trabajo, unas palabras de elogio con quien solemos reñir o discutir,
tener un detalle con alguien que nos caiga especialmente bien, etc.
- Escribir
una carta o hincar una conversación con alguien o hacer algo que no te atreverías
o te daría mucho apuro en circunstancias “Normales”.
- Conocer,
por ejemplo, a cinco (u otro número), nuevas personas.
- Conocer
dos nuevos lugares de tu ciudad, donde nunca estuviste.
- Probar
alguna comida o bebida que nunca hayas tomado antes.
- Hacer
una broma simpática a alguien (solo si no es habitual en la persona).
- Dejar
caer en la calle dos monedas de un euro y observar las reacciones.
- Poner
una prenda a propósito al revés, o colocarse zapatos o calcetines de
diferente juego.
- Haz
una lista de diez cosas que te hagan sonreír.
Y recordar que somos personas
libres, que dependemos solo de nosotros y
debemos recordarnos nuestros derechos para ponerlos siempre que creamos
necesario en práctica.
- Algunas
veces, usted tiene derecho a ser el primero.
- Usted
tiene derecho a cometer errores.
- Usted
tiene derecho a ser el juez último de sus sentimientos y aceptarlos como
validos.
- Usted
tiene derecho a tener sus propias opiniones y convencimientos.
- Usted
tiene derecho a cambiar de idea o de línea de acción.
- Usted
tiene derecho a la crítica y a protestar por un trato injusto.
- Usted
tiene derecho a interrumpir para pedir una aclaración.
- Usted
tiene derecho a pedir ayuda o apoyo emocional.
- Usted
tiene derecho a sentir o expresar dolor.
- Usted
tiene derecho a ignorar los consejos de los demás.
- Usted
tiene derecho a recibir el reconocimiento formal por un trabajo bien
hecho.
- Usted
tiene derecho a decir “no”.
- Usted
tiene derecho a estar solo aún cuando los demás deseen su compañía.
- Usted
tiene derecho a no justificarse ante los demás.
- Usted
tiene derecho a no responsabilizarse de los problemas de los demás.
- Usted
tiene derecho a no anticiparse a las necesidades y deseos de los demás.
- Usted
tiene derecho a no estar pendiente de la buena voluntad de los demás.
- Usted tiene derecho a responder a no hacerlo.
Relacionado
con este articulo:
BIBLIOGRAFIA:
LEIMON
Averil y McMAHON Gladeana: Psicología
positiva para Dummies. (2014). ED. Para Dummies
HIBBERD.
Jessamy: Este libro te hará feliz. (2014).
ED. Roca Editorial.
LYUBOMIRSKY.
Sonja: los mitos de la felicidad. (2014).
ED. Urano.