Definimos
Plenitud
A través de la palabra plenitud es
posible que expresemos condiciones respecto de algo o de alguien, como ser: la totalidad y la
integridad.
Por lo expuesto es que asimismo la palabra que nos convoca en esta
reseña es muy usada en el lenguaje cotidiano para expresar el excelentísimo momento que está atravesando una persona, una
organización, un grupo, entre otros.
Muy comúnmente solemos escuchar hablar de la plenitud de la vida de alguien
cuando ese alguien, tras haber alcanzado una edad madura, ya logra hacer
efectivos varios planes y objetivos propuestos en su vida, tales como:
graduarse, desarrollarse profesionalmente, formar una familia, tener hijos,
entre otras y al mismo tiempo tiene resto, ganas y posibilidades de seguir
concretando aún más objetivos en su vida.
Por otro lado, plenitud implica la cualidad de
pleno, en tanto, llamamos a algo pleno cuando se encuentra completo y lleno, y por otra parte cuando
algo o alguien se encuentran en apogeo, es decir, se
hallan en su momento o punto más alto e intenso de rendimiento, de felicidad,
entre otras alternativas.
Básicamente, la plenitud implica disponer de equilibrio, calma, amor, decisión, e integridad,
valores que justamente son los que nos ayudarán a conseguir aquello propuesto,
a mantenerlos y también a ir por más si es la idea que se plantea.
La
plenitud no implica perfección ni mucho menos, sino que se trata de un
estado positivo que aún y a pesar de la
presencia de dificultades y hasta de debilidades puede superarse para alcanzar
un momento de total armonía.
La plenitud
existencial:
Refleja,
en esencia, las inmensas ganas de vivir que tiene el corazón humano marcado por
ese profundo instinto de supervivencia.
A lo largo del camino de la vida existen etapas de distinto tipo:
situaciones de decepción,
tristeza, dolor, alegría, esperanzas, nuevas ilusiones… Pues bien, una etapa de
plenitud existencial muestra la inmensa alegría interior que experimenta una
persona, la ilusión, la motivación, las ganas de vivir el presente y la
visualización positiva del futuro. La plenitud existencial también muestra la
infinita gratitud por la vida que siente una persona que vive cada día como un
regalo.
Cuando una persona vive una etapa de plenitud existencial siente que todo
fluye de un modo natural ya que la alegría es una fuerza interior muy bonita,
un imán que suma entusiasmo. El proceso de madurez personal establece un cambio
en las perspectivas personales que tiene el ser humano. Más allá de la edad en
la que se encuentre una persona puede tener este sentimiento de plenitud que le
lleva a sonreír a la vida.
Eugeni
Fizzotti, experto en logoterapia,
(la logoterapia es un método psicoterapéutico creado por el Dr. Viktor Frankl
orientado a descubrir el sentido de la vida para cada persona) y en uno de los
apartados nos dice ¿Cómo crece la persona hacia la plenitud, según la Logoterapia ?
Desde el punto de vista psicológico,
la plenitud existencial se alcanza a través de tres niveles, estrechamente
ligados entre sí:
- El primer nivel consiste en
percibirse y en reconocerse como ser único e irrepetible.
- El segundo nivel consiste en
advertir la transitoriedad del momento presente y, en consecuencia, no
dejar para mañana lo que es posible y obligado hacer hoy.
- El tercer nivel consiste en descubrir, a través de las decisiones cotidianas, el deber que cada uno de nosotros está llamado a llevar a cabo diariamente, ante los retos que la vida nos plantea continuamente. Una plenitud existencial, por lo tanto, conlleva la apertura hacia el exterior y la escucha atenta a las "preguntas" que la vida nos plantea y que precisan una respuesta personal.
Adaptación
satisfactoria a la vejez:
El modelo “SOC” de envejecimiento con
éxito (Baltes, 1990) explica como las personas se adaptan satisfactoriamente a
la vejez. Según este modelo, existen tres mecanismos adaptativos que son los
responsables de que el individuo envejezca satisfactoriamente:
1. selección:
elegimos
pareja, profesión, amigos actividades de ocio etc. Este mecanismo seguirá en la vejez, en esta etapa los individuos
elegirán aquellas actividades de acuerdo con sus facultades, salud y entorno.
2. compensación: si la persona sufre algún
déficit y ve disminuida su capacidad para realizar una actividad, debe
compensarlo. Unas gafas, bastón, escribir en un post it para recordar algo,
etc.… son formas de compensar los déficits.
3. optimización: tratar de mantener un nivel
máximo en nuestras actividades es un objetivo a lo largo de toda nuestra vida y
por supuesto también en la vejez. Hacer gimnasia, ir a conferencias, hacer
trabajos de voluntariado, ayudar a los demás. Son formas de mejorar como ser
humano.
El famoso pianista Rubinstein
en una entrevista televisiva en la que le preguntaron que hacia para vencer a
la edad y seguir siendo el concertista de piano número uno a los 90 años,
respondió de forma que ilustra perfectamente este modelo: su respuesta fue:
En
primer lugar de todo el repertorio musical he elegido las piezas que mas me
gustan y con las que me siento más cómodo. (Selección)
En
segundo lugar, practico todos los días las mismas horas, pero como ensayo menos
piezas, dedico más tiempo a cada una (optimización).
Por
ultimo, cuando tengo que interpretar movimientos que requieren de más velocidad
en mis dedos de la que puede conseguir, hago más lentos los movimientos previos
a los más rápidos para dar sensación de mayor velocidad en estos
(compensación).
Hilos de plata, años de
oro (Walter Dresel)
Introducción
¡Deja
de lado tu pasividad y emprende el camino sin retorno de vivir tu vida, que es
única y que no volverá a repetirse!
Crecerás
y saldrás fortalecido de esta prueba a la que nos sometemos la totalidad de los
seres humanos periódicamente, tu no puedes ni debes quedar fuera. Sabrás como
has vivido y comenzaras a saber como quieres que sean los tiempos que están por
venir. No es otra cosa que asumir el protagonismo de tu propia existencia, algo
que debiste hacer siempre.
Será
importante la experiencia que has acumulado en las distintas vivencias que te
han tenido como actor principal. Esa experiencia que hoy muchas personas no
reconocen y, es más, desprecian, es la que te dará la mesura y el equilibrio
necesario para la toma de decisiones que respeten tus valores esenciales.
Nadie
más que tú puede modelar tu futuro de acuerdo con tu buen saber y entender. No
es que estés solo en el mundo, pero como nadie puede saber mejor que tu lo que
necesitas para sentirte bien, debes hacer un trabajo individual para planificar
adecuadamente y paso a paso el tiempo que esta por llegar.
Hemos
partido de la base de que eres mente y cuerpo, y así como es fundamental el
cuidado de tu cuerpo fisco, también lo es el de tu cuerpo emocional, que se
vera comprometido en la medida en que tu no aprendas a poner limites para que
los demás no te invadan y para que tu tampoco tengas la necesidad de traspasar
los limites territoriales de los demás.
Pero,
a pesar de todo y aun con una realidad que a veces puede llegara vivir como
difícil y adversa, la vida vale la pena vivirla plenamente, con sus alegrías y
con sus tristezas, con sus éxitos y con sus fracasos, con sus lagrimas y con
sus sonrisas. La vida es el mejor regalo que te pueden haber hecho. Te es
entregada para que la administres sabiamente y para que puedas extraer de ella
lo mejor para ti.
La
perspectiva del tiempo
Es bueno que te detengas por unos minutos a evaluar si
las metas y los objetivos que en un determinado momento te fijaste siguen
siendo vigentes y actuales como para seguir luchando incansablemente por ellos.
Te
digo con el respeto por mis hilos de plata, que nunca abandones y que siempre
rescates la confianza en ti mismo, sabiendo que serás capaz de superar hasta
las circunstancias mas adversas.
Te
tienes a ti mismo, a lo mejor de tu persona como principal aliado para luchar
con dignidad por lo que crees justo y adecuado para tu vida. Nadie vendrá en tu
ayuda, confirmando una vez más que eres no solo el arquitecto, sino también el
constructor de tu destino y de tu futuro. Utilizar el “no puedo, o no soy
capaz”, no agrega nada a tu necesidad de crecimiento y desarrollo y solo
muestra una faceta muy negativa e tu persona, que es la baja tolerancia a la
frustración ante los primeros traspiés que sufres.
Pasión
y energía al servició de tus metas
Ten paciencia: todo llega, aunque a veces tarda algo
más de lo que deseas. Pero esa paciencia y esa tolerancia también son señales
de madurez y de haber observado tu existencia con una perspectiva diferente.
Creo firmemente en que la aceptación de la realidad es el primer paso hacia una
reingeniería personal, tendente a introducir modificaciones que mejoren tu
calidad de vida.
Lo
importante es que tú crees tu propia realidad, a pesar del entorno y a pesar de
las interferencias que tendrás para
llegar a tu destino.
Ser
propietario de tus ideas, generar proyectos, establecer plazos razonables para
la creación de tus sueños…, todos ellos son elementos que hablan de una
autonomía y de una independencia de sentimientos, pero fundamentalmente de
acción, tan necesaria en el mundo moderno para poder avanzar entre la maleza
que te rodea.
Aprender
a respetarte como individuo útil
Los
hilos de plata acompañan a los años de oro, a la experiencia que vamos
atesorando en cada una de las circunstancias que nos toca vivir, y que son las
que modelan nuestro modo de ser. Somos,
sin duda, la suma de todas aquellas experiencias que hemos ido acumulando a lo
largo de la vida, y esa practica constante nos habilita hoy a emitir juicios
acerca de cuales pueden ser los mejores caminos que recorrer.
Lo
principal es ser eficaz, o dicho de otero modo: debes encontrar la habilidad
necesaria para enfrentarse a los desafíos a los que no solo te expone la vida,
sino que tú has elegido también. Este ser inconstante, esta necesidad de buscar
atajos de modo permanente, tiene un único antídoto, que es la PLANIFICACION.
Veamos juntos por un momento lo que sucede cuando no
tienes una planificación adecuada. En la vida no se trata de abrir múltiples
puertas y no concretar nada tras traspasarlas, sino que en el mundo moderno tu
tienes que tener, por ejemplo, un Plan
A, donde se inscriben tus proyectos, tus metas y tus objetivos, y un Plan B, alternativo, en el supuesto
caso de que el primer plan fracase por alguna circunstancia.
Aprender
a administrar tu energía
El
compromiso es el precio que estas dispuesto a pagar para lograr aquello que has
decidido que quieres que te suceda en la vida.
Yo
te convoco para que a partir de hoy seas justo con tu propio desempeño, y te
felicites y te gratifiques por todo aquello que vayas consiguiendo por mas
pequeño que sea, o por mas banal que tu lo consideres, y analices también con equilibrio
y con equidad tus inevitables y necesarios fracasos en la búsqueda del éxito
personal.
Muchas
circunstancias se interponen en los caminos de la vida de todos nosotros, pero
lo importante es poder ver el bosque en toda su dimensión, y no solamente el
árbol que impide tu visión de cerca.
- Afrontar la realidad. Acepte el hecho de que la realidad tiene
aspectos malos. Luego, cámbielos, si es que puede cambiarlos. Si no puede
hacer mucho acerca de algunos aspectos de la realidad, viva con ellos y
haga lo que pueda.
- Actúe.
Forje
activamente su vida, y
normalmente obtendrá más de lo que quiere y menos de lo que no quiere. La
pasividad no funciona.
- Recréese
a si mismo. Usted se crea a si mismo, (sus
creencias, sus acciones y sus sentimientos). Usted puede cambiar sus
creencias acerca de las circunstancias vitales, incluido el hecho de
envejecer.
- Acepte
la responsabilidad.
La vida le entrega a usted una mano de cartas, pero es usted quien juega
esa mano. Es su responsabilidad, y lo mejor que puede hacer es aceptarla.
Si usted acepta la responsabilidad de sus pensamientos, sentimientos y
acciones, 8inclusive de sus perturbaciones emocionales, se ahorrara mucho
tiempo y energía, no culpando a la defensiva a los demás ni a las
circunstancias sociales.
- Hágalo
ahora. Si
usted pretende cambiar, no existe otro momento salvo el presente.
- Usted
no puede cambiar el pasado.
Su infancia es irrelevante para tratar sus problemas actuales. El pasado,
pasado esta. Sin embargo, sus creencias presentes sobre el pasado pueden
afectarle realmente. Pero, afortunadamente, si le afectan de un modo
inadecuado, siempre podrá cambiarlas.
- Actúe
como un científico. Obtendrá mejores resultados de
sus esfuerzos si intenta pensar de un modo mas objetivo y científico
acerca de si mismo, de los demás y del mundo.
- Trabajo,
trabajo, trabajo y práctica, práctica, práctica.
Lleva trabajo
y práctica cambiar el modo de pensar, de sentir y de actuar. Este es el más
importante “discernimiento interno” que nunca tendrá.
- Oblíguese.
Cambiar resulta incomodo. Pero,
normalmente, es mejor obligarse, aunque sea incomodo, que esperar a
sentirse cómodo sin hacer lo que sabe que, probablemente, será mejor que
hiciera. La alta toleráncia a la frustración es básica para vivir con
plenitud.
- Haga
y sienta.
A despecho de como exprese sus creencias racionales, si no actúa en
consecuencia, y si no las siente de forma intensa y coherente, seguirán
sin convencerle.
- Nada
se consigue sin dolor. No hay ningún modo fácil de
resolver los problemas emocionales y de abordar los problemas prácticos de
forma eficaz. Sin dolor no se consigue nada.
- Acéptese
y perdónese incondicionalmente. Usted
puede optar por aceptarse incondicionalmente a si mismo. Puede negarse a
medir su valor intrínseco e función de sus logros o de su popularidad.
Evite por completo evaluarse a si mismo en su integridad, en su ser; y no
se ponga etiquetas. Disfrute de la vida, en vez de intentar demostrarse algo
a si mismo.
- Viva
para el presente y para el futuro. Intente equilibrar estas dos antiguas ideas: vive
como si fuera el último día de tu vida; vive hoya como si fueras a vivir
para siempre.
- Comprométase. La mayoría de las personas
tienden a estar más sanas y a ser más felices cuando se absorben
vitalmente en algo externo a ellas mismas, y preferiblemente cuando tienen
al menos un interés creativo potente, así como alguna implicación humana
importante.
- Asuma
riesgos. Las personas emocionalmente
sanas tienden a asumir un buen número de riesgos, e intentan hacer lo que
desean hacer, aun cuando existan evidentes posibilidades de que les salga
mal. Suelen ser osados, pero no temerários.
- Interésese
en si mismo y en los demás. Para
mantenerse emocionalmente sano, no solo conviene interesarse en el propio
bienestar, sino también en el de los demás. Las personas emocionalmente sanas
y sensatas tienden a poner sus propios intereses un poco por encima de los
intereses de los demás. Si usted no se comporta con cierta ética, si no
protege los derechos de los demás y no fomenta la supervivencia social, es
poco probable que genere el tipo de mundo en el que le gustaría vivir, un
mundo en el que se sienta cómodo y feliz.
- Sea
flexible. Las personas saludables y
maduras suelen ser flexibles en su manera de pensar, abiertas al cambio,
tolerantes con los demás. No hacen reglas rígidas, ni para si mismas ni
para los demás.
- Utilícelo
o piérdalo.
Utilice su mente, su cuerpo, sus talentos y su potencial humano, o de lo
contrario perderá la oportunidad de vivir con plenitud, y de envejecer con
plenitud.
- Acepte
la incertidumbre. Las personas sanas tienden a
reconocer y aceptar la idea de que vivimos en un mundo de probabilidades y
de posibilidades donde las certezas absolutas no existen. Y son
conscientes de que vivir en un mundo así suele ser fascinante y excitante,
pero no terrible. Disfrutan de un alto grado de orden, pero no exigen
saber exactamente que les depara el futuro y que les sucederá.
- No
espere el cielo en la tierra.
¿Por qué no? Porque sus expectativas se verán frustradas. No obstante,
esfuércese por vivir y por envejecer con plenitud. El resto del viaje es
cosa suya. ¡Que tenga un buen viaje!
foto: Sandra Blanca
Marie
de Hennezel en su libro la suerte de envejecer bien, nos dice:
Cambiar
nuestra mirada
Mientras
nuestro parecer este pusilánimemente ligado a los criterios estéticos de la juventud, mientras no pongamos
en marcha una revolución narcisista que nos descubra la extraordinaria libertad
que hay en no tener que preocuparse más de nuestra imagen, de la mirada de los
demás sobre nosotros, envejeceremos con pánico, con la sensación de no ser
amados, de infundir en los demás asco y miedo.
Me
parece mucho más inteligente y beneficioso ejercitar nuestra mirada para ver
con los ojos del corazón. Tal vez entonces el rostro de la vejez nos parecerá
natural y, por qué no, envidiable.
Sin
ninguna duda es preciso hacer el duelo por la pérdida de nuestros cuerpos,
objetivamente hermosos. Se estropearan. ¡Seguro! A pesar de los avances de la
cirugía estética, la cosmética, la higiene. Aunque hagamos deporte y vigilemos
nuestra alimentación. No podremos evitar este duelo.
Cuando aceptamos perder
algo, llega otra cosa. Es la dinámica del duelo. No es un consuelo, es la
realidad.
Tenemos que hacer el
duelo de la tersura de nuestra piel, aceptar nuestras arrugas, pero otra
belleza se torna accesible, la de la frescura emocional. Podemos resplandecer
de alegría.
Mostrar la vejez es mostrar a personas ancianas
llenas de experiencias y emociones, es experimentar el placer de estar vivos.
Hay una enorme profundidad de vida en sus rostros. Podemos leer en él su vida
afectiva, su soledad, su cansancio, pero también su serenidad, sus
impulsos, sus deseos. Porque los deseos
continúan ahí. Simplemente se han transformado. La ternura a sustituido a la
seducción.
Se trata de encontrar el
equilibrio entre una soledad asumida y
una vida afectiva rica. La independencia afectiva no es fácil de asumir cuando
nos sentimos solos. ¡Cuántos ancianos transmiten a los más jóvenes una expectativa
a la que ellos no pueden atender, porque tienen su propia vida! Lo mejor es no
esperar demasiado de los demás, y estar simplemente disponibles. Ser amable, he
aquí la clave, afirma Jean-Louis Sevan-Schreiber. “Nos corresponde hacer las
cosas de manera que resulte un placer escucharnos, visitarnos, ponerse en
contacto con nosotros. ¡Seamos afables! ¡Estemos disponibles!
“algunos ancianos saben
dosificar muy bien esta alquimia –escribe también-. Esto reside en una mirada,
una sonrisa, una voz amable en el teléfono. Tienen instinto para resultar
agradables. No se quejan nunca, no esperan nada, tienen sus propias relaciones,
cuidan su aspecto físico. Ya no se trata de intentar seducir, lo cual no es
adecuado, sino de continuar siendo atractivo, de cultivar su encanto.”
El encanto ya no
proviene de la suavidad de la piel o de una fuerte musculatura, sino del alma,
como lo hemos constatado con la actriz
Tsilla Chelton. El encanto viene de la capacidad de interesarse por los demás,
por el mundo, de mantener una mirada de confianza, de admiración y de gratitud
por la vida. “es necesario salir de nuestro egocentrismo para entrar en la
órbita del otro”, afirma Robert Misrahi.
La mayoría de viejos no
quieren formar parte de esos hombres y mujeres que se dejan ayudar y llevar,
sin dar nada de sí mismos a cambio. Sueñan con ser ancianos felices de haber
sacado adelante esta aventura que es la vida, felices de terminar sus días
apaciblemente, y de observar el mundo con esta mirada de bondad que se adquiere
cuando ya no se tiene nada que perder, que probar, que defender.
Esta felicidad de
envejecer se conquista. Nadie puede hacerlo en nuestro lugar. Se trata de un
verdadero trabajo. Debemos hacer duelos, replantearnos cosas. Hace falta ser
valiente, tener corazón, en el sentido que le ha dado a este término el
principio del libro, es decir, tener dinamismo, voluntad. Luego, ya estaremos
dispuestos a asumir nuevos conocimientos.
Porque lo que ahora se
vislumbra cada vez mas es la idea de que envejecer se aprende. No me extrañaría
que en los próximos años se desarrollen métodos o seminarios para ayudar a los
mayores a envejecer bien psicológica y espiritualmente.
El filosofo Robert
Misrahi, cree que sería preciso educar a
los ancianos, lo cual explica hasta que punto cree en la capacidad de aprender
hasta el final de la vida.
El
corazón no envejece
“¡Es
terrible ser viejo a los ojos de los demás cuando se tiene el sentimiento de
tener siempre dieciocho años!” su corazón, decía, se mantiene joven. Tenía las
emociones de un hombre joven, los mismos arrebatos. Eso era lo que yo percibía en sus ojos que, aunque todo su
cuerpo se hubiera marchitado, ellos se mantenían vivaces. Ojos llenos de
picardía, de alegría, vida y admiración.
Escrito de un hombre de 80 años:
“Por supuesto hay cosas que no puedo
hacer, pero hay otras que puedo y que hace tiempo no podía. Todo tiene un
final, mi vida como las demás. Tal vez mañana, o a la vuelta del camino. Por
ahora creo que tengo todo el tiempo del mundo, para amar, para bendecir a
cuantos me hicieron feliz, amor de un instante o amor interminable, los
conservo en lo más recóndito de mi corazón calmado. Siempre me hablan del arte
de amar” y termina así “¡tengo suerte!”
La
fertilidad del tiempo
Cuando
dos personas mayores se encuentran, no deberían hablar tan solo de su maldita
gota, de sus miembros que se agarrotan y de sus sofocos cuando suben peldaños.
No deberían contarse únicamente sus dolores y sus contrariedades, sino también
los acontecimientos y las experiencias
que les han hecho felices.
Todos
los que peinamos canas sacamos paciencia, fuerza y alegría de fuentes que
ignora la juventud. Mirar, observar, contemplar llega a volverse
progresivamente un habito, un ejercicio, y sin darnos cuenta, nuestro espíritu,
la actitud que esto comporta, influye en nuestra conducta.
Imaginemos
que ya hemos hecho el duelo por nuestra juventud perdida, que estamos en paz
con nuestro pasado, que depositamos nuestra confianza en “la fertilidad del
tiempo”, y que asumimos una forma de soledad. Nuestro corazón permanece joven y
podemos descubrir otra manera de amar. Todo este trayecto nos conduce a una
forma de realización. Nos sentimos aliviados, tenemos el deseo de trascender.
Un
ejemplo es el de una isleña de setenta y seis años que cultiva una sabiduría
muy sencilla, liviana y alegre. Esta en paz con su vida y se mantiene activa.
Camina, ama y no tiene miedo a la muerte. Como todas las personas que han
aceptado envejecer pero que son jóvenes de espíritu, no tiene más que un deseo,
el de liberarse, ver el mundo con otros ojos.
PICASSO
“PLENITUD”
Tiene las manos nudosas, la artrosis
no perdona, pero todavía son ágiles y fuertes. Viste un viejo bañador y una
camiseta con rayas horizontales, todavía en buen uso, se le ha visto así en
muchas fotos, desenfadado y solo preocupado por su arte. Camina ya un poco
torpe, nervioso a lo largo del estudio, mirando a la calle y a la pared, a
otros bocetos y cuadros, a rostros y paisajes en su memoria que nadie más que
el puede ver, a formas y colores que los demás mortales no conseguimos ni
imaginar.
Tiene más de noventa años, pero sus
ojos profundos y vivaces tienen la mirada de un niño que contempla el mundo con
interés, como si fuera la primera vez que lo esta viendo. Se agacha y se acuclilla
como si fuera el indio más viejo del mundo, observa el cuadro desde otra
perspectiva y luego humedece el pincel en la paleta. Se incorpora y aquí se le
notan los años, la espalda tiene la rigidez del árbol veterano, ya nunca más
aquella flexibilidad del joven árbol.
Pero en estos momentos no le molesta
la Artrosis ,
ni la vista cansada, ni cualquier dolor que pudiera tener y que de hecho tiene.
Contempla, arrobado, un paisaje y un rostro, nadie más que el podrá verlos. No
están en su imaginación, ni tampoco en el mundo cotidiano, sino en los dos
sitios (y también en ninguno) a la vez.
Su mano mueve el pincel sobre el
lienzo, al principio lentamente, como con precaución, pero luego con mayor
rapidez. Ahora esta creando, es feliz. Sus años, los achaques, no tienen la
menor importancia. En realidad no es felicidad exactamente lo que siente en
esos momentos, tampoco es alegría, aunque se le parece más. Son sentimientos de
otro tipo, no sabría explicarlo mejor, su mundo es de imágenes más que de
palabras. Aunque siempre se ha definido como ateo, es algo que le recuerda a
Dios en el principio de la creación. Es plenitud.
Y sabe que nació para ello, para hacer lo que hace, lo que
siempre ha hecho, la fama y el dinero siempre han sido secundarios. No podría
tener, ni habría deseado, otra misión en la vida. También sabe que solo la
muerte detendrá su obra, algo que el paso de los años posteriores no
conseguiría.
Al día siguiente morirá, no lo sabe
pero, de saberlo, seguiría pintando como esta pintando en estos momentos de su
ultima noche.
Plenitud.
BIBLIOGRAFIA:
DE
HENNEZEL, Marie. (2009): la suerte de Envejecer bien. ED. Orión
Ediciones.
ELLIS
Albert y VELTEN Emmett: Envejecer con
plenitud, 20 reglas para vivir y envejecer con alegría. (2007). ED. Obelisco
DRESEL.
Walter: Hilos de plata, años de oro. (2011).
ED. Zenith/Planeta