La importancia del pensamiento Japonés
Debemos tener la sabiduría
suficiente para esperar el momento adecuado, así como para dejar ir aquello que
no nos hace bien, y no olvidarnos de que la felicidad está en las pequeñas
cosas
Tal vez sea porque su cultura, su
filosofía y las raíces de su espiritualidad tengan poco de artificio y mucho de
la figura de ese individuo que sabe vivir en armonía con la naturaleza y sus
semejantes.
A su vez, la cultura nipona nos
admira porque entiende también sobre cómo sobreponerse a las dificultades,
sobre cómo asumir un sentido de felicidad basado en lo más simple,
en lo elemental y en esa armonía ente la mente y la naturaleza.
Los japoneses enfatizan también ese
sentido de convivencia que tanto nos admira, ahí donde existe un gran respeto
hacia las generaciones mayores, donde la humildad de espíritu favorece la
reciprocidad, la convivencia más sana, más pulcra y siempre llena de armonía en
gran parte de las familias.
Estamos seguros de que estas
enseñanzas basadas en su sabiduría más ancestral pueden serte de gran ayuda e
incluso de adecuada inspiración en tu día a día.
Te
invitamos a descubrirlos, te proponemos adoptar alguno de estos sabios consejos:
Haz todo lo que te sea posible y deja
el resto al destino
“Haz
todo lo que te sea posible y deja el resto al destino” puede parecernos un
consejo algo enigmático pero, en realidad, encierra un gran propósito y una
interesante verdad.
·
Las personas no
tenemos un control absoluto sobre todo lo que nos ocurre ni
sobre lo que nos pueda pasar.
Sin
embargo, tenemos la obligación de orientar nuestra vida ahí donde nos marquen
nuestros propios propósitos, anhelos y objetivos.
·
Dentro de esa porción que le pertenece
al destino donde se inscribe lo inesperado, se extiende también un área que nos
pertenece a nosotros.
Podemos
ser dueños de una buena parte de nuestro porvenir y
es obligación nuestra forjarlo de acuerdo a nuestras esencias.
Una
palabra amable puede dar calor a 3 meses de invierno
Hablar de forma amable no cuesta
nada y sirve de mucho. Sin embargo, no siempre lo hacemos. No siempre tenemos
tiempo o ponemos la voluntad suficiente para generar ese bienestar en las
personas que nos rodean.
Hagámoslo,
hagamos uso de ese lenguaje positivo que da alas y que reafirma, que
consuela y sana autoestimas.
Si un problema tiene solución, deja de
preocuparte
Si un problema
tiene solución no vale la pena preocuparnos, y si no la tiene, aún menos.
La
aceptación es, sin duda, uno de los pilares más tradicionales en la sabiduría
japonesa. Ahí donde esa claridad mental se acompaña también por adecuados
enfoques emocionales.
Son esos que nos ayudan a comprender
que si algo no tiene solución, lo único que cabe ya es pasar página
y focalizar nuestros pensamientos y energías en otra cosa.
Descubre
también cómo nuestra
personalidad puede cambiar con el tiempo
No
detengas lo que se está yendo, no ahuyentes lo que está llegando
En ocasiones, las personas nos
obsesionamos con cambiar el orden de las cosas, con no ser receptivos
con lo que nos envuelve o con intentar retener lo que ya de por sí no
se sostiene (relaciones, proyectos…).
·
Hay cosas que deben irse porque es ley
de vida, porque esa amistad o ese amor ya no tiene sentido y porque
es necesario dejar ir a lo que ya no nos enriquece como personas.
·
Otras veces, debemos ser capaces de
intuir que las cosas están cambiando y que hay algunas nuevas que van a llegar
y a las que debemos adaptarnos.
Busca
respuestas a tus preguntas antes de que sea demasiado tarde
Los
nipones son siempre muy prudentes a la hora de tomar la iniciativa.
Ello
se debe a un hecho muy claro a la vez que inteligente: entienden que cada
cosa tiene su momento y que lo ideal es saber cuándo es el instante más
oportuno para hacer o decir algo.
¿Qué
queremos decir con esto? Básicamente que es recomendable no
dejar pasar las oportunidades pero, a su vez, también debemos evitar
precipitarnos, y no actuar antes de tiempo.
Recuerda también que
hay épocas para hacernos preguntas y épocas para hallar las respuestas. Momentos
en que hay que quedarse quieto y observar y otros instantes en que es
necesario actuar.
La
fortuna llega siempre a la casa donde haya risas
La fortuna es algo más que la
suerte. Es la capacidad de ser receptivos para dejar entrar las oportunidades,
los nuevos planes, las mejores ideas y esos regalos que el destino nos trae o que nosotros mismos con
nuestro esfuerzo y dedicación conseguimos.
Hay que ser positivos. Es necesario
afrontar la vida con esa armonía que nos ofrecen las relaciones más positivas,
la complicidad de la familia, los buenos amigos y esa felicidad de corazón
donde nuestra mente sabe y entiende que todo es posible.
Para concluir, estamos seguros de
que estas sencillas propuestas vitales te habrán hecho reflexionar.
La sabiduría japonesa tiene esa
finalidad. No busca cambiarnos, sino hacernos pensar sobre nuestra propia
realidad para construirla a nuestra manera mediante la bondad y la humildad.
¿Te
animas a ponerla en práctica?
1. UKIYO:
el mundo flotante, se refiere al estilo de vida que consiste en vivir el
momento alejado de las preocupaciones de la vida.
2. WASUREMONO:
literalmente quiere decir objeto que has dejado atrás, y se refiere a un objeto
que te has olvidado o has abandonado involuntariamente.
3. KOI NO YOKAN:
es la sensación que se tiene cuando, dos personas se conocen, ambos saben que
van a enamorarse irremediablemente.
4. MAKOKORO: aquel
que piensa en los demás, incluso por encima de sí mismo. Son personas que
tienen una esencia pura y que siempre están pensando que como pueden hacer la
vida de otras personas más fácil.
5. SHIBUMI:
la elegancia de lo sencillo y austero.
6. GAMAN:
Este término tiene raíces budistas. Esta palabra nos anima
a seguir luchando frente a las adversidades, nos propone ser pacientes, tener
autocontrol, dignidad y fortaleza. Además sostiene la idea de que no debemos
descuidar a los demás. Debemos ser comprensivos y tener en cuenta a las
personas que nos rodean a pesar de nuestros problemas.
La
sabiduría japonesa, sin embargo, es menos estructurada y vierte su riqueza
principalmente en el individuo y su dinámica cotidiana. Siendo desde siempre
una tierra aislada, rodeada de agua por todas partes y carente de la riqueza
pródiga que otros pedazos del mundo regalaron a pueblos diferentes, la
cultura japonesa se desarrolló alrededor de la capacidad de sus hombres y sus
mujeres como elemento fundamental de supervivencia y progreso.
La filosofía
japonesa se origina a partir del desarrollo cultural de Japón, a
través del proceso religioso e histórico que surgió del pensamiento chino,
manteniéndose hasta el período Heian, del cual se inicia el pensamiento japonés
y al igual que el primero, se orienta a los asuntos de sabiduría práctica.
Ésta es una recopilación de
algunas frases que tiene la sabiduría japonesa, magistrales proverbios desde el
otro lado del mundo, tierra de riqueza humana, con cuya existencia se basta a
sí misma y sobra para el resto de nosotros:
- Puedes abandonar tu propio cuerpo. Pero no dejes
de lado tu honor.
- Cualquier cosa que se desee con sinceridad tiene
la posibilidad de manifestarse.
- Si un problema tiene solución
no vale la pena preocuparse por él:
si no se puede solucionar preocuparse es inútil.
- Si lo piensas, decídelo.
Si lo decidiste, no lo pienses.
- No retengas a quien se va,
ni rechaces a quien llega.
- Rápido significa: lento pero sin pausa.
- Es mejor ser el enemigo de una
buena persona que el amigo de una mala.
- Si no existiera la gente común
tampoco existirían las personas extraordinarias.
- El que quiere subir inventa
la escalera.
- El marido y la mujer deben ser
como las manos y los ojos: cuando duele la mano, los ojos
lloran, y cuando los ojos lloran las manos secan las lágrimas.
- El sol no sabe de buenos,
el sol no sabe de malos. El sol ilumina
y calienta a todos por igual. Quien se encuentra
a sí mismo es como el sol.
- Hasta el viaje más largo comienza con
un solo paso
- Quien bebe no sabe lo peligroso del
vino, quien no lo bebe no sabe de lo bueno que
hay en él.
- Aunque se necesite la espada una sola
vez en la vida, es necesario llevarla consigo siempre.
- Las flores bonitas no dan buenos frutos.
- La tristeza es como un vestido
rasgado: hay que dejarlo en casa.
- Cuando hay amor, hasta las cicatrices
de la viruela son iguales a los hoyuelos en las
mejillas.
- Nadie tropieza mientras está acostado
en la cama.
- Una palabra bondadosa puede calentar tres meses
de invierno.
- En el camino deja que los tontos
y los locos pasen primero.
- Al dibujar una rama es necesario
escuchar el soplo del viento.
- Verifica siete veces antes de cuestionar
a un hombre.
- Haz todo lo que puedas, lo demás
déjaselo al destino.
- La honestidad excesiva raya
en la estupidez.
- La felicidad viene a la casa donde
se ríen.
- La victoria pertenece a aquel que
espera media hora más que su oponente.
- A veces la hoja se hunde pero
la piedra flota.
- No se disparan flechas a una cara
sonriente.
- Es posible soportar el arroz
y el té fríos, pero la mirada y las palabras
frías son insoportables.
- A los diez años es una maravilla,
a los veinte es un genio, y a los treinta una
persona común.
- La mujer puede atravesar la roca
si se lo propone.
- Si preguntas sentirás vergüenza
un minuto, si no lo haces sentirás vergüenza toda
la vida.
- Un jarrón perfecto nunca ha salido
de las manos de un mal artesano.
- No tengas miedo de una pequeña curva
para enderezar una recta.
- Los ríos profundos fluyen lentamente.
- Si iniciaste el camino por voluntad
propia mil “ri” parecen uno solo. (El ri es una unidad
de medida de longitud japonesa).
- La pobreza hace a los ladrones como
el amor a los poetas.
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