Dos generaciones que confluyen, dos generaciones que conviven:
Una, la generación de la resignación, la que ahora es mayor, la que nos ha cuidado, guiado y educado. Donde la gran mayoría son dependientes tanto de sus familias como del estado. Una generación basada en el silencio, invisibles para una sociedad que solo piensa en Subsistir tratando de superar todos los problemas que se le van presentando en estos tiempos de crisis.
La otra y en la que me incluyo, una generación inconformista, una generación inquieta, nacida a partir del año 50, donde la mayoría de sus miembros supera ya los 50 y van camino de la jubilación.
Las dos conviven, pero la segunda tiene un compromiso moral con la primera y es el de favorecerles en todo lo que se pueda.
Todos los que trabajamos en este ámbito, pedagogos, psicólogos, geriatras, educadores, debemos reflexionar en un nuevo modelo de envejecer, debemos poner todos nuestros conocimientos y experiencias en ello tanto a nivel corporal, intelectual, social, solidario y de esparcimiento.
La generación de la resignación:
Como resultado de la crisis que nos esta llegando, muchos ayuntamientos están recortando partidas presupuestarias, y han visto que una parte fácil y que tiene poca repercusión informativa es en la formación sociocultural en adultos y mayores.
En estos dos años, muchas de los profesionales que trabajamos con estos colectivos hemos visto como se van eliminado talleres y cursos, como los centros se van quedando vacíos y como a muchas de estas personas se les cierra una puerta de comunicación.
¿Qué va a pasar con las personas que venían a convivir y compartir sus ilusiones, sus desilusiones y sus ganas de ser escuchadas?
Si hacemos una reflexión sobre este colectivo, la gran mayoría al jubilarse o enviudar presentan problemas de soledad y aislamiento, no cuentan con motivaciones que favorezcan su calidad de vida; al contrario, cuando van envejeciendo, van perdiendo las redes sociales con las que contaban (familia, amigos, compañeros de trabajo...) y por lo tanto, pueden sufrir aislamiento social e incluso convertirse en un colectivo en riego de exclusión social.
Son personas con estudios primarios, nivel económico medio-bajo, carecen de apoyo social, vivir resignados les lleva a un sentimiento de fracaso, a encontrarse con una sensación de vida inacabada, que no han hecho todo aquello con lo que habían soñado.
Es en este ámbito, donde las instituciones y los profesionales debemos empezar a plantearnos objetivos y retos tratando de prevenir el aislamiento y fomentar el asociacionismo y la participación social. Ellos por su parte nos los ponen fácil pues en sus logros esta la búsqueda de compañía, cariño y amistad.
Debemos crear expectativas y entusiasmo, haciendo que participen. Pero para lógralo, debe ser los órganos competentes los que favorezcan esto, y como dije en un principio, se tiende a todo lo contrario, encontrándonos con muchas ganas por parte de esta población y cerrándole muchas puertas por parte de la administración. En el medio están los formadores, muchos de los cuales su única fuente de ingresos ha sido la imparticion de programas para mayores y ahora se encuentran con que tienen que abandonar estos colectivos para poder vivir.
Como profesionales debemos:
• Concienciar a las instituciones, para que se respete el derecho del mayor a la educación permanente.
• Desarrollar cursos de carácter formativo que proporcionen al mayor, conocimientos, habilidades y fortalezas que les lleven a una manera de envejecer positiva y saludable.
• Acciones dirigidas a un mantenimiento psicofísico, potenciando su actividad física como mental (senderismo, natación, expresión corporal, entrenamiento de la memoria, desarrollo de habilidades psicoemocionales: “autoestima, prevenir la ansiedad, meditación”, yoga.
• Participación social y que se les integre en las labores de la comunidad: intercambio generacional, participaciones de voluntariado (protección civil, medio ambiente, apoyo a otras personas, etc).
• Desarrollar las capacidades de aprendizaje, para ello la basaremos en unas actividades de tipo cultural-educativas (acercarlos a las nuevas tecnologías, formación permanente y una serie de programas culturales).
• La importancia también de su ocio para que obtengan un mayor disfrute y satisfacción vital.
Siempre con un objetivo fundamental, una mejor calidad de vida. Debemos aportar algunos elementos para colaborar en un envejecer activo, creativo y feliz, en oposición al envejecimiento como sinónimo de enfermedad.
sabemos que fruto de los avances de las ciencias y la tecnología, la esperanza de vida de las actuales generaciones de mayores se ha extendido.
Los mayores se encuentran con disponibilidad de tiempo libre, con su cuerpo y mente potencialmente dispuestos en forma para la actividad y con motivación para seguir haciendo cosas importantes.
Vamos a buscar soluciones y compromisos tanto las instituciones como las personas que estamos trabajando con ellos a poner de nuestra parte todo lo que sea beneficio y convertirlo en un objetivo de máxima prioridad. También debemos sensibilizar a la sociedad, en general, para que facilite todas las vías positivas del desarrollo de la libertad en las personas de edad, y supere todos los estereotipos y obstáculos que están limitando dicho desarrollo.
Señala el profesor Millán Arroyo (1999:9):
“feliz el mayor que ve acrecentarse en el sentido del humor, de la ternura, la sensibilidad ante la naturaleza y la belleza y mantiene en alza la curiosidad, el afán de aprender, de experimentar de vivir.”
Este debe ser nuestro objetivo provocar esto en nuestros cursos, lograr que los adultos y mayores que participan, una vez finalizado salga con esta ilusión lo que provocaría nuestra satisfacción y confianza en una tarea bien realiz
Tengo una buena amiga, que trabaja en una unidad de rehabilitación y muchas veces me dice: “muchas de las personas que vienen con una dolencia se curan tan solo con un caramelo, una sonrisa y sentirse escuchada”.
Mi amiga Emy, sabe dar ese caramelo para que produzca su efecto porque sabe estar, ama lo que hace y sobre todo lo disfruta, lo vive.
“Necesitamos agua fresca y flores llenas de colores”. Esperemos que nuestras instituciones y las personas que trabajamos con adultos y mayores lo sepamos apreciar.
Con mi profesora, me enseño a respetar la formación
Dar paso a la generación inconformista
Debemos prepararnos para recibir a los años, para ocupar nuestro puesto de mayor. Prepararnos para conocer lo que nos viene encima y no es muy bueno que digamos incluso bastante desesperanzador. No debemos depender de nadie, tenemos edad para saber lo que nos conviene y como querer vivir a partir de nuestra jubilación.
Es nuestra generación a quien corresponde descubrir una nueva manera de envejecer.
Muy pronto nos vendrá la jubilación: “Es tiempo de ruptura, transformación y cambio. Entraña pérdidas y riesgos, pero también compensaciones y logros. Se pierde poder y prestigio social aparente, se gana libertad personal y autogobierno. Disminuye la aceleración en la acción, aumenta la contemplación y la profundidad interior. Hay menos vértigo en el trabajo, menos estrés y preocupaciones apremiantes, y con ello la oportunidad de ampliar la visión serena de las cosas, la benevolencia y la comprensión de la condición humana”.
Quiero hacer una pequeña reflexión y para ello voy a partir de unas ideas de Belando con las que voy a conectar y deciros hacia donde quiero encaminar lo que entiendo por donde debe ir dirigido nuestro futuro tanto como educadores como persona que va a llegar a la vejez:
(Belando, 2000:37:38). Destacamos las siguientes:
- La persona que envejece debe desarrollar estrategias de afrontamiento constructivas para tener un envejecimiento saludable, pero dichas estrategias deben estar presentes en etapas anteriores de la vida; de otro modo seria difícil su adopción, aunque no imposible, pues el ser humano es susceptible de perfeccionamiento y puede adquirir en esta etapa hábitos saludables de vida.
- Tener vínculos de intimidad, afecto y cariño, no solamente con la pareja y la familia, sino con los amigos y otros grupos.
- Se ha comprobado que el grado de organización y complejidad del comportamiento diario de una persona es un aspecto que influye en la longevidad. El adulto mayor cuando se jubila debe tener un proyecto de vida y reestructurar su tiempo y su espacio haciendo que sean de vitalidad personal (Escarbajal, 1994). el educador debe reforzar en la persona mayor los hábitos y conductas enmarcadas en un alto nivel de organización. Puede resultar muy beneficioso que el anciano realice una planificación de sus actividades diarias.
- Buscar nuevas metas, nuevos motivos de satisfacción y orgullo, es un medio para conseguir ser feliz en esta etapa de la vida. “saber envejecer es la mayor de las sabidurías y uno de los mas difíciles capítulos del gran arte de vivir. Anclándose en el pasado, solo se conseguirá frenar el desarrollo y acelerar la decrepitud.
Reflexión:
No quiero ser una persona dependiente. Debemos dejar que las nuevas generaciones ocupen su lugar y hacerles comprender que no vamos ni queremos ser una carga para ellos.
Entre envejecer en casa, con una vejez que se presenta difícil, o la de que solo me planteen como alternativa la residencia, tan temida para muchos, esta el compartir con quien quiera o como yo quiera mi tiempo mi vejez, quiero empezar desde ahora mismo e ir marcando mis tiempos y mis ideas sobre lo que deseo y juntarme con quien piensa igual o parecido a mi.
Quiero buscar maneras, acuerdos donde un grupo de personas creen vínculos y con el tiempo estén capacitadas a compartir unas normas de vida, de convivencias para hacer más llevadera las actividades diarias. Es decir crear un entorno que sea amigable y comprometido.
Creo en el grupo, en la fuerza que tiene, en la ayuda emocional que puede provocar para que las personas permanezcan activas realizando las actividades con las que se encuentren a gusto. Donde se promueva una convivencia de respeto y buenas normas. Donde se participe de manera activa, critica. Donde abunde una buena comunicación, basada en la empatia, donde tengamos la libertad de ser asertivos.
Debemos llegar a convivir en comunidades donde la ética de unión debería ser el respeto y la solidaridad. Comunidades donde seamos activos y donde todos participen, donde se excluya todo tipo de manipulación animando a todos los miembros del grupo a que sean protagonistas. Donde los ritmos los ponga cada uno.
Pertenecer a un grupo y participar en su actividad llevara a que surjan inquietudes y necesidades que les motivara para el buen desarrollo de sus tareas. Esto provocara que el grupo llegue a un compromiso colectivo que hará mejorar sus situaciones personales y sociales de cada uno de sus miembros donde se crearía una especie de contrato de solidaridad entre todos.
Para los formadores: se nos presenta una nueva visión del concepto de formación continua:
- Preparase
- Anticiparse
Empezando desde la jubilación y preparando a las personas en habilidades y fortalezas, tanto Psicoemocionales, como de dinámicas y tecnicas de grupos, habilidades sociales, “Comunicación, asertividad, empatia, resolución de conflictos. Que aprendan para llevar una mejor convivencia con las personas con las que van a compartir una gran parte de su vida.
Para las instituciones: que faciliten y pongan los medios para que se lleve acabo el proyecto. (Rosario Limón): nos hace una enumeración de espacios educativos dirigidos al mayor y que se pueden aprovechar para darle difusión:
- Cursos de preparación a la jubilación.
- Centros de mayores.
- Centros de día.
- Centros residenciales.
- Centros sanitarios.
- Centros cívicos.
- Programas de ayuda a domicilio.
- Aulas de la tercera edad, universidades de mayores, universidades populares.
- Casas de cultura.
- Escuelas de adultos.
- Programas de vacaciones (programa de animación socio-cultural).
- Programas de balnearios.
- Voluntariado (formación de voluntarios).
- Medios de comunicación: programas de radio y televisión….
Me gustaría para finalizar, deciros que hay dos grandes fortalezas que forman parte de nuestra vida, la primera y que ya he tratado es el sentido del humor su repercusión en la calidad de vida en los mayores. La otra, la que se trabaja en este articulo es, la fuerza y el sentido que da a nuestra vida “EL GRUPO”
BIBLIOGRAFIA:
ROSARIO LIMON, Mª. Y CRESPO. J. (2002). Grupo de debate para mayores. Madrid: Nancea, S.A
MARTINEZ DE MIGUEL LOPEZ, S. Y ESCARBAJAL. A. (2009). Alternativas socioeducativas para las personas mayores. Madrid: Dykinson
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